SANTO DOMINGO, República Dominicana.– Francisco Ozoria Acosta, que reemplaza al cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, asume como nuevo arzobispo metropolitano de Santo Domingo.
El acto encabezado por el nuncio apostólico, monseñor Jude Thaddeus Okolo, inició pasada las 09:00 de la mañana en la Catedral Primada de América, en la Ciudad Colonial de Santo Domingo.
A dicho acto asistieron el presidente Danilo Medina y su esposa Cándida Montilla de Medina, entre otras personalidades.
A continuación discurso íntegro
Su Eminencia Reverendísima Nicolás de Jesús López Rodríguez, Arzobispo Emérito de Santo Domingo, a quien tengo el honor de suceder.
Su Excelencia Reverendísima Jude Thaddeus Okolo, Nuncio Apostólico de su Santidad.
Excelentísimo Señor Presidente Constitucional de la República Dominicana, Lic. Danilo Medina Sánchez.
Honorable Señora Primera Dama, Lic. Cándida Montilla de Medina.
Señores miembros del Cuerpo Diplomático acreditado en la República Dominicana. Autoridades civiles y militares.
Señores Funcionarios del Gobierno.
Señores Arzobispos y Señores Obispos que nos visitan.
Hermanos Obispos de nuestra Conferencia del Episcopado dominicano, queridos sacerdotes, Diáconos, Religioso, Religiosas, Institutos seculares.
Muy queridos hermanos delegados de las zonas pastorales de nuestra Arquidiócesis.
Invitados Especiales. Hermanos que provienen de otras diócesis.
Hermanas y hermanos.
Estas palabras son, para dar gracias a Dios por su inmenso amor y su desbordante Misericordia. Me atrevo a decir con el salmista: “Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré la copa de la salvación invocando tu nombre Señor” (Salmo 29). Me permito tomar prestadas las palabras de La Virgen María, “proclama” mi alma la grandeza del Señor, porque ha puesto su Mirada en la humildad de su sierva” (Cfr. Lc. 146,-48). Me identifico con este canto de María, para dar gracias al Señor por este ministerio de servicio incondicional en la Iglesia y para el Pueblo de Dios.
Agradezco muy de corazón al Papa Francisco, por confiarme el gobierno pastoral de esta iglesia particular de Santo Domingo, sucediendo en esta sede al Sr. Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, a quien me unen fuertes vínculos espirituales, fraternos y pastorales.
Agradezco profundamente el apoyo y la solidaridad de mis hermanos de la Conferencia Episcopal Dominicana. Cuento con ustedes con sus oraciones.
Como ya dije cuando se anunció mi nombramiento como Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, ha sido una gran sorpresa, que asumo con sus retos y desafíos pastorales. Naturalmente, me confío a la Divina Providencia para que me dé la sabiduría necesaria para esta misión que la iglesia pone en mis débiles hombros. Yo sé que no estoy solo. Cuento con la colaboración de un Obispo Auxiliar, de los Sacerdotes, Diáconos, Religiosos, Religiosas, Institutos Seculares y Laicos comprometidos. La misión es grande y la fuerza de la gracia es mayor.
En esta Iglesia Arquidiocesana, quiero ser (parafraseando a Sam Agustín) “Con ustedes un hermano y para ustedes el Pastor, que trae una misión evangelizadora, con la convicción de que siempre, y en todo, soy su servidor.
Me encomiendo a sus oraciones.
Muchas gracias a todos.