Los sindicatos atentan contra la seguridad del pasajero cuando defienden de manera violenta el control de las rutas
Miembros del sindicato de la ruta del V Centenario amenazan a un “pirata” en Los Mina. (Malaquias Arias) En la parada de carros públicos de Los Mina los choferes enfrentan a los “piratas” con la “norma del garrote”. Un hombre con un bate de aluminio y otro con una macana de madera se pasean en medio de la calle cuidando de que ningún vehículo ajeno al sindicato que opera la ruta aborde pasajeros.Ni el bate ni el garrote amedrentan a los piratas. Ayer a las 11:00 a.m. el conductor de un carro Toyota, color verde, intentó sacar su arma como amenaza al que funge de control de la ruta y que le impidió llevarse unos pasajeros en la calle Balbina de Peña esquina Fernando de Navarrete. Cuatro agentes de la Autoridad Metropolitana de Transporte (Amet) que se encontraban a unos diez metros, ignoraron el incidente. “Eso no es raro aquí”, afirmó un pasajero.
Juana Peralta, que a diario usa esa ruta, dice que en varias ocasiones los que controlan el área la han bajado de carros piratas junto a otros pasajeros de forma arbitraria. “Imagínese la incomodidad que pasa uno que tiene prisa y se encuentra con esa pérdida de tiempo. Te dejan en el aire porque entonces no aparecen los choferes de la ruta”, comenta.
Las disputas entre choferes conllevan agresiones físicas y verbales en el mejor de los casos, en otros, menos afortunados, el garrote ha servido para desbaratar vehículos y desencadenar en la muerte de alguno de los involucrados.
Esa escena de violencia se vive día a día en muchas paradas. En la ruta de la avenida V Centenario pasajeros denunciaron que dirigentes choferiles contratan a motoristas para que lancen orina, heces o basura a los carros piratas ocupados de pasajeros. La situación se les ha ido de las manos a algunos sindicatos debido a que la cantidad de “piratas” es mayor que los choferes legales en la ruta.
En el 2005, mediante el decreto 477, se prohibió el otorgamiento de nuevos permisos para el transporte público en el Gran Santo Domingo. “Nosotros somos 354 choferes y hay 500 ‘piratas’. Yo perdí la cuenta de las veces que nos reunimos con la gente de la Amet para que nos ayuden”, apunta Juan Rafael Peña, secretario general del Sindicato de Choferes de Sabana Perdida.
Hay una queja común entre los sindicatos: que la mayoría de esos usurpadores son militares y policías que atento a su rango quieren imponerse. “A uno no le queda de otra que saludarlos ‘comandante, siga palante”, indica Carlos Mateo, supervisor de la parada del kilómetro cero, en la avenida Bolívar.
En febrero de este año el dirigente de la ruta de la avenida 27 de Febrero José Alberto Duarte fue herido de bala por un supuesto militar que conchaba ilegalmente en esa avenida. El hecho ocurrió durante un “operativo” contra choferes “piratas” que realizó el sindicato.
Los choferes afiliados a los gremios están dispuestos a defender su derecho a como dé lugar. Afirman que razones les sobran. Para poder obtener una ruta pagan hasta 300,000 pesos, además, pagan cuotas al sindicato al que se afilian, al que les “llena” el carro a diario y otros impuestos al Estado.
Mientras que los piratas no invierten en nada y “conchan” todos los días, cuando los choferes “legales” sólo pueden hacerlo interdiario. Los pasajeros optan por carros piratas a pesar de la inseguridad que representa por el deficiente servicio de los “legales”.
El conflicto entre “piratas” y “legales” es una guerra constante a muerte, no obstante el peligro que representa para los usuarios del concho. En ocasiones, incluso, motoristas, al parecer pagados, arrojan materia fecal en fundas plásticas al interior de los carros “piratas” sin importar quienes resulten afectados.
Juana Peralta, que a diario usa esa ruta, dice que en varias ocasiones los que controlan el área la han bajado de carros piratas junto a otros pasajeros de forma arbitraria. “Imagínese la incomodidad que pasa uno que tiene prisa y se encuentra con esa pérdida de tiempo. Te dejan en el aire porque entonces no aparecen los choferes de la ruta”, comenta.
Las disputas entre choferes conllevan agresiones físicas y verbales en el mejor de los casos, en otros, menos afortunados, el garrote ha servido para desbaratar vehículos y desencadenar en la muerte de alguno de los involucrados.
Esa escena de violencia se vive día a día en muchas paradas. En la ruta de la avenida V Centenario pasajeros denunciaron que dirigentes choferiles contratan a motoristas para que lancen orina, heces o basura a los carros piratas ocupados de pasajeros. La situación se les ha ido de las manos a algunos sindicatos debido a que la cantidad de “piratas” es mayor que los choferes legales en la ruta.
En el 2005, mediante el decreto 477, se prohibió el otorgamiento de nuevos permisos para el transporte público en el Gran Santo Domingo. “Nosotros somos 354 choferes y hay 500 ‘piratas’. Yo perdí la cuenta de las veces que nos reunimos con la gente de la Amet para que nos ayuden”, apunta Juan Rafael Peña, secretario general del Sindicato de Choferes de Sabana Perdida.
Hay una queja común entre los sindicatos: que la mayoría de esos usurpadores son militares y policías que atento a su rango quieren imponerse. “A uno no le queda de otra que saludarlos ‘comandante, siga palante”, indica Carlos Mateo, supervisor de la parada del kilómetro cero, en la avenida Bolívar.
En febrero de este año el dirigente de la ruta de la avenida 27 de Febrero José Alberto Duarte fue herido de bala por un supuesto militar que conchaba ilegalmente en esa avenida. El hecho ocurrió durante un “operativo” contra choferes “piratas” que realizó el sindicato.
Los choferes afiliados a los gremios están dispuestos a defender su derecho a como dé lugar. Afirman que razones les sobran. Para poder obtener una ruta pagan hasta 300,000 pesos, además, pagan cuotas al sindicato al que se afilian, al que les “llena” el carro a diario y otros impuestos al Estado.
Mientras que los piratas no invierten en nada y “conchan” todos los días, cuando los choferes “legales” sólo pueden hacerlo interdiario. Los pasajeros optan por carros piratas a pesar de la inseguridad que representa por el deficiente servicio de los “legales”.
El conflicto entre “piratas” y “legales” es una guerra constante a muerte, no obstante el peligro que representa para los usuarios del concho. En ocasiones, incluso, motoristas, al parecer pagados, arrojan materia fecal en fundas plásticas al interior de los carros “piratas” sin importar quienes resulten afectados.
Las confrontaciones son frecuentes
En los últimos cinco meses de este año la Amet retuvo 6,476 vehículos que abordaron pasajeros a pesar de que no tenían tablilla y detuvo a 1,255 choferes que conducían fuera de la ruta a la que pertenecen.
El vocero de la Amet, José Jáquez, indicó que no hay distinción a la hora de retener vehículos cuyos conductores violan la ley 241 sobre tránsito, por lo que, dijo, entre esos choferes detenidos también hay militares. “Desde que el mayor general José Aníbal Sanz Jiminián ocupa la dirección de la Amet se han fiscalizado militares, funcionarios y policías”, afirmó.
El vocero de la Amet, José Jáquez, indicó que no hay distinción a la hora de retener vehículos cuyos conductores violan la ley 241 sobre tránsito, por lo que, dijo, entre esos choferes detenidos también hay militares. “Desde que el mayor general José Aníbal Sanz Jiminián ocupa la dirección de la Amet se han fiscalizado militares, funcionarios y policías”, afirmó.
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