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Lisboa, 25 mar (EFE).- El Partido Social Demócrata (PSD) luso obtendría casi el doble de votos que el socialista en caso de que el país celebrara elecciones, e incluso podría gobernar con mayoría absoluta con el apoyo del CDS-PP, según un sondeo publicado hoy.
La encuesta, que fue realizada entre el 18 y el 23 de marzo -justo antes de que el primer ministro portugués, el socialista José Sócrates, presentara su dimisión-, muestra que la intención de voto al partido en el Gobierno cayó un 4,6 % sólo en el último mes, hasta el 24,5 %.
El PSD, de tendencia conservadora, obtendría una clara victoria con el 46,7 % de los votos, según este mismo sondeo divulgado hoy por varios medios lusos, aunque también pierde un 1,1 % respecto a febrero.
Al partido liderado por Pedro Passos Coelho le bastaría con aliarse con los democristianos del CDS-PP (ya han sido socios en anteriores ocasiones), que contarían con un apoyo del 6,3 %, para poder llegar al Ejecutivo con mayoría absoluta.
Los resultados de esta encuesta se conocen en el mismo día en que el presidente de Portugal, Aníbal Cavaco Silva, se reúne con todos los grupos parlamentarios para estudiar una posible salida a esta crisis de Gobierno, y que podría pasar por la convocatoria de elecciones anticipadas, como ya han solicitado los partidos.
El sondeo -con un margen de error del 3,45 %- recoge la opinión de 805 ciudadanos portugueses y otorga el 8,9 % de los votos a los marxistas del Bloque de Izquierda y el 6,7 % de los apoyos al Partido Comunista.
En cuanto a la popularidad de los líderes de la política portuguesa, el peor situado es el primer ministro en funciones, ya que sólo un 17,6 % de los encuestados consideró positiva la imagen de Sócrates, frente a un 71,7 % que la calificó de negativa.
Pedro Passos Coelho (PSD) obtuvo mejores resultados en este sondeo, con un 33,1 % a favor y un 38,5 % en contra.
La encuesta fue realizada en el momento álgido de la polémica por el último paquete de medidas de ajuste presentado por el Gobierno, que incluía rebajas en las pensiones y la congelación de sueldos públicos, justo cuando todos los partidos de la oposición, de izquierda a derecha de la Cámara, anunciaron que tumbarían el plan en el Parlamento.
Este rechazo unánime provocó la dimisión del primer ministro el miércoles, por considerar estas medidas como indispensables para garantizar el cumplimiento de sus objetivos de reducción del déficit público y evitar así el rescate financiero
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