Sobre camillas o en sillas de ruedas, decenas de enfermos arriban en forma constante desde hace tres días al centro de salud de Cité Soleil, el barrio marginal más grande de la capital haitiana, afectados por la epidemia de cólera que azota a gran parte del país.
Un fuerte olor a cloro se percibe a la entrada del centro. Y con razón, ya que los nuevos pacientes, visiblemente debilitados, son rociados con el desinfectante antes de ser recibidos por los jóvenes médicos y enfermeras haitianos que asisten al equipo de Médicos Sin Frontera (MSF), que dirige el centro sanitario.
"Recibimos nuevos casos a diario, el número aumenta día a día", asegura Juliette Olivier, que intenta rehidratar a los enfermos tendidos sobre camas especiales instaladas bajo tiendas de campaña.
Elsie Joseph, de 55 años, acaba de llegar. Ella ha sido conectada a un suero y comienza a recuperar fuerzas. "Terminaba de beber un vaso de agua cuando comencé a sentir fuertes cólicos; eso fue el comienzo de mi calvario", dijo.
"Intentamos estabilizar a los enfermos que llegan antes de ubicarlos según la gravedad de sus casos en los centros de tratamiento de cólera en Puerto Príncipe", explicó el doctor Raou Plancher.
Desde el comienzo de la epidemia, a mediados de octubre, cerca de 10.000 personas han sido admitidas en los hospitales y centros de salud del país, el más pobre del continente americano. Hasta el momento se registraron 643 muertes, según datos oficiales.
Y el miedo ha ganado los mugrientos callejones de este barrio, antiguo bastión de bandas armadas, donde reina la insalubridad.
Dos centros de salud han sido instalados en este barrio de la capital, donde habitan más de 300.000 personas y donde la única presencia del Estado consiste en una estación de policía ubicada en el corazón de un mercado público, en plena calle.
Al menos una persona murió de cólera en Cité Soleil y centenares de enfermos fueron tomados a cargo en los centros dirigidos por Médicos Sin Fronteras, confirmó el director general del ministerio de Salud Pública.
En otros barrios de la capital, MSF y otras ONG toman a su cargo a los enfermos que llegan por docenas todos los días, así como los que afluyen al hospital universitario de Puerto Príncipe.
"Pusimos en marcha un centro de selección de enfermos con el fin de conducir los casos de diarrea severa a un espacio especial que hemos establecido esta semana, pero que ha sido desbordado rápidamente", precisó el doctor Yves Lambert, responsable de enfermedades infecciosas en el hospital público de la capital.
En unos días, las 20 camas han sido ocupadas por personas que presentan signos clínicos de la enfermedad. Dos muertos han sido registrados en ese lugar.
"Una persona murió aquí, la otra fue encontrada en la calle, y no sabemos aún si fueron víctimas del cólera, aunque todo indica que fue así", explicó Lambert, quien cuenta con escasos recursos para evitar la propagación de la epidemia.
"Si los casos de cólera continúan aumentando a este ritmo, muy pronto estaremos desbordados. Va a haber que actuar más cerca de las comunidades", recomendó el médico.
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