NUEVA YORK._ Mientras millares de estudiantes del sistema escolar más grande de los Estados Unidos, celebraban sus graduaciones en los auditorios, anfiteatros, restaurantes y discotecas, la excelencia académica de la dominicana Laura Rodríguez de 16 años y quien padece de cáncer, fue premiada con el diploma en su lecho del hospital. Maestros, familiares y personal del Centro de Cáncer para Niños Stanley Morgan en Manhattan, se unieron a la alegría de Rodríguez de ver coronado su sueño de titularse como bachiller en una escuela de Nueva York.
En febrero del 2010, los médicos en República Dominicana le diagnosticaron la letal enfermedad, luego de descubrirle tumores en el estómago, el pecho y las piernas. Desde entonces, su camino no ha sido fácil.
En Nueva York, los resultados son los de sufrir de rabdomiosarcoma, un cáncer raro y agresivo que le afecta los músculos. “No me molestaba ni estaba triste, hasta que me dijeron que tenía que pasar un año aquí”, dijo la graduada, quien comió pastel de guayaba.
Desde que llegó junto a su madre, vive con familiares en El Bronx y no hablaba nada de inglés, pero estaba decidida a continuar con sus estudios y se matriculó en una escuela del hospital que está bajo un programa especial del Departamento de Educación, que mantiene a niños y niñas enfermos y recluidos en los necrocomios o en sus hogares para que puedan terminar sus estudios y graduarse.
Unos 600 estudiantes forman parte de ese programa en edades de 5 a 21 años y 30 de ellos se graduaron de bachillerato en la primavera. La profesora Tania Alvarado, quien ayudó a preparar a Laura en cinco exámenes estatales, dijo que el deseo de superación de la dominicana, a pesar de su condición física, contribuyó a que cumpliera su sueño.
Pasó todas las pruebas, incluyendo el inglés, pese a que también estaba en tratamiento diario en el hospital. “Cuando ella tomó los exámenes estatales, estaba recibiendo quimioterapia IV, un tratamiento importante para cumplir con las fechas previstas, informó el pediatra José Manuel Esquillo (Manny), uno de los doctores que atiende a Rodríguez.
“Muchos otros chicos y chicas, buscan razones para no tomar esos exámenes ni estudiar, Laura tenía toda la excusa para no hacerlo y sin embargo se graduó”, añadió el galeno infantil.
La estudiante dominicana debe tomar dos rondas de quimioterapia y chequearse mensualmente, pero sus ojos están puestos en el futuro. “Estoy muy emocionada, porque una no se gradúa todos los días”, explicó. Otro de sus sueños es conocer a Disneyland en California y para ello, cuenta con respaldo para posiblemente hacer el viaje en julio. Luego, entrará a la universidad.
Su madre Arelis Oller de 52 años, dijo estar muy orgullosa de la hija.
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