domingo, 4 de diciembre de 2011

Alegría reina en el hogar de siamesas separadas en EU


SALIERON DEL HOSPITAL Y SE ESPERA QUE REGRESEN AL PAÍS EL 15 DE ESTE MES
Con satisfacción recibieron los familiares de las siamesas Teresa y María la noticia de que...vienen pronto             Santo Domingo
El anuncio de la salida del hospital de las recién separadas siamesas dominicanas María Teresa y Teresa María ha llevado las sonrisas a todos en su casa. El ver sus imágenes en el periódico iluminó la cara de sus tres hermanos y de su abuelo.
Se espera que las niñas estén de regreso al hogar para el día 15 de este mes, por lo que ya hacen aprestos para la bienvenida. Además de pintar la casa van a colocar letreros con el nuevo nombre que tendrá el barrio.
Los vecinos se han puesto de acuerdo y ahora en vez de Los botados de Boca Chica, le pondrán “Barrio de las Siamesas”.
Sentados en el hogar, el abuelo de las niñas y padre de Lisandra, madre de las separadas siamesas, don Virgilio Reynaldo Sanatis, compartía con sus nietos Angel de Jesús, de tres años; Alexander, de 10 y Cristian Alejandro, de 18 años. Todos miraban con alegría la foto publicada ayer en Listín Diario donde aparecen las niñas y su madre. María Teresa y Teresa María Tapia Sanatis abandonaron el pasado viernes el hospital Children’s Hospital de Virginia, de Estados Unidos, donde fueron sometida a una cirugía de separación que fue realizada con éxito el pasado siete de noviembre por un equipo de 15 médicos y en una intervención que se extendió por unas 20 horas. Las niñas pasaron a establecerse en la casa hospitalaria para seguir siendo evaluadas de manera ambulatoria.
Las niñas, unidas por el abdomen y compartiendo el hígado y parte de los intestinos, nacieron el ocho de abril del 2010 en el hospital Luis Eduardo Aybar de Santo Domingo. Viajaron a Estados Unidos el 31 de agosto pasado.
Todo es felicidad
Sus hermanos dicen estar felices y esperando con mucho entusiasmo la llegada de sus hermanitas. “Nosotros la hemos visto en la televisión y estamos muy contentos, mami dice que todo va muy bien”, afi rma el hermano mayor.
Para don Virgilio eso ha sido una bendición de Dios.
“Cuando ellas nacieron los padres estaban afl igidos, pero yo les decía que eso es obra de Dios, y que él sabe lo que hace, y mire como han traído bendiciones”, señala.
Don Virgilio vive con ellos en la casa y aunque tiene problemas en la columna vertebral dice que siempre se mantiene al pendiente de los nietos, que quedaron en la casa junto a su padre Marino Tapia, mientras Lisandra acompaña a las niñas en el hospital de los Estados Unidos.

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