viernes, 1 de julio de 2011

Obispos venezolanos dicen que ahora sí orarán por Chávez

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Caracas, 1 jul (EFE).- Obispos de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), institución muy crítica con la gestión del presidente del país, Hugo Chávez, dijeron hoy que "ahora sí" orarán por él, una vez que éste anunció que padece un cáncer. "El problema es que aquí ha sido como a cuentagotas" la información oficial dada sobre la enfermedad del jefe de Estado, hasta que anoche debió ser él mismo quien pusiera fin a los rumores e informara desde Cuba de la gravedad de su mal, dijo a los periodistas el obispo Baltazar Porras, uno de los directivos de la CEV. El jefe de Estado "primero estaba bien; después estaba regular y después como que sí está malo y ahora como que sí tenemos que orar", añadió junto al obispo Roberto Lückert, vicepresidente de la CEV, en alusión a su balance sobre los reportes gubernamentales.

El también arzobispo de Coro señaló que "ahora que se destapó la caja negra", los obispos y arzobispos "promoverán oraciones" por el restablecimiento de la salud del gobernante.

El presidente se presentó anoche en una alocución televisada desde La Habana para explicar su condición médica y lo hizo "con la mayor sencillez y humildad", lo que dejó "contentos" a los directivos de la CEV, agregó Lückert.

"Estamos contentos porque la caja negra se abrió, hoy amanecimos claros" sobre el mal que padece Chávez.

"Ahora lo podemos decir (porque) si lo decía antes me llamaban desestabilizador. Hoy no, pues el presidente de la República se nos presentó con la mayor sencillez y dijo: estoy enfermo y necesito de ustedes, para mi recuperación", señaló.

"Se necesita con urgencia de la oración de todos", indicó el prelado.

En adicionales declaraciones a la emisora privada Globovisión, Lückert remarcó: "el presidente no es Supermán, es un hombre humano, es un hombre que se puede enfermar ¿Y cuál es el problema que se puede enfermar?".

Baltazar Porras recordó a su vez el manejo de la información del Vaticano a propósito del estado de salud del Papa Juan Pablo II, cuyas apariciones en público poco antes de morir llevaron a Chávez a recriminar entonces a los funcionarios de la Santa Sede por permitirle evidenciar su condición médica.

Ello, por el contrario, remarcó Baltazar Porras, fue "la gran lección del Papa Juan Pablo II; fue él quien pidió que lo vieran como estaba".

Tal "transparencia" de la Iglesia Católica permitió, opinó Porras, "que las historias sobre un complot para asesinar a Juan Pablo I hayan quedado en novelas".

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