NUEVA YORK._ El niño dominicano Mickael Carmona que padece de autismo, desapareció durante cinco horas en el subway (sistema de trenes), cuando estaba al lado de su madre Soraima Carmona, quien lo llevó con ella a una cita médica. El muchacho de 10 años de edad, aprovechó el momento en que su mamá estaba firmando unos papeles en el Centro de Salud Premiere Health Care de Brooklyn donde residen, para desaparecer de su vista y meterse al sistema de trenes subterráneos, donde dijo, quería abordar uno, porque le gusta montarse en esos aparatos.
De inmediato, la madre y empleados de la clínica llamaron al 911 y la policía comenzó una intensa búsqueda que dio al traste con la reaparición de Mickael cinco horas más tarde en la estación de trenes de la calle 59 y Columbus Circle en Manhattan.
Hoy, que dice que el niño autista y sus otros cuatro hijos, son su más grande bendición, puede celebrar contenta el Día de Acción de Gracias. Le han recomendado dijo, que le compre zapatos con GPS a Mickael y un brazalete de identificación médica, pero ella sostiene que esos aparatos no están económicamente a su alcance
Es madre soltera y estudiante de Servicios Humanos en el Politécnico de Brooklyn y dos días a la semana hace una pasantía en la organización comunitaria “Children´s of Promise” (Niños de Promesa). Para graduarse le restan tres materias de biología y dos pasantías más y espera terminar en un año y tiene la meta de en cinco o seis años, abrir su propia agencia comunitaria para ayudar a los más necesitados.
Criticó a muchas agencias existentes a las que los necesitados tienen que ir a pasarse muchas horas esperando y al final, no consiguen nada. Quiere ayudar a romper con el tabú del autismo en los niños y niñas que padecen ese defecto y orientar a los padres.
Señaló que a la mayoría no les gusta buscar ayuda o temen hacerlo debido a la barrera del idioma, “pero eso, no debe ser un obstáculo para conseguir lo que necesitamos para nuestros hijos”.
“Mis hijos no me pasan y son la mejor bendición que tengo, por eso que no quiero que se lleven a Mickael a un hogar de crianza o un internado. Necesitan ayuda, pero no en un sitio que parezca una cárcel cuando el gobierno puede darnos otro tipo de lugar. No es violento, él vive en su mundo y goza con sus juguetes”, explicó acerca del muchacho autista.
Ante la insistencia de un médico que le recomienda internar al niño, ella se resiste y dice que hoy, estará junto a todos sus hijos. Algunos de sus otros vástagos también sufren enfermedades.
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