viernes, 5 de noviembre de 2010

Más de 90 muertos en nueva y muy fuerte erupción de volcán Merapi en Indonesia

ARGOMULYO, Indonesia.- Más de 90 muertos y decenas de heridos, según un nuevo balance, dejó este viernes en Indonesia una nueva y muy fuerte erupción del volcán Merapi, que lanzó nubes de ceniza y gas provocando escenas de pánico en plena noche.



Esta erupción es "la más potente" desde que el volcán más activo de Indonesia entró en una fase eruptiva, el pasado 26 de octubre, indicó Surono, el vulcanólogo encargado de su seguimiento.

Los socorristas señalaron 69 fallecimientos confirmados, entre ellos nueve niños de menos de 10 años. El balance es provisional debido a que "ciertas zonas son inaccesibles por los humos tóxicos", según Banu Hermawan, un portavoz del alcalde de Yogyakarta, la gran ciudad situada al sur del Merapi.

Desde el 26 de octubre, 113 personas han muerto víctimas de las nubes ardientes y los vertidos piriplásticos --mezcla de gas y lava incandescente-- que escupe regularmente el cráter, que se eleva a 2.914 metros de altura en medio de una región muy poblada del centro de la isla de Java.

Más de 100.000 habitantes han sido obligados a evacuar los pueblos situados en las laderas o al pie del volcán. Esta cifra seguirá aumentando tras la decisión tomada este viernes por las autoridades de ampliar la "zona peligrosa" de 15 a 20 km a partir de la cima.

"Parece un paisaje de fin de mundo. El aire es irrespirable, apenas se veía a pocos metros (...)", según la escritora francesa Elisabeth Inandiak, instalada desde hace varios años en la región.
"La gente se siente inquieta y descorazonada, porque no se sabe hasta cuando puede durar esto", añadió.

Considerado el volcán más peligroso del país, el Merapi ("montaña de fuego" en javanés) ha tenido cerca de 70 erupciones desde mediados del siglo XVI, algunas devastadoras, como en 1930, cuando murieron 1.400 personas.

La nueva erupción, que empezó poco después de medianoche, devastó el pueblo de Argomulyo, a 18 km del cráter, comprobó un corresponsal de la AFP.

"Las viviendas estaban abrasadas por las nubes de cenizas y las nubes ardientes. Han muerto muchos niños", indicó Teguh Dwi Santosa, un médico policía.

La fuga de los habitantes y las operaciones de evacuación provocaron "escenas de caos" en plena noche, según un responsable de los socorros, Widi Sutikno. "Todos los medios de transporte disponibles fueron utilizados para llevar gente al refugio".

Más de 100.000 personas han hallado hasta ahora refugio en escuelas, inmuebles administrativos o incluso en estadios como el de Yogyakarta, con una capacidad para 30.000 personas.

Durante una visita, el presidente indonesio Susilo Bambang Yudhoyono, pidió paciencia a los evacuados y les avisó que la fase eruptiva puede durar semanas. Además movilizó el viernes a un regimiento del ejército para ayudar a encaminar la ayuda a los damnificados.

El aeropuerto de Yogyakarta fue cerrado hasta el sábado porque "la ceniza cubre la zona". Por otro lado, las autoridades piden a los pilotos que respeten una zona de exclusión aérea de 12 km como mínimo, alrededor del volcán.

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