martes, 10 de mayo de 2011

Se cumplen dos meses del devastador seísmo y tsunami de Japón

MAÑANA MILLONES DE NIPONES RECORDARÁN A LOS CERCA DE 15.000 FALLECIDOS Y 9.900 DESAPARECIDOS EFE
Tokio

Unas 117.000 personas siguen sin poder regresar a sus hogares dos meses después del terremoto más grave ocurrido en Japón, un temblor de 9 grados de magnitud en la escala de Richter que desencadenó un devastador tsunami y una alarma nuclear sin precedentes.

A las 2:46 hora local de mañana millones de nipones recordarán a los cerca de 15.000 fallecidos y 9.900 desaparecidos en el desastre del 11 de marzo, que ha abierto la peor crisis desde el final de II Guerra Mundial en la tercera economía del mundo.

La ola gigante del tsunami barrió pueblos enteros de la costa nordeste de Japón, dejó barcos kilómetros tierra adentro y causó en Fukushima el peor accidente nuclear desde el de 1986 en Chernóbil, además de dar pie a un encendido debate mundial sobre los pros y los contras de la energía atómica.

A día de hoy, la maltrecha planta nuclear de Fukushima Daiichi no está controlada aunque la situación ha mejorado, hay una "hoja de ruta" para acabar con la crisis a fin de año y los niveles de radiación no son tan alarmantes como en días posteriores al seísmo.

Los emperadores de Japón, Akihito y Michiko, visitarán mañana dos ciudades de la provincia de Fukushima, después de desplazarse en semanas anteriores a las otras dos provincias más devastadas por el terremoto y tsunami, Iwate y Miyagi.

La visita a Fukushima, duramente golpeada en su reputación a nivel mundial, esconde un claro mensaje simbólico de los septuagenarios monarcas, adorados en Japón y muy involucrados desde el inicio de la crisis con los damnificados por la catástrofe.

Hoy, 92 vecinos del pueblo de Kawauchi pudieron entrar por primera vez en el radio de exclusión de 20 kilómetros alrededor de la central nuclear, equipados con trajes protectores, máscaras y dosímetros para medir la radiación.

Se les permitió estar dos horas en sus casas para recoger pertenencias como dinero, libretas bancarias o pasaportes, si bien algunos dedicaron ese escaso tiempo a limpiar establos donde guardaban animales ahora desaparecidos.

En el territorio convertido en zona de exclusión vivían unas 80.000 personas que, en su mayoría, hoy residen en refugios, a la espera de optar a una vivienda temporal o regresar definitivamente a sus hogares, por ahora sin fecha clara.

El primer ministro nipón, Naoto Kan, anunció hoy que devolverá su sueldo hasta que se controle la crisis en Fukushima y que se revisará la política energética de Japón, un país que reconoció está atrasado en energías alternativas como la eólica o la solar.

La situación energética de Japón se verá complicada por el próximo cierre de la planta nuclear de Hamaoka al hallarse en una zona con elevado riesgo sísmico.

Solo una veintena de los 54 reactores nucleares con que cuenta Japón están en funcionamiento y la eléctrica Tokio Electric Power (TEPCO), propietaria de Fukushima Daiichi, tuvo hoy que solicitar ayudas públicas para afrontar el ingente pago de indemnizaciones que se le avecina.

La amenaza de apagones, a un mes del inicio del sofocante verano en Japón, preocupa sobre todo a las empresas, que preparan planes excepcionales como ampliar las vacaciones o adelantar los turnos de sus empleados para utilizar menos el aire acondicionado.

Golpeadas por los cortes de electricidad, parones de producción e interrupción en la cadena de suministros por el tsunami, las multinacionales niponas siguen sin divulgar estimaciones de resultados para este ejercicio, ante la elevada incertidumbre.

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