Tokio, 11 abr (EFE).- Un seísmo de 7 grados en la escala de Richter sacudió hoy de nuevo el noreste de Japón, al cumplirse justo un mes del gran terremoto y el tsunami subsiguiente que arrasaron esa zona y causaron el mayor desastre en Japón desde la II Guerra Mundial. A un balance de 13.130 muertos y 13.718 desaparecidos hay que sumar cerca de 150.000 refugiados, pueblos barridos por el agua, pérdidas por unos 200.000 millones de euros y una grave crisis nuclear aún sin resolver en la planta atómica de Fukushima. Los esfuerzos por controlar los maltrechos reactores de esta central se ven dificultados día a día por la elevada radiactividad y las constantes réplicas sísmicas, algunas de gran intensidad, como la que hoy obligó a evacuar temporalmente a los trabajadores.
El temblor, el quinto más intenso que ha sufrido Japón en el último mes, tuvo su epicentro precisamente en la provincia de Fukushima y cortó temporalmente el suministro eléctrico de la central y, por tanto, el bombeo de agua en los reactores 1, 2 y 3.
Pese a la alerta inicial, la interrupción de electricidad duró solo 50 minutos y no fue necesario regar los reactores de forma manual ni se informó de desperfectos en ninguno de los paneles de control de los seis reactores de la planta.
La jornada en la que se cumplió un mes de la tragedia fue una de las más "activas" sísmicamente.
Al temblor de 7 grados le siguió otro seísmo de más de 6 grados; cuatro de más de 5 grados; 19 superiores a los 4 grados y dos de más de tres grados Richter, todos en la misma zona y en un lapso de solo cuatro horas.
Según la Agencia Meteorológica de Japón, desde el 11 de marzo se han registrado unas 400 réplicas de 5 o más grados Richter; unas 70 de al menos seis grados y otras cinco de al menos 7 grados Richter, una intensidad similar a la del seísmo que dejó unos 300.000 muertos en Haití en enero de 2010.
Con cada temblor aumenta la tensión en un área que afronta un futuro incierto y vive pendiente del parte diario que informa del nivel de radiactividad en cada localidad.
El Gobierno, que mantiene evacuado un radio de 20 kilómetros en torno a la central, anunció hoy que en el plazo de un mes planea ampliar la evacuación a varios pueblos situados más allá del perímetro decretado actualmente como área de exclusión.
El ministro portavoz, Yukio Edano, detalló que la evacuación se llevará a cabo en media decena de pueblos, incluidos el de Iitate, que pese a estar a 40 kilómetros de la central nuclear tiene una radiactividad más elevada que otras localidades más cercanas.
El Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) había recomendado la evacuación de esa localidad, igual que organizaciones como Greenpeace, pero hasta ahora el Gobierno nipón mantenía que el nivel de radiactividad no suponía un riesgo "inmediato" para la salud.
También se vaciarán pueblos como Minami Soma, que se encuentra justo al borde del perímetro de exclusión y que hasta ahora estaba solo parcialmente evacuado.
Edano justificó los nuevos planes de evacuación al señalar que el nivel de radiactividad detectado en esas zonas puede ser perjudicial para la salud si los ciudadanos reciben una exposición de entre seis meses y un año.
El desastre nuclear de Fukushima ha desatado un debate mundial sobre la energía atómica, que en Japón supone cerca del 30 por ciento de la electricidad total que consume el archipiélago, frente al 75 por ciento de Francia o el 20 por ciento de EEUU.
En Japón buena parte de las críticas son para la actuación de la empresa operadora de la central, Tokyo Electric Power (TEPCO), que durante años fue motor de desarrollo de una región que ahora vive su peor crisis a causa del desastre nuclear.
Muchos de los afectados son agricultores que han visto caer en picado sus ventas por el temor a la radiactividad en los alimentos, algo que también se ha extendido al sector pesquero tras detectarse la semana pasada niveles de cesio y yodo radiactivo en una especie similar a la anguila marina.
Hoy el gobernador de Fukushima, Yuhei Sato, rehusó recibir al presidente de TEPCO, Mastaka Shimizu, cuando éste visitó las oficinas del gobierno provincial para "disculparse" con la población, en su primera aparición pública desde el 13 de marzo.
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