martes, 5 de julio de 2011

TRAS MUERTE DE UN ADOLESCENTE En ribera del Ozama la gente está tirada a la calle por el peligro de nuevos derrumbes

DECENAS DE VIVIENDAS PODRÍAN QUEDAR SEPULTADAS EN CUALQUIER MOMENTO Santo Domingo

El peligro es inminente en el barrio La Javilla, en la ribera del río Ozama, donde ayer un adolescente murió y otras cuatro personas resultaron heridas, entre ellas tres niños, al desplomarse sobre sus viviendas parte de otra casa. Hoy suman diez las viviendas destruidas y decenas corren el riesgo de ser sepultadas por los derrumbes.

Aunque todos los heridos fueron dados de alta sin lesiones graves y los restos del adolescente Eduardo Ramírez están siendo velados en otro sector, en La Javilla la gente está tirada a la calle.

De un lado están decenas de viviendas al pie de la pendiente, en el centro, la calle donde se ha aglomerado la multitud y del otro lado las casas anegadas por la crecida del río Ozama.

El peligro es tal que todos lo perciben, pero al mediodía de este martes la Defensa Civil ni otros organismos de protección civil habían acudido al lugar, de acuerdo con la queja de los moradores.

La gente camina de un lado a otro, algunos tratan de sacar parte de artículos que quedaron sepultados, otros expresan su desesperación, pero todos siguen en el lugar donde en cualquier momento pueden producirse otros derrumbes.

La tragedia pudo ser peor, según el testimonio Esmeralda Cordero, ya que una parte de su casa quedó sepultada a eso de las 3:30 de la madrugada, al igual que la de su vecina Arisleyda Valdez Mateo, pero ellas salieron a enterarse del otro derrumbe que mató al adolescente Eduardo Ramírez.

Quejas
Mariano García, mientras observaba la vivienda de tres niveles que está a punto de desplomarse sobre otras, se quejaba de que amaneció en el acalle porque su casa está anegada por la crecida del Ozama.

“Ay Leonel Fernández ven por aquí mi hijo” exclamó Germán, a lo que respondió su vecino Américo “pero si Juan de los Santos (el alcalde) nunca ha venido tu crees que Leonel va a venir, tu parece que estás hereje”.

En tanto que el señor Noel Rosario, padre de cuatro hijos, da gracias a Dios porque todos salvaron su vida, pero dice que no sabe a dónde ir ya que su casa quedó sepultada.

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