Tomás Castro Monegro lanzó heces contra Balaguer, algunos acólitos civiles y militares, y hasta a Roberto Santana, reconocido ex dirigente revolucionario, con relación a la desaparición de Narciso González (Narcisazo), de quien dijo, en el programa El Gobierno de la Mañana, que fue secuestrado, torturado, asesinado, “y posteriormente desaparecieron su cadáver”.
“Dos personajes participaron activamente en el apresamiento de Narciso González: Un señor que se llama Héctor Nina y otro individuo que le apodan “José Cabeza”, eran dos dirigentes reformistas, bandoleros, que recibían las instrucciones de Claudio de los Santos (allegado del Presidente y padre de la sub secretaria de Obras Públicas, Claudia Franchesca de los Santos).”.
Según Castro Monegro, Claudio de los Santos está muy implicado en la trama que dió fin a la vida de Narcisazo. Dijo que un reo de la cárcel de La Victoria, José Ramón López Hidalgo, confesó a la Comisión de la Verdad, que De los Santos y un tio suyo, un sargento de la FAD, lo visitaron y le entregaron 175 mil pesos a cambio de que cuando fuera llevado al Palacio de Justicia gritara ante los periodistas que Rafael Guerrero Peralta (ex jefe de la Policía Nacional) y Juan Bautista Rojas Tabar (ex jefe de la FAD durante la desaparición de Narcisazo) habían sido los autores intelectuales de la muerte del catedrático.
La Comisión de la Verdad considera que éstos no son los autores intelectuales, sino cómplices. Y se basan para ello en las pruebas que ha podido recabar, muchas de ellas ya desaparecidas por los organismos de seguridad, pero que la que la comisión pudo documentar antes.
Entre esas pruebas o hechos están:
Primero: un conduce en el que el encargado de transportación del Banco Central le entrega el vehículo en que fue secuestrado Narcisazo al hijo del ex presidente del Banco Central Mario Read Vittini, Mario Luis Read Escobar (la viuda de Mario Read Vittini, Carmen Escobar, llamó al programa para defender la memoria de su esposo). El vehículo es una jeppeta, placa oficial 11172, perteneciente al Banco Central y asignada en ese momento al hoy contraalmirante Luis Rafael Lee Ballester.
“Había un conflicto porque el hijo de Don Mario quería usar él la jeppeta, por lo que el Banco Central le buscó un vehículo adicional para dejarle la jeppeta a Lee Ballester”.
Segundo: “Cuando llaman a la casa de Taty, el día 27, le dicen que se movilice rápido porque (Narcisazo) estaba en muy mal estado, que fuera rápido a la Policía que lo tenía el mayor Acosta. Resultó que habían dos mayores de la Policía que se llamaban Acosta: Acosta Cuevas y Acosta Acosta. Uno asignado al Banco Central y otro como oficial de la Policía en Puerto Plata”.
Tomás Castro siguió contando que la esposa del que estaba de puesto en Puerto Plata contactó con la Comisión de la Verdad, preocupada porque su esposo había recibido la orden de viajar una noche a Moca y posicionarse en el destacamento de allá, y ella temía que fuera para asesinarlo por tener informaciones de los últimos momentos del profesor.
Tercero: La muerte del capitán de la Fuerza Aérea, Ferrera Batista, que estaba asentada -con sus causas, incluso,- en el libro de novedades de esa institución antes de que ocurriera, hecho que luego fue borrado con liquid papel.
“El capitán de la Fuerza Aérea Dominicana Ferrera Batista, que por un acto inconsciente de él va y entra al A2 y ve a Narciso González ahí, y le pregunta: profesor ¿y qué hace usted aquí? Y es luego cuando se da cuenta que ha cometido un error”. Ferrera Batista (Batistica) supuestamente murió en un accidente de tránsito. El Hospital de las Fuerzas Armadas certificó que murió por un trauma craneal.
Sin embargo, la Comisión de la Verdad logró exhumar el cadáver y su cráneo estaba intacto, y el médico patólogo actuante en la exhumación determinó que a este oficial lo arrollaron con un vehículo pesado que le rompió casi todas las costillas y que una de ellas le perforó un pulmón, causándole una hemorragia interna.
La tarde en que desapareció Narcisazo
“Narciso, ese día, el día 26 de mayo, estuvo en el hipódromo Perla Antillana esa tarde. Salió del hipódromo -de todo eso hay testimonio- y en la Ortega y Gasset, esquina 18, tomó una guagua del transporte público y se quedó en el parquesito de la 27 de febrero con Tunti Cáceres, el parquesito Braulio Alvarez, en ese lugar fue contactado por una persona, funcionario del gobierno de Joaquín Balaguer de entonces, y un alto dirigente del sindicato de la Corporación Dominicana de Electricidad (Sitracode). Parece que le estaban dando seguimiento a Narciso, porque posteriormente de ahí él se va al Cine Doble a ver la película Philadelphia, y varias personas no sólo lo vieron en el cine, sino que conversaron con él, y -entonces- luego dos personas son los que dan el número de la jeppeta en que secuestran a Narciso, y llama y dice que una jeppeta, da el número de placa, estaban golpeando a un individuo y lo metieron de manera violenta en el vehículo, en la 27 de febrero frente a la Clínica de Otorrinolaringología, pero ¿tú sabes a donde lo llevaron cuando lo apresaron ahí? Al Palacio de la Policía. Lo llevan al Palacio de la Policía y el testimonio que da Junior Sarita Lebrón, confidente policial, en término llano: calié de la Policía, que estaba en la casa de guardia del Departamento de Robo de la Policía, narra que estando él ahí llevaron a Narciso González, muy golpeado, y que el sargento de guardia no quería recibirlo en esas condiciones, pero luego de una llamada telefónica le dan las instrucciones al sargento para que le den entrada a Narciso González y luego posteriormente las mismas gentes se lo llevan... De ahí lo llevaron... fue todo un periplo, porque nadie lo quería recibir...
Castro Monegro acusó a muchas personas más: a un hermano del ex director de la DNCD, Rafael Ramírez Ferreiras; también al ex dirigente de izquierda y ex rector de la UASD, Roberto Santana, de quien dijo que llevó a donde Guaroa Liranzo una grabación de una intervención de Narcisazo, en el Paraninfo de Economía, en contra de la reelección de Balaguer.
Y siguió acusando.
“Si el Presidente si dispusiera a castigar el crimen, Carlos Morales se queda sin asistente, el secretario de Obras Públicas sin encargado de Seguridad, y la constructora Malespin va a tener que buscar un nuevo presidente”.
Con estas declaraciones, Castro Monegro fortalece la tesis de que la desaparición de Narcisazo es un crimen de Estado, ocultado por el Estado.
El abogado tildó de íncubo a Jimmy Sierra, amigo de Narcisazo, y quien hoy sostiene la tesis de que éste se suicidó por varios fracasos profesionales y personales, entre los que insinúa infidelidades de su pareja.
Un íncubo, según el diccionario de la RAE, es un demonio, “diablo que, según la opinión vulgar, con apariencia de varón, tenía comercio carnal con una mujer”.
¿Por qué el Gobierno actual se prestaría a seguir protegiendo a los autores intelectuales y materiales de este crimen? “Para evitar que las alianzas políticas se rompan, porque hay intereses grandes y poderosos (entre el PLD y el PRSC)”.
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