sábado, 12 de febrero de 2011

Egipto inicia un nuevo camino sin Mubarak

EL PUEBLO EGIPCIO, INCLUYENDO LOS SOLDADOS, ATESTARON LA PLAZA TAHRIR PARA CELEBRAR LA PARTIDA DE SU PRESIDENTE POR 30 AÑOS EFE
El Cairo
Con un anuncio de tan sólo treinta segundos terminaron ayer en Egipto los treinta años de gobierno de Hosni Mubarak, un paso al que se llegó gracias a una revolución popular que derribó a uno de los regímenes más estables de la región.

El vicepresidente Omar Suleimán, cuyo papel a partir de ahora queda en el aire, fue el encargado de comunicar al país, a las 18.00 horas (16.00 GMT), que Mubarak, de 82 años, había cedido el poder a las Fuerzas Armadas.

“El presidente Mohamed Hosni Mubarak ha decidido renunciar a su cargo de presidente de la República y ha encargado al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas administrar los asuntos del país”, dijo Suleimán, en el breve mensaje que leyó.

Mientras Suleimán, uno de los más estrechos colabores de Mubarak, anunciaba así el final de una era, el veterano líder se encontraba en uno de sus lugares favoritos, en la ciudad de Sharm el Sheij, en la península del Sinaí, a orillas del mar Rojo.

Una revolución
La renuncia de Mubarak se produjo gracias a una revolución que estalló el 25 de enero pasado y que ha causado unos 300 muertos y miles de heridos. Todavía ayer estaban en la cárcel algunos de los miles de detenidos encarcelados por estas protestas.

La presión a la que ha sido sometido Mubarak ha estado protagonizada por centenares de miles de egipcios que se lanzaron ayer de nuevo a las calles para protestar por la intención del gobernante reiterada anoche en un discurso a la nación de mantenerse en el poder.Ayer, en cambio, al conocerse la renuncia de Mubarak, las calles de El Cairo se inundaron de una euforia generalizada cuando se supo que, por fin, Mubarak abandonaba el poder y lo cedía a los militares, que se habían ganado el apoyo y simpatía de los egipcios.

“Esto es sólo el comienzo”, afirmó el premio nobel de la paz Mohamed el Baradei, una de las figuras de la oposición que más se ha volcado en luchar contra el sistema político, tanto dentro como fuera del país. “Tenemos mucho que hacer, hay que crear el país desde cero”, advirtió.

Los Hermanos Musulmanes, el grupo de la oposición más importante y el mejor organizado, tardaron en reaccionar, pero cuando lo hicieron recalcaron que el paso de hoy representa “el comienzo de un largo camino”, según dijo a Efe su portavoz, Mohamed Mursi.

El poder en Egipto está ahora en manos del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, según la voluntad de Mubarak.

Ese mismo Consejo llevaba siguiendo de cerca la situación desde ayer, que con su comunicado número 1, desató todo tipo de versiones, incluso la posibilidad de la renuncia de Mubarak, que se produjo al día siguiente.

La oposición egipcia confía en que, a partir de ahora, se abra un proceso en el que participen juntos civiles y militares, que conduzca a unas elecciones limpias, en un plazo de varios meses o un año, a partir de las cuales se sienten las bases del nuevo estado. No parece que la oposición egipcia tenga prisa para ello.

Lo único que quiere, según algunos portavoces, es que se haga bien y se terminen las trampas políticas que han manchado la gestión de Mubarak y que, al final, han provocado su caída.

OBAMA PIDE UNA TRANSICIÓN “CREÍBLE”
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, saludó ayer al pueblo egipcio, que logró expulsar a Hosni Mubarak del poder, y llamó a los militares a asegurar una transición política “creíble” hacia la democracia. “El pueblo de Egipto ha hablado; su voz ha sido escuchada y Egipto nunca será el mismo”, dijo Obama en su primera reacción pública a la renuncia del presidente egipcio.“Al dimitir, el presidente Mubarak ha respondido al hambre de cambio del pueblo egipcio”, añadió Obama.

“Los egipcios han dejado claro” que no quieren nada menos que “una democracia genuina”, agregó, elogiando a los militares egipcios por proteger el país. Ahora, le toca a las fuerzas armadas garantizar una transición política “creíble a los ojos del pueblo egipcio”, dijo Obama, advirtiendo que “se avecinan días difíciles”. “Estas últimas semanas, el ritmo de la historia se ha acelerado de forma alocada, cuando los egipcios reclamaban sus derechos universales”, señaló. “Para Egipto, esto ha significado la moral de la no violencia, sin terrorismo, sin asesinatos insensatos, sino de la no violencia, que ha desviado la trayectoria de la historia una vez más hacia la justicia”, insistió.

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