WASHINGTON. El internet tal y como lo conocemos hoy puede tener los días contados después de que la comisión federal de comunicaciones de Estados Unidos (FCC por sus siglas en inglés) suprimiera la norma sobre la neutralidad en la red, abanderada por el expresidente Barack Obama y que garantizaba la protección de internet como servicio público.
La norma, aprobada en 2015 y eliminada el pasado jueves, impedía que las empresas proveedoras de internet pudieran bloquear o ralentizar el tráfico en cualquier portal a su antojo.
Pero, ahora, las compañías que ofrecen servicios de internet podrían dar prioridad a unas plataformas sobre otras, independientemente de cuál sea el contenido en cuestión, y afectar de esa forma a medios de comunicación o portales que ofrecen películas y series de televisión, como Netflix o HBO.
El riesgo ahora es que los grandes proveedores de internet exploten su capacidad de controlar el flujo de la información, dando privilegios a aquellos portales que estén dispuestos a pagar por una mayor velocidad, comenta a efe Burt Neuborne, profesor de libertades civiles en la facultad de derecho de la Universidad de Nueva York.
Neuborne considera que la supresión de la ley que abanderó Obama es “un gran riesgo”, que se agudiza por el contexto oligopólico del sector en Estados Unidos, donde la “ola de fusiones” ha reducido el número de “jugadores” en la oferta de internet y televisión que pueden “combinarse para fijar precios y contenido”, explica.
En este sentido, el experto cree que con internet, como ocurrió con las carreteras en el siglo XIX, se repite el debate sobre si los gobiernos deben priorizar la igualdad de oportunidades en el acceso para todos los ciudadanos o favorecer que “los poderosos” controlen el servicio ofreciendo “privilegios de acceso”.
La modificación del modelo de negocio hacia compañías que integren la provisión de internet y de contenidos en una misma estructura y el mayor poder de las firmas del sector son algunas de las principales inquietudes sobre el futuro de la industria, cuyas empresas recurrieron las dos normas que protegían la neutralidad en la red aprobadas bajo el gobierno de Obama.