miércoles, 29 de diciembre de 2010

Obama sopesa fijar en Chicago sede de su campaña para la reelección del 2012

EFE
Washington
A diferencia de todos los presidentes en la historia moderna de EEUU, Barack Obama sopesa fijar la sede de la campaña para su reelección en el 2012 fuera de Washington o sus alrededores y analiza establecerla en Chicago, según la prensa local.

La revista Politico describe esa potencial decisión como "osada" y asegura que los estrategas del presidente perseguirían con ello recrear parte de la magia que se creó en torno a Obama durante la campaña presidencial del 2008.

Se espera que la campaña cobre forma en los próximos meses y Politico sostiene que las personas que están perfilando los detalles parten de la base de que el cuartel general de la campaña estará en Chicago, conocida popularmente como la Ciudad de los Vientos.

Fuentes próximas a la campaña no identificadas aseguraron que aunque no se ha tomado una decisión, Chicago se perfila como una elección prácticamente segura.

Tanto la campaña para la reelección del presidente George W. Bush en el 2004, como la de Bill Clinton en el 96, la de Bush padre en 1992, Ronald Reagan en 1984, Jimmy Carter en 1980 y la de Gerald Ford en 1976 se establecieron o bien en Washington o en el estado de Virginia, contiguo a la capital estadounidense.

El principal asesor político de la Casa Blanca, David Axelrod, anunció a mediados de noviembre que regresaría a Chicago a principios del 2011 para comenzar a diseñar la campaña para la reelección de Obama.

El asesor, de 55 años, es amigo de Obama desde hace tiempo y fue el principal estratega de la histórica campaña del 2008 que dio el triunfo al actual inquilino de la Casa Blanca.

Está previsto que el ahora jefe adjunto de Gabinete de la Casa Blanca Jim Messina se sume a Axelrod y su equipo en Chicago.Algunos analistas políticos apuntan que una de las principales ventajas de una decisión de ese tipo es que Obama podría aducir, como lo hizo en el 2008, que no es una criatura de Washington.

No falta, de todos modos, quien señale que ahora que es el presidente el aducir que no forma parte del poder establecido de la capital sería bastante cuestionable.

Entre las posibles desventajas, según los observadores, podría estar los algo más de 1.000 kilómetros que separan a Washington de Chicago y que podría originar problemas de comunicación entre la campaña de Obama y el equipo para su reelección.

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