A prender a volar un avión se ha visto siempre como una cuestión muy complicada, especialmente para quienes han tenido poca relación con el tema de la aviación. Sin embargo, para los que piensan así hay dos noticias positivas: La primera es que en República Dominicana hay cuatro escuelas certificadas operando para eso y otra cantidad que está en proceso de hacerlo, o que están recertificándose. Una de ellas está en Santiago y las otras tres en la Capital.
La otra noticia alentadora es que para hacerse piloto la edad no importa, claro, siempre que las condiciones físicas y mentales estén óptimas. Las escuelas, como algunas otras actividades, comenzaron de manera informal en el país y luego fueron profesionalizándose. En un principio, la instrucción se daba de un piloto a otro (no un piloto cualquiera, sino uno acreditado como instructor). Con el paso del tiempo y la mejoría de la aeronavegación las escuelas tienen que cumplir con unos estándares, dispuestos por el Sistema de Aviación Mundial. En la República Dominicana la primera escuela que hubo fue, quizás, por los años 1970. De ahí salieron muchos pilotos y fue lo que dio el empuje, gracias a la aviación doméstica pequeña, rememora el capitán Rodolfo Victoria, coordinador técnico de la Dirección de Normas de Vuelo del Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC). Rodolfo tiene experiencia en la materia, se inició en la actividad en 1986 y cuando se habla de pilotar aeronaves es lo que en buen dominicano se denomina “una autoridad”.
En el pasado se asumía casi siempre que todo piloto provenía de las Fuerzas Armadas, ya no es así. Las escuelas que en la actualidad operan son Zoherga (Zoilo Hermógenes García), ENALAS, Academia Aeronáutica Latina, Heliclub (en proceso de certificación) y Aeroclub Dominicano 74 (en fase final de su proceso de certificación), de acuerdo a las informaciones ofrecidas tanto por Rodolfo Victoria, como por Elvio Carrasco, inspector de Operaciones de la División Aviación General del IDAC, y Luis Suazo, encargado de la Escuela de Vuelos ASCA (Academia Superior de Ciencias Aeronáuticas) y coordinador nacional de la Competencia Lingüística Inglés del IDAC.
La directora general de Zoherga, Nadia Ghisolfi, en una conversación con elCaribe sostiene que los sábados es cuando asiste la mayor cantidad de estudiantes (algunos de ellos de pueblos del país) y que esa academia tiene una sucursal en Santiago y presencia también en Sosúa-Puerto Plata y en Punta Cana. En Zoherga hay unos 22 estudiantes, y la escuela ofrece, además, el curso de despachador de vuelos. El curso de piloto dura de cuatro a cinco meses y se imparten unas 50 horas de clases. Varía un poco en función de si el curso es sábado u otro día de la semana, indica el instructor de vuelos de Zoherga, Conrado Mejía.
¿Qué hacer para llegar?Un aspirante a piloto comercial debe inicialmente obtener la licencia de piloto privado de avión, que se logra con unas 40 horas de vuelo como requisito. Luego, se ve en la obligación de completar la habilitación de instrumento de vuelo, la habilitación de multimotor y posteriormente se puede optar por la licencia de piloto comercial, para lo cual se requiere alcanzar más de 200 horas de vuelo.
En el lenguaje sencillo, un piloto privado es algo así como un “piloto deportivo”, porque no puede percibir ingresos por volar. Es un piloto que no puede transportar un pasajero que esté pagando para eso, porque para ese cliente no existen las garantías necesarias, explica Victoria. “Nosotros como autoridad debemos garantizarle a cada persona que paga un boleto aéreo que se monte en una compañía certificada, con una tripulación debida”, agrega.
El piloto privado puede transportar en el avión a sus amigos y su familia, por ejemplo, pero sin cobrar por eso. El profesional en cuestión puede percibir ingresos como tal cuando es piloto comercial, aunque está limitado a ciertos tipos de operaciones y trabajos aéreos.
Por encima de esa licencia (de piloto comercial) llega otra que sí permite trabajar para líneas aéreas. Es la máxima licencia que existe y cuando se posee se puede volar “cualquier cosa”, siempre que se haga el entrenamiento específico de la aeronave. Para pilotar un aparato equis hay que hacer un curso sobre ese aparato, porque se trata de equipos distintos con sistemas diferentes en cada caso. Es decir, una persona que ha volado un avión grande, quizás no pueda hacerlo en un pequeño, porque no lo conoce. Para ello debe hacer el curso referente a esa aeronave. Cada avión tiene un entrenamiento y cada piloto debe estar entrenado en el avión que volará. Cuando un piloto se hace “comercial” puede tripular cualquier tipo de avión que tenga pesos máximos de despegue por debajo de las 12,500 libras. Por encima de ese peso se requiere un entrenamiento, explica Luis Suazo.
El costo para hacerse piloto privado en República Dominicana varía un poco de una escuela a otra, pero en definitiva ronda los US$7,000 y US$7,200. En otros países suele ser más costoso y eso explica el porqué las escuelas locales son atractivas para los extranjeros. En la escuela Zoherga, según su directora general, para la parte teórica se le entrega al estudiante un maletín con los materiales a utilizar durante el curso, que tiene unas 29 asignaturas.
¿Cuánto dinero gana un piloto?A diferencia de otras carreras, el piloto (privado) se gradúa en poco tiempo y en dos años es muy probable que tenga su licencia de piloto comercial. También es posible que en su primer trabajo tenga un salario mayor al de un profesional de otras disciplinas. En detalle, un copiloto de un jet privado recibe entre 1,500 y 2,000 dólares, que traducidos a pesos dominicanos son entre 67,500 y 90,000 pesos; un capitán percibe 3,000 y 6,000 dólares, dependiendo el equipo que vuele. Eso en pesos son entre 135,000 y 270,000 pesos; y un instructor de vuelos puede ganar aproximadamente entre US$25.00 y US$30.00 por hora. Eso representa entre los 1,125 pesos y 1,350 por hora.
Como se prevé un crecimiento en la demanda de los servicios de aviación y un incremento de la flota, los pilotos que vayan formándose tendrán la ventaja de estar entre los “concursantes por un puesto”, pues los profesionales que ejercen ahora irán saliendo, por una cuestión de edad, y hay que ir preparando el relevo.
Según el IDAC, desde 2006 a la fecha, de las escuelas de aviación han egresado 246 pilotos privados y 41 pilotos comerciales. De esa cantidad, hay algunos trabajando en Estados Unidos, en líneas aéreas, y lo propio en Japón, Asia, Emiratos Árabes, Singapur, y variados puntos del mundo. Hay que aclarar que también hay otros dominicanos ocupando plazas que no se formaron en este país, sino fuera de él. Para abrir una escuela hay que atravesar un proceso de certificación en el IDAC, que lo regula. Implica registrarse ante el Instituto y que ese organismo valide la forma de operación de la escuela, a través de manuales, inspecciones y comprobando que las instalaciones físicas que se exigen tengan las condiciones debidas. El inspector Elvio Carrasco indica que los procesos de certificación que viene realizando el IDAC están amparados bajo el reglamento 141.
“Tenemos tanto la Ley 491-06, que es la plataforma jurídica, y luego el reglamento, que es la herramienta de la misma ley para todas las actividades que realizamos. En lo concerniente a las escuelas, que están amparadas bajo el reglamento 141, establece una serie de requisitos que se deben cumplir para adquirir la certificación”, plantea.
Se requiere a los interesados que tengan su estatus legal vigente, que estén al día en las obligaciones fiscales, registro mercantil, nombre comercial, y luego, en el Departamento Legal del IDAC constatan que se cumple con todo. Posterior a eso, se procede a la parte técnica. Esto incluye la verificación del cumplimiento del reglamento, instalaciones, perfil técnico, tanto de los instructores (que son parte del personal docente de la escuela), del personal administrativo y los respectivos programas que se aprueban. Cada escuela puede ser certificada para uno o varios cursos en específico.
Un piloto, dentro de las opciones que ofrece la carrera, puede dedicarse a la enseñanza (convertirse en instructor).“De hecho, en muchos países algunos pilotos hacen eso para acumular horas de vuelo que les permitan entrar luego a la línea aérea”, explica el especialista en el tema Rodolfo Victoria.
También, el piloto (en este caso cuando es comercial) puede ingresar a una compañía dedicada a realizar trabajos aéreos, entre ellos: fumigación, halar letreros, lanzar volantes y fotografías aéreas. Y luego de eso puede entrar en las compañías pequeñas que realizan vuelos charters o comerciales, sean domésticos o internacionales, hasta ir subiendo y “caer” en las líneas aéreas.
Algunas de las escuelas que operan en República Dominicana ofrecen facilidades para que el estudiante pague sin problema el curso. Una de ella es Zoherga, informó su directora.
En el IDAC, la empresa (la escuela), como parte de la documentación que entrega para optar por la licencia de operación debe indicar sobre los aviones que usará en los entrenamientos.
En el tema de las escuelas de pilotos la ASCA ha desempeñado un rol importante, asegura Luis Suazo. “La academia ha colaborado desde sus inicios con la actualización para los pilotos, a través de seminarios, talleres y otras actividades. Suazo informa que también se ha colaborado con la Fuerza Aérea Dominicana con formación sobre habilitación por instrumentos.
En el país la legislación vigente establece que para obtener la licencia de piloto privado o instructor de vuelo certificado es necesario hacerlo a través de una escuela certificada por el IDAC. Y en función de eso, aprueban los demás cursos.
Entre esos cursos hay uno sobre habilitación para volar aeronaves de más de un motor (multimotor), y uno sobre habilitación por instrumento de vuelo. Una escuela o academia para pilotos se expone a perder su licencia, y de paso su credibilidad, cuando viola reglamentos o incurre en actividades que comprometen la seguridad operacional. Cuando hay un evento fuera de los parámetros establecidos se estudia el caso, se observan las atenuantes y se toman los correctivos luego de determinar el nivel de gravedad de la acción. Hay un reglamento para tipificar las infracciones.