SANTO DOMINGO.- Los centros de internet son una buena opción para niños y adultos que en sus hogares no tienen acceso a esa importante herramienta tecnológica, pero ¿saben los padres a que están expuestos sus hijos en esos establecimientos?
Es considerable la presencia de menores de edad en estos lugares; algunos van a hacer tareas, otros a jugar y unos a chatear, en la mayoría de los casos con personas desconocidas.
Videojuegos regularmente violentos, páginas de contenido para adultos, como las de contenido pornográfico y de violencia, son algunas de las cosas a las que se arriesgan los niños en los cybercentros y que influyen de manera negativa en su comportamiento.
Joel Mejía, administrador de un café cibernético en el capitalino sector de Herrera, expresa que desde la mañana, cuando abre su negocio, la mayoría de los clientes son muchachos menores de 18 años que van a conectarse a redes sociales, a chatear y a jugar.
"Los que más vienen son muchachitos, sí, cuando salen de la escuela se quedan aquí, pero esto es un negocio legal, yo no puedo decirles que se vayan ni estar encima de ellos para ver lo que están haciendo" dijo.
Queda claro, entonces que es responsabilidad de los padres supervisar y administrar las acciones de sus hijos, a dónde van, qué hacen.
¿De dónde sacan los recursos estos niños para pagar en estos lugares?
Algunos guardan el dinero que los padres les dan para la merienda en la escuela y muchos, incluso, se dedican a pedir en las calles, pero están los peores, los que hasta roban para ir a "divertirse" pegados en el internet.
Una situación que se da a causa de la falta de regulación en esos negocios, es que en ocasiones los pequeños faltan a la escuela y se quedan a vagar por esos lugares y los padres ni cuenta se dan.David González, sicólogo y profesor de un colegio, resalta las dos caras de esos locales y condena el hecho de que no haya más vigilancia con respecto a lo que hacen los niños y adolescentes.
"Los cybercafé, como les llaman, tienen un buen concepto, pero se les da un uso inadecuado y como no hay una inspección de lo que ocurre ahí, entonces los padres deben orientar a sus vástagos sobre los perjuicios que puede causar el mal uso de la internet y estar prestos al tiempo en que están en estos centros y de lo que realmente van a hacer ahí", aconseja.
Existen personas perversas que aprovechan esta herramienta y la ingenuidad de los usuarios para cometer fechorías. Una de las más comunes es hacer contacto con los niños, en ocasiones se hacen pasar por menores, ganan su confianza y luego les piden cosas como desnudarse frente a una cámara web.
El año pasado la Unidad de Apoyo y Análisis creada por la Policía Nacional, realizó un estudio en barrios marginados de la capital y diagnosticó que estos centros promueven la pornografía y la deserción escolar y que pueden tener alguna influencia en el alto índice de delincuencia que socava a la sociedad.
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