QUITO (ELMUNDO.ES).- El presidente ecuatoriano Rafael Correa, que se encuentra en un hospital rodeado de manifestantes tras ser agredido por policías en una protesta, afirmó este jueves que se siente "secuestrado" por un grupo de policías sublevados pero que no lo van a "doblegar". Agregó, durante una breve conversación telefónica con una televisión local, que hay un operativo de rescate listo para sacarlo del hospital, pero aseguró que no lo autoriza para evitar "la pérdida de vidas humanas".
El Gobierno de Ecuador decretó este jueves el estado de excepción en todo el territorio nacional y delegó a las Fuerzas Armadas la seguridad interna y externa del país.
El secretario jurídico de la Presidencia, Alexis Mera, dijo en rueda de prensa desde el Palacio de Gobierno que se declara el "estado de excepción por una semana" y que en ese periodo las fuerzas militares asumirán el control de la seguridad interna y externa del Estado.
Correa ha acusado a la oposición de intentar derrocarle con un golpe de Estado y confirmó que está estudiando la posibilidad de disolver el Parlamento en medio de graves protestas policiales.
Un grupo de policías ocupó la sede de la Asamblea Nacional, en Quito, e impidió el ingreso o salida de las personas que trabajan allí, informó a Efe una fuente parlamentaria. Además, varios legisladores han denunciado que fueron desalojados por los agentes de edificios aledaños a la Asamblea, donde tienen sus despachos.
"Todo está tranquilo, pero los policías impiden la entrada o salida de personas", incluidos los legisladores, precisó la fuente de la Asamblea. Además, dijo que "un grupo pequeño de policías, que pertenecerían al Regimiento Quito", unidad que fue el centro de la protesta de los agentes en la mañana, se encuentra actualmente en la sede parlamentaria.
Miles de policías iniciaron este jueves una protesta en contra de unas enmiendas a la ley de servicio público, que se tramita en el Legislativo, que consideran lesiva a sus intereses. La protesta policial generó un caos en varias ciudades del país y obligó a cerrar el aeropuerto internacional de Quito.
Cientos de policías ocuparon y bloquearon el Regimiento de Quito, el mayor del país. Los agentes llegaron a lanzar gases lacrimógenos a Correa cuando éste abandonaba las instalaciones después de intentar dialogar con los manifestantes. El presidente ecuatoriano fue trasladado a un hospital para recibir tratamiento y recuperarse de la agresión.
Correa explicó la situación vivida desde el mismo hospital. En una entrevista telefónica, el mandatario dijo: "Hubo una bomba que estalló a pocos centímetros de mi rostro. En estos momentos estoy con un suero y hielo, recuperándome".
El presidente afirmó que sus allegados le han informado de que los policías han cercado los alrededores y revisan las ambulancias para constatar si va en una de ellas. "Sería un secuestro del presidente de la República... sería el colmo de la traición a la patria".
Sobre las razones de la huelga, añadió que se trata de una serie de desinformaciones, que los sueldos no se reducirán sino que se triplicarán. "La ley establece que habrá compensaciones para aquellos que tienen que trabajar horas extra. Esto es una conspiración permanente de los que no pueden ganar en las urnas".
'Mátenme si tienen valor'
Rafael Correa llegó esta mañana al Regimiento Quito, el mayor del país, para intentar dialogar con los policías amotinados. Fue recibido con gritos, por lo que el jefe de Estado entró en las instalaciones y, desde una ventana, se dirigió a los policías de tropa, se quitó la corbata y se abrió la camisa para mostrar que no llevaba protección antibalas.
"Señores, si quieren matar al presidente, aquí está: mátenme si les da la gana, mátenme si tienen valor, en vez de estar en la muchedumbre, cobardemente escondidos", dijo Correa visiblemente exaltado al asegurar que su Gobierno seguirá "con una sola política de justicia, dignidad".
"Si quieren tomarse los cuarteles, si quieren dejar a la ciudadanía indefensa, si quieren traicionar su misión de policías, su juramento, traiciónenlo, pero este presidente y este Gobierno seguirán haciendo lo que tiene que hacer", añadió Correa. "Si quieren destruir la patria, destrúyanla, pero este presidente no da ni un paso atrás. Viva la patria", finalizó Correa.
El hospital donde se encuentra Correa está rodeado por policías y manifestantes que impiden salir al presidente ecuatoriano. "Me dicen que han cercado los alrededores", dijo el propio Correa a la Radio Pública.
Correa se reúne con representantes de los policías
Correa se ha reunido en el hospital con un grupo de los policías sublevados, informó la agencia pública de noticias Andes. "Una delegación conformada por representantes de los policías sublevados acompañados por un abogado mantienen en estos momentos una reunión con el presidente de la República, Rafael Correa", señaló Andes en su web.
La cita tiene lugar "en una de las habitaciones del Hospital de la Policía Nacional, en donde (Correa) está asilado tras ser agredido por los manifestantes, quienes además impidieron la salida del mandatario", añade. Según Andes, en la reunión también está presente el ministro de Finanzas, Patricio Rivera.
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