Dos sacerdotes denunciaron que en San Francisco de Macorís opera el sicariato en medio de un régimen de violencia que en lo que va de año ha cobrado ya 30 víctimas, entre ellas tres personas claves en el asesinato de la joven universitaria Juany Lohara Tavárez Rosario. Los curas Ramón Alejo y Leonardo Adames, quienes hablaron en una rueda de prensa realizada en el Colegio de Periodistas en compañía de los profesores Miguel Medina y Rafael Álvarez declararon que en los últimos días han sido asesinados un agente de la Autoridad Metropolitana del Transporte (Amet), un taxista y una persona identificada como El Vico.
Los curas y profesores que hablaron en representación de varias organizaciones de la provincia Duarte dijeron que el tal El Vico, asesinado este martes, había participado en el rapto de la joven.
La situación en San Francisco de Macorís es alarmante la violencia. En lo que va de año son ya 30 los asesinatos, dijeron los denunciantes.
Los sacerdotes y los profesores opinaron que la Suprema Corte de Justicia debe vigilar los jueces de la Cámara Penal de la Corte de Apelación de San Francisco de Macorís porque se abstuvieron de conocer una recusación presentada por la defensa de la principal imputada María Elena Marizán en contra de la jueza de la Instrucción Nidia Altagracia Olivares. La magistrada está en favor de la familia de la víctima, según los denunciantes.
Alejo, Adames, Medina y Álvarez dijeron en un documento que la decisión de la Corte de Apelación de no pronunciarse sobre la reacusación ha provocado indignación colectiva en San Francisco de Macorís ya que “su inhibición y los fundamentos en que se sustentan favorecen la estrategia de evadir el proceso de la audiencia preliminar en la que se encuentra un joven que recientemente cumplió la mayoría de edad”.
De acuerdo a sus declaraciones, la acusada habría pagado dos millones de pesos para que mataran a Lohara porque supuestamente su hija sostenía una relación con un joven que la víctima le había presentado. Explicaron que Marizán no quería que su hija mantuviera la relación con el joven, por lo que culpaba a Lohara de la situación.
Marizán fue puesta en libertad mediante un recurso de habeas corpus, pero luego fue reapresada.
La muerte de Lohara, estudiante de arquitectura de la Universidad Católica Nordestana (UCNE), conmovió de tal forma a la comunidad de San Francisco de Macorís que provocó la movilización violenta de la población.
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