Según el portavoz, Zemarai Bashary, durante el pasado año se produjeron unos 6.700 sucesos violentos en el país, donde la violencia se recrudeció en los últimos tiempos.
Un total de 5.225 supuestos insurgentes, 1.292 policías y 2.043 civiles murieron en actos violentos, conforme a los datos proporcionados por Bashary, quien añadió que entre los civiles hubo además 3.570 heridos.
El portavoz precisó que las muertes de agentes de seguridad han bajado un 7 por ciento respecto a 2009, pero reconoció al mismo tiempo, y pese a no disponer de datos del año anterior, que las bajas civiles se han incrementado.
Los talibanes han ampliado en los últimos años su radio de acción desde sus bastiones tradicionales del sur y el este, y recurren con frecuencia a colocar artefactos explosivos o atentados suicidas en su estrategia para implantar un Estado de corte islamista.
Además, en 2010 los insurgentes causaron la muerte de 711 soldados de las tropas internacionales, según el portal independiente icasualties.org. De esas víctimas, unos dos tercios eran de nacionalidad estadounidense
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