Patología Forense no determina muerte fiscal

Como "indeterminada" califica la muerte de la fiscal adjunto Gissell Odalzia Reyes Díaz la autopsia practicada a su cadáver en el Instituto de Patología Forense, en esta Capital.


Según la necropcia practicada por médicos de esa institución, no fue posible establecer "fuera de toda duda médica razonable", la forma jurídica del fallecimiento, por lo que plantea que se realice una indagación policíaco-judicial con el objetivo de completar las circunstancias.

"Si durante el proceso de esa investigación se arrojan evidencias que ameriten una modificación en cuanto a la manera jurídica de la muerte, esta será incluida en otro dictamen", puntualiza el informe.

No obstante, el informe subraya que el deceso de la magistrada Reyes Díaz obedeció a un shock hemorrágico (hemorragia interna) por laceración de ambos pulmones y arteria aorta torácica, por herida a distancia (impacto secundario) de proyectil de arma de fuego, cañón corto con entrada en la región dorsal derecha, línea escapular externa, con séptimo espacio intercostal, sin salida.

De acuerdo a la experticia, el cadáver presentaba una fractura conminuta del séptimo arco costal posterior derecho y una laceración de pleura parietal derecha.

Reyes Díaz fue ultimada de un disparo la noche del domingo 24 de este mes, en momentos que regresaba a su hogar, en la urbanización Eugenio María de Hostos en Invivienda, Santo Domingo Este.

Por el hecho se encuentran presos de manera preventiva el sargento mayor Augusto Luciano Familia, quien cumple tres meses de prisión preventiva en la cárcel de La Victoria; y Pedro Julio Ortiz Ceballos y Juan Carlos Aquino Mesa, quienes cumplen un año de prisión preventiva a ser cumplida en las cárceles del 15 de Azua y de Najayo, respectivamente.

También le fue dictada medida de coerción, consistente en una fianza, contra Milena López Ciprián y Mireni María Reyes, quienes presuntamente suministraron un revólver a Ortiz Ceballos y Aquino Mesa para cometer el atraco contra la fiscal adjunta, y lo escondieron después del asesinato, a pesar de que la bala que mató a la funcionaria del Ministerio Público salió del arma del sargento mayor Luciano Familia.