miércoles, 27 de octubre de 2010

El cólera no para la violencia electoral en Haití

PUERTO PRINCIPE.- La grave epidemia que sufre la comunidad haitiana no ha alterado al principal evento político del país, la continuidad democrática. El 25 de noviembre se supone que los haitianos van a elecciones presidenciales. Y se supone, porque el domingo, el presidente René Prevál dejó caer a sus colaboradores que la campaña electoral debiera ser suspendida en medio de la primera epidemia de cólera que ha afectado el Caribe, y cobrado 257 muertos y más de 1.300 enfermos graves.
Dice el presidente que en estas circunstancias no hay condiciones para realizar unas elecciones que pretenden ser la reafirmación democrática de un país víctima de dictaduras civiles, militares y populistas, y que sufrió el 12 de enero un seísmo y ahora una batalla contra la epidemia de cólera. Pero no ha tomado una decisión final, ni se sabe si lo hará.

Campaña en la calle
Mientras tanto la campaña política sigue. Hay 19 candidatos a la presidencia de Haití en estos momentos. Y cada uno más agresivo que el otro, sin que les importe la situación del país.

Son nombres como Jude Celestin, Mirland Manigat, Leslie Voltaire, Charles Henri Baker o Iver Crisaline, entre otros, cuyos carteles disputan a brazo limpio todo espacio en una pared o poste de electricidad de Puerto Príncipe que no fue derrumbado por el seísmo.

El país se encuentra en una encrucijada. La decisión es sobrevivir, comer o perecer, admiten abiertamente los haitianos en la calle.

Pero les preocupa la seguridad, porque en tiempos de elecciones, la tendencia en Haití es entrar en una espiral de violencia, particularmente desde que el ex presidente Jean Bertrand Aristide tuvo que refugiarse en Sudáfrica, huyendo de su país acusado de corrupción pero que sigue controlando a sus partidarios por vía telefónica.

"Lo que tememos es que en estas elecciones pueda haber violencia porque los americanos se han ido. Aquí siguen los brasileños, los peruanos y lo argentinos, (como fuerzas de paz de la ONU) pero nadie les teme. Los americanos controlaban la situación y si no están ahora aquí para las elecciones, vamos a tener problemas", dijo a ELMUNDO.es una joven maestra de secundaria, Anne Marie Bichot.Es más, agrega, "los americanos nos han abandonado en el peor momento. Ni siquiera estamos seguros de la legitimidad del resultado electoral".


La violencia
En las oficinas gubernamentales se manejan las mismas preocupaciones. ELMUNDO.es estuvo en algunas de ellas este lunes, y los funcionarios gubernamentales no ocultan lo que piensan.

"Las urnas están listas, las boletas también, pero la gente de Aristide las puede secuestrar", admitió uno de ellos. La gran incógnita en este caso es la reacción que van a tener los 1.500.000 haitianos que viven en los campamentos de refugiados.

Son gente que desde enero vive a la intemperie, con poca ayuda gubernamental y que están acumulando rencor en las calles.

Dicen algunos haitianos, intelectuales entre ellos, que quieren permanecer anónimos, que "la población" está descontenta, más que por su tragedia por la falta de respuesta a sus necesidades por parte de las autoridades.

Mientras, la campaña sigue, los sargentos políticos de los candidatos siguen pegando carteles en las paredes; en Haití puede no haber comida, pero hay pegamento infinita para pegar carteles electorales -, incluso en la fachada del hospital de St. Marc donde a todo minuto mueren niños y ancianos víctimas del cólera.

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