WASHINGTON (EFE).- Los resultados de las pruebas en el pozo de petróleo averiado en el Golfo de México no son ideales por el momento, pero los exámenes continuarán al menos seis horas más, informó hoy el Gobierno de EE.UU. El coordinador de la lucha contra el vertido en el golfo, el almirante Thad Allen, indicó en su rueda de prensa diaria que la presión que se registra en la nueva campana de contención instalada sobre el pozo no es lo suficientemente alta como para descartar el crudo se esté filtrando por otras grietas, uno de los posibles problemas.
La presión continúa aumentando aunque muy gradualmente, indicó el alto funcionario.
Según aseguró, las pruebas de resistencia de la campana continuarán seis horas más antes de decidir si BP la reabre para dejar que fluya el petróleo.
Allen indicó que los resultados "en general, son buenos" pero no perfectos y necesitan un estudio detenido.
Las posibles razones para que la presión no haya subido todo lo que se esperaba son dos, indicó el alto funcionario: que después de haber manado sin interrupción durante casi tres meses el yacimiento esté empezando a agotarse o que exista una filtración en el pozo que no se haya detectado hasta el momento.
"No sabemos cuál es la causa porque no sabemos la condición exacta del pozo", manifestó el almirante.
En la actualidad, la presión es de 6.700 psi (471 kilos por centímetro cuadrado), por debajo de lo ideal, 7.500 psi (526 kilos), pero por encima de los 5.000 psi (351 kilos por centímetro cuadrado) que delatarían sin lugar a dudas la existencia de una fugaBP, la empresa petrolera responsable del vertido, cerró el jueves las aberturas de la campana, con lo que por primera vez desde el comienzo del derrame dejó de manar crudo al Golfo de México.
Pese a la alegría desatada por el anuncio, tanto BP como el Gobierno estadounidense llamaron a la cautela al indicar que el cierre del pozo no implicaba que el problema se hubiera solucionado.
El propio presidente estadounidense, Barack Obama, indicó hoy que el cierre del pozo representaba "una buena noticia", pero llamó a la cautela al indicar que "no quisiera que nos precipitáramos".
Si las pruebas finalmente recomiendan que se vuelva a abrir el pozo, se usará la campana como un sistema de contención, a través del cual se trasvasaría el crudo a buques de carga en la superficie marina.
Aun en ese caso, según el Gobierno de EE.UU., la campana permitiría recuperar "todo o casi todo" el petróleo que fluya hasta que el pozo quede sellado definitivamente, algo que ocurrirá cuando se termine el pozo auxiliar que BP perfora en la actualidad.
La nueva campana, indicó Obama, tendrá capacidad para recuperar hasta 80.000 barriles de petróleo al día, más de la cantidad que se calcula que se vertía hasta ahora en el mar.
Los científicos calculaban que hasta el cierre del pozo, anunciado este jueves, manaban entre 35.000 y 60.000 barriles diarios.
Obama también adelantó que las tareas de perforación del nuevo pozo "van ligeramente por delante de lo previsto", aunque advirtió que "no se trata sólo de hacer el agujero" sino también de instalar las piezas para que el ingenio pueda entrar en funcionamiento "y eso es delicado".
Una vez que se haya instalado el nuevo pozo se procederá a una inyección de cemento y lodo pesado para sellar definitivamente el averiado.
En una señal de que BP y las autoridades federales eran moderadamente optimistas sobre el resultado de las pruebas, el vicepresidente de BP, Kent Wells, informó este viernes que se iban a reiniciar las obras de perforación del pozo auxiliar.
Esas obras se suspendieron a la espera de los resultados de las pruebas en la campana, ante la posibilidad de que pudieran afectar la estructura del agujero que se excava a 1.500 metros de profundidad.
El vertido comenzó después de que el 20 de abril, por causas que aún se desconocen, estalló y se hundió posteriormente en el mar la plataforma petrolera Deepwater Horizon, gestionada por BP.
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