domingo, 20 de febrero de 2011

Cedimat ha salvado a cientos de niños con problemas del corazón EL PROGRAMA CUENTA TAMBIÉN CON EL APOYO DE LA FUNDACIÓN HEART CARE DOMINICANA

Santo Domingo
Raysa Valenzuela tiene nueve años. Es una niña ágil y despierta, pero en sus primeros seis años padeció serios problemas en la estructura y funcionamiento de su corazón, debido a una cardiopatía congétita. Un tiempo de angustia y sufrimiento para su madre, un verdadero Getsemaní, cuando los médicos le dieron tres días de vida en el año 2008.

Como Raysa, Romer Antonio Matos, de 11 años, vive en Sabana Perdida, y padeció también un tipo de defecto cardíaco congénito: tetralogía de Fallot. A los ocho años apenas caminaba, con niveles muy bajos de oxígeno en la sangre y ya presentaba signos de cianosis (una coloración azulada y púrpura de la piel).

Los dos tuvieron al borde de la muerte, pero fueron salvados gracias a la intervención de la Fundación Heart Care Dominicana y el Patronato del Centro de Diagnóstico, Medicina Avanzada y Telemedicina (Cedimat), que preside el Arzobispo de Santo Domingo, Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez.

El purpurado celebró ayer una misa de acción de gracias por las vidas de Raysa y Romer, y de otros 2,000 niños dominicanos, que han sido atendidos e intervenidos en Cedimat, desde que se inició, hace 11 años, este programa social de cirugías cardiovascular y cateterismo de niños.

“Todos son hijos de familias que apenas consiguen para comer, y los médicos se han entregado con alma y vida a ellos”, dijo conmovido el Cardenal. Dentro de un cortejo de estos niños, vestidos con camisetas blancas y un corazón rojo dibujado en el pecho, que llevaron las ofrendas hasta el altar, estaban Raysa y Romer, llenos de vidas, sonrientes, como si nunca hubiesen estado tan cerca de la muerte.

La madre de Raysa, Ramona Martínez, sabía que la cardiopatía congénita que padecía su hijita era la enfermedad responsable de más muertes en el primer año de vida que cualquier otro defecto de nacimiento, y sufría enormente. Gracias a su padre, Roberto Valenzuela, quien es sargento del Ejército, la niña era atendida desde el principio en el Hospital Central de la Fuerzas Armadas.

Hasta que llegó el momento en que debía ser operada urgentemente y fue recomendada al programa de Cedimat, donde el doctor Pedro Ureña, presidente de Heart Care Dominicana, se dio cuenta que si no era intervenida moriría antes de tres días. “La lucha fue encontrar la sangre, porque no teníamos un centavo”, dijo la madre. “Pero siempre Dios provee a quien confía en Él”, Agregó.

Apenas caminaba
En el caso de Romer, siempre fue atendido atendido en la Maternidad de Los Mina, pues su madre no tenía recursos para acudir a ningún especialista. Un día desesperada, porque el niño con ocho años apenas caminaba, acudió al programa de Corazones Unidos y allí la doctora Janet Toribio la conectó con Cedimat. “Fue nuestra salvación, mi hijo fue operado hace tres años sin que pagáramos un sólo centavo”, dijo la madre mientras las lágrimas se asomaban en sus pupilas.

“Me lo patrocinó un pelotero, me dijeron que David Ortiz”, dijo la señora Matos.

El cardenal López Rodríguez agradeció a los patrocinadores de Cedimat y recordó que decenas de personas generosas, empresarios, peloteros, instituciones y particulares colaboran secretamente con la Fundación Juan Manuel Taveras, el Patronato de Cedimat y Heart Care Dominicana, para que se pudieran atender a tantos niños con enfermedades congénitas y no congénitas del corazón. Luego de la misa, los niños disfrutaron un espectáculo de payasos, juegos y comidas.

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AGRADECE A PERSONAL MÉDICO Y VOLUNTARIOS
Al final de la misa, el doctor Pedro Ureña agradeció la participación de las madres y otros familiares de los niños, al cuerpo de voluntarios de Cedimat y al personal médico que asistió a la ceremonia.

Destacó que el programa de cirugía cardiovascular y de cateterismos de niños es el más amplio y el de máyor importancia de la institución en el aspecto social.

Recordó que la fundación Heart Dominicana se inició con una clara visión de la necesidad que imperaba en el país de una unidad Cardiovascular Pediátrica, con capacidad de brindar los servicios necesarios a niños con cardiopatías.Dijo que desde el año 2000, se realizan jornadas quirúrgicas asistidas por instituciones internacionales, con miras a reducir el número de pacientes en necesidad de cirugía, y al mismo tiempo entrenar al personal médico local, en la realización de dichos procedimientos.

Afirmó que gracias al entrenamiento recibido a través de los operativos, nuestro equipo médico local inició en el 2006 en Cedimat el programa de cirugía cardíaca pediátrica, atendiendo un considerable número de patologías.

“Desde el año 2000, más de dos mil niños de escasos recursos se han beneficiado con tratamiento quirúrgico cardiovascular de primer nivel, con un excelente resultado”, dijo.

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