La conservadora cadena de noticias CBS, de los Estados Unidos, publicó un análisis en el que se aborda el tema de los modernos dictadores o monarcas latinoamericanos observando cómo planean perpetuarse en el poder mediante el abuso en el uso de los fondos del Estado, y sobre todo, implementando nuevas constituciones o modificándolas, señalando los casos de los presidentes Leonel Fernández, Evo Morales, Rafael Correa y Hugo Chávez entre otros.
El análisis, intitulado EL WIKI-CONSTITUCIONALISMO", fue escrito por Daniel Lansberg-Rodríguez, quien es director de los programas de Desarrollo Empresarial para el gobierno municipal del estado de Sucre en Caracas, y articulista del periódico la Nueva República.
Señala el artículo que los nuevos dictadores ya no imponen su voluntad como tradicionalmente lo hacían Trujillo, Somoza o Gómez, sino a través de socavados planes de alegados plebiscitos o referéndums para supuestamente permitir que sea el pueblo quien decida si ellos pueden postularse indefinidamente en el cargo.
Lansberg-Rodríguez es graduado de la escuela Kennedy de Harvard y de la Universidad de Carleton. A continuación reproducimos una traducción libre del trabajo hecha por Margarita Canahuate. El trabajo en inglés puede leerse accesando el siguiente link:
http://www.cbsnews.com/stories/2010/05/25/opinion/main6518866.shtml?tag=cbsnewsLeadStoriesAreaMain;cbsnewsLeadStoriesHeadlines
El año pasado, Hugo Chávez modificó la Constitución de Venezuela y abolió el límite del número de re-postulaciones presidenciales. El proceso entero fue un poco extraño, pero no porque la Constitución era modificada, lo cual es bastante común en América Latina. Tampoco fue porque los cambios implicaban extender los periodos presidenciales (lo cual es igual de común). ¡No,! lo que era inusual en la modificación de la Constitución del 2009 era que se hizo sólo para suprimir la reelección limitada.
Para América Latina la Constitución es únicamente un plástico. Como se ve, aquí los presidentes son excepcionalmente poderosos (Yo viví en Caracas) y por ejemplo, no es extraño encender la televisión y ver la figura de “El Comandante” en casi todos los canales de televisión hablando y explicando temas de las divisas, medidas para controlar disturbios, de crisis energética, y de fenómenos meteorológicos internacionales, como si él fuera omnipotente en el gobierno y en todos los ministerios. Además, los lideres latinoamericanos tienen la mala costumbre de modificar la Constitución más que otros países del mundo.
Este fenómeno yo lo he bautizado como el "Wiki-constitucionalismo." En América Latina, las constituciones se cambian con gran frecuencia y con una facilidad inusual (aunque no a través de cualquiera de código abierto proceso de colaboración), como si fueran páginas de Wikipedia. Las pruebas son abrumadoras:
La República Dominicana ha tenido 32 constituciones desde su independencia por separado en 1821. Venezuela sigue de cerca con 26, Haití ha tenido 24, Ecuador 20 y Bolivia aprobó recientemente su décimo séptimo. De hecho, más de la mitad de las 21 naciones de América Latina han tenido al menos diez constituciones, mientras que en el resto del mundo, sólo Tailandia (17), Francia (16), Grecia (13) y Polonia (10) han llegado a doble dígitos. Y el proceso se produce en los gobiernos de todo color político-no sólo los socialistas como los de Chávez y Evo Morales en Bolivia.
Conservadores duros como Álvaro Uribe de Colombia, conservadores moderados como el de la República Dominicana, el presidente Leonel Fernández, se han incorporado también a esta fiesta de nuevos “monarcas latinos” también, tratando de abolir o modificar los mandatos limitados en la Constitución. (Es importante diferenciar entre modificar y reformar. Las enmiendas constitucionales son comunes a nivel mundial, pero en America Latina es una manía verdaderamente excéntrica. Venezuela por ejemplo, ha aprobado 26 nuevas constituciones, y modificó una tres veces.
Muchas de estas reformas van más allá de términos presidenciales limitados. La Constitución de Hugo Chávez del 1999 disolvió la Cámara Alta de la legislatura, reorganizó los cinco poderes del Estado; el Poder Legislativo, el Poder Ejecutivo, el Poder Judicial, el Poder Ciudadano y el Poder Electoral. Además rediseñó y rebautizó la mayoría de los ministerios de su gobierno. El resultado fue el mismo de lo que surge de reestructuraciones de este tipo; un ejecutivo significativamente poderoso en control directo de los ingresos petroleros, de
los nombramientos judiciales, y una vez más, en control del “sello gomígrafo” de la Asamblea Nacional.
La institución de la Presidencia emergió de este proceso de restructuración , intacta, refrendada y mucho más fuerte, mientras que otras instituciones tuvieron que comenzar desde cero, debilitando así la legitimación institucional, la memoria, las relaciones y mandatos necesarios para un gobierno independiente. Este tipo de rediseño dictatorial es una tradición usual entre los caudillos de la región, el icono del hombre poderosamente opresor, que data desde la época del libertador de América del Sur, Simon Bolívar.
De cualquier modo, a pesar de aquellas intenciones autoritarias , los caudillos modernos de hoy abordan el proceso de revisión a la Constitución con cierta delicadeza. Las modificaciones que ellos procuran y finalmente aprueban, raramente contendrán elementos que los afecten, por lo que reemplazar a estos caudillos en ausencia de un levantamiento social masivo puede resultar un tanto complicado. Hubo un tiempo en que los Trujillo, los Gómez y los Somoza del mundo creaban sus propias constituciones atento al poder de su figura presidencial, pero los tiempos han cambiado y estos dictadores o lideres como se hacen llamar, generalmente atentan con legitimarse por medio de los llamados plebiscitos.
Estos líderes se valen del abuso en el uso de los fondos del Estado, lanzan campañas mediáticas masivas con el propósito de encumbrar de que sus constituciones son las mejores del mundo. (Rafael Correa de Ecuador), o que ellos solucionaran los problemas del país (Evo Morales de Bolivia). Estos líderes latinoamericanos han descubierto que preparando paquetes con vastas promesas y derechos al mismo tiempo que las importantes funciones de la cúpula política, que pueden hacer una nueva Constitución lo suficientemente atractiva como para las masas les crean y voten a favor de ellos en un referéndum.
El resultado es, constituciones sumamente densas comparadas al resto de los países del mundo y como siempre de muy corta duración. Por ejemplo, Bolivia y Ecuador aprobaron recientemente sus nuevas constituciones con 411 y 444 artículos respectivamente, y es como leer las reglas de una lavandería, ya que citan en estas constituciones hasta la garantía de los derechos de la población a tener acceso al correo y servicios telefónicos, garantizan el derecho a la cultura, la identidad, la dignidad, y acortan las semanas laborales. Que comparándolas a la Constitución de los Estados Unidos, una de las mas viejas del mundo, tiene solo 7 artículos y 27 enmiendas.
La pregunta del millón es, por qué los nuevos caudillos se molestan (pierden su tiempo) en modificar sus constituciones. Los líderes autoritarios de África, Europa y Asia las han suspendido sus constituciones mediante la declaración de un “Estado de Sitio”, o simplemente las ignoran por completo. Por ejemplo, desde el 1967 los líderes de Egipto han estado gobernando bajo la "Ley de Emergencia", que les concede poderes dictatoriales, extendiendo los estatutos por tres años más.
Los esfuerzos en cambiar la Constitución representan grandes gastos monetarios y políticos. Y Peor aun, es el riesgo: sólo en verano pasado, Manuel Zelaya de Honduras fue derrocado por decisión en conjunta de la Corte Suprema, el Ejercito y el Congreso, luego que este tratara de presentar una nueva Constitución a través de un plebiscito. A principios de la década, el hombre fuerte de Perú, Alberto Fujimori modificó la Constitución con éxito, sin embargo, casi inmediatamente experimentó una precipitada caída que en la actualidad esta sirviendo 25 años en la cárcel. Hasta el mismo Hugo Chávez fracasó en su propuesta a la Constitución del 2007. Uno pensaría que estos líderes tendrían el conocimiento de que Fidel Castro, quien escribió una sola constitución, ha logrado mantenerse indefinidamente.
Una explicación obvia surge de esto, y es que para los países que viven en el patio trasero de los Estados Unidos, como se le suele decir, el barniz de legitimidad constitucional le puede representar mejores logros. Quizás, entonces, los riesgos y gastos del Wiki-constitucionalismo valen la pena para poder consolidar el poder sin poner en riesgo las ayudas internacionales, el acceso al Mercado y la paz regional. Y sin embargo, la respuesta se mantiene incompleta. Desde la primera mitad del Siglo XIX las constituciones en América Latina han estado siendo tiradas hacia arriba y volteándolas como si fueran simple panqueques, antecediendo el surgimiento de America del Norte a una dominación hemisférica.
Es más, un montón de países, entre ellos el Reino Unido, Israel y Arabia Saudí no tienen ningún problema manteniendo una relación bastante cercana con los Estados Unidos, a pesar de no tener constituciones formales.
De hecho, incluso los estudiosos que conocen mejor el tema tienen dificultad en proporcionar una respuesta definitiva. En última instancia, el Wiki-constitucionalismo es probablemente el resultado de una confluencia de factores, desde la geografía hasta el legado de la tradicional inestabilidad constitucional de América Latina, e incluso de aspectos culturales de la Región. Hace medio siglo atrás, cuando los exploradores españoles salpicaron las costas del Nuevo Mundo con sus doctrinas, ellos siempre fueron muy particulares en la planificación del diseño de las ciudades en el momento mismo de su fundación. Los mapas eran diseñados muy meticulosamente, delineando las limítrofes de las catedrales, o de la mansión del Gobernador, de la plaza central, los cuarteles, y todos los pilares de futuras ciudades bulliciosas.
Cualquiera que sea la causa, el Wiki-constitucionalismo ha demostrado ser una práctica quijotesca y sin frutos. Evo Morales y sus seguidores un día tendrán que dar cuenta de por que la recién aprobada Constitución no resolverá todos los problemas de Bolivia como prometió. Y cuando el perfecto país delineado por su Constitución invariablemente no se materializa, el impulso estará ahí y se culpará al diseño. Se harán llamados para cambiar el sistema y el precedente establecido por la Constitución, generará la adopción de una nueva estrategia que sea factible. De cualquier manera, esto sólo extenderá la dinámica que ha socavado la estabilidad de la Región por generaciones. Si las instituciones de América Latina alguna vez se consolidan y se fortalecen lo suficiente, para que ellas puedan evitar que los poderosos presidentes populistas hagan lo que se les pegue la gana, entonces el ‘Wiki-constitucionalismo llegará a su fin".
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