El ex presidente de Honduras Manuel Zelaya revela este domingo que quiere regresar a su país, pero que Estados Unidos se opone, protegiendo la impunidad de los golpistas.
"No tengo temor, lo he demostrado. Tomaré precauciones, ya superé atentados contra mi vida como el asalto a balazos en mi casa, secuestro y destierro por los militares y las torturas a que fui sometido durante cuatro meses en la sede diplomática de Brasil", subrayó.
"Quiero regresar a mi patria y que se respeten mis ideas a pesar del peligro que corro desde el día que decidí recuperar la base de Palmerola e inicié el proceso de licitación de los combustibles y me negué ante ciertos banqueros a devaluar la moneda", indicó Zelaya.
La base de Palmerola, construida por Estados Unidos a inicios de la década de los ochenta, está situada en el central departamento de Comayagua, unos 80 kilómetros al norte de Tegucigalpa.
En esa base, que comparten los dos países y en la que funciona una escuela militar de aviación, permanecen al menos unos 400 militares estadounidenses que son relevados frecuentemente.
Contra Zelaya hay orden de captura por varios delitos que le imputa el Ministerio Público, entre ellos abuso de autoridad y traición a la patria.
Sin embargo, el actual presidente de Honduras, Porfirio Lobo, reiteró la semana pasada que nadie va a meter preso a Zelaya si regresa al país, porque es hondureño y se le garantizará un trato justo, el de ex presidente de la República.
Lobo incluso dijo que había hablado con el presidente de República Dominicana, Leonel Fernández, para decirle que le "aliste" a Zelaya para, si es necesario, ir a traerlo él mismo y demostrarle que tendrá un trato justo si regresa.
Las declaraciones de Lobo han provocado reacciones en contra de sectores que apoyaron el golpe de Estado, que consideran que el presidente se está inmiscuyendo en asuntos que competen al poder judicial, aunque el gobernante sostiene que Zelaya sí tendría que presentarse a los tribunales.
Sin embargo, Zelaya consideró que en Honduras no hay justicia, ya que, según él, los golpistas gozan de inmunidad frente a todos los crímenes y asesinatos que han cometido, la misma corte absolvió a los militares que asaltaron su casa a balazos y lo desterraron.
También señaló que en Honduras "no se ha castigado a los actores intelectuales y ejecutores del delito del golpe de Estado", y que "no se puede llamar tribunales" a organismos judiciales que, en su opinión, "están llenos de violadores de la ley, de la Constitución y encubren a los asesinos" de varias personas que condenaron el golpe.
Según Zelaya, más de un centenar de hondureños "han muerto asesinados en defensa de la democracia" tras el golpe de Estado
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