miércoles, 20 de abril de 2011

Kate Middleton, ¿una nueva Diana?

AFP
Londres
Desde que el príncipe Guillermo deslizó el anillo de compromiso de zafiro de su madre en el dedo de Kate Middleton, el recuerdo de la princesa Diana se reavivó y las comparaciones entre la futura novia y la que hubiera sido su suegra se hicieron inevitables.

"Nadie quiere suplantar a mi madre", proclamó el segundo en la línea de sucesión a la Corona en la primera entrevista televisiva de la pareja tras el anuncio del compromiso que culminará en boda el 29 de abril.

Aunque los novios no quieran, Kate va a ser forzosamente medida a la que pasó a la posteridad como "Princesa del Pueblo" tras su muerte en un accidente de coche en 1997, pero de entrada parece mejor armada que aquella jovencita tímida y virginal que fascinó al mundo al casarse con el príncipe Carlos en 1981.

"Kate ha sido cuidadosamente preparada, ha sido un largo proceso durante bastante tiempo, afirmó el reconocido experto británico en relaciones públicas Max Clifford. Sabe exactamente lo que le espera".

Además, "Guillermo parece estar totalmente enamorado de ella, y viceversa", agregó en una entrevista con la AFP.

Sobre el papel, las comparaciones favorecen a Kate. Aunque no tiene sangre azul, es más experimentada que su antecesora, que tenía sólo 19 años cuando se prometió con el heredero del trono, 13 años mayor que ella y presionado para dar descendencia a la dinastía.

El corto noviazgo de Carlos y Diana duró seis meses, mientras que la futura princesa fue bautizada "Waity Katy" por la prensa porque tuvo que esperar ocho años a que Guillermo, que es cinco meses menor que ella, se decidiera a proponerle matrimonio cuando estaba a punto de cumplir 29.

En este lapso, los dos jóvenes vivieron juntos mientras estudiaban en la Universidad de Saint Andrews (Escocia), en la que se conocieron, y en los últimos meses Kate ha pasado mucho tiempo en la isla de Anglesey (Gales), donde el príncipe reside y trabaja como piloto de búsqueda y rescate.

Si Diana dejó la escuela antes de concluir sus estudios y vivió su única experiencia laboral a tiempo parcial en una guardería, Kate se licenció en Historia del Arte y se puso a trabajar, primero como compradora de accesorios para la marca de ropa Jigsaw y luego en la empresa familiar, "Party Pieces", lo que no le ha evitado ser criticada en la prensa por no tener un empleo serio.

La futura princesa también tuvo una infancia más feliz y estable que Diana, cuyos padres se divorciaron cuando era niña, y hasta el momento parece tener una relación más sana con los medios de comunicación que la que fue en su época la mujer más fotografiada del mundo.

Kate "es una chica inteligente. Tiene la cabeza bien puesta sobre los hombros", resumió el historiador real, Hugo Vickers, quien considera que la familia real "debe estar encantada", porque "es muy prudente, muy medida (...) y tiene seguridad en sí misma".

Lo que no quieren los Windsor es una segunda Diana, una mujer carismática e inestable que eclipsó al resto de la monarquía utilizando a su antojo a la prensa durante su tormentoso matrimonio con un marido que no la quería, y más aún después de su divorcio, cuando se volcó con ahínco en múltiples causas humanitarias.

"Diana era mucho más popular en el mundo que la familia real. Era la que todo el mundo quería ver, quería oír, con la que todo el mundo quería estar", explicó Max Clifford, convencido de que la monarquía "ha aprendido de sus errores".

Pese a algunos episodios aislados como el que le obligó a denunciar al Daily Mirror por acoso en 2007, Kate ha estado bastante protegida de la prensa, que se ha limitado a cubrir sus apariciones públicas con Guillermo, en las que quedó patente la admiración que despierta la pareja.

En cuestión de imagen, y a pesar de su esbelta figura, también ha mantenido un perfil más discreto que Diana, para quien "la ropa era obviamente una enorme parte de su vida", estimó Victoria White, directora de la revista femenina británica Company. "Kate no parece querer ese tipo de atención", agregó.

Pero las cosas podrían cambiar a medida que vaya asumiendo las labores propias de su rango de esposa de un futuro rey, con las que comenzará a forjarse realmente su reputación.

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