SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Una joven haitiana salió a vender en el mercado fronterizo en el municipio Comendador de Elías Piña y en el camino cinco hombres abusaron sexualmente de ella.
Desde entonces, todas las vendedoras haitianas evitan cruzar por el lugar llamado La Pastilla. Muchas de ellas cuentan que uno de los cobradores de impuestos del mercado ha violado a decenas de ellas a las que engaña al ofrecer bolas en su motor y luego las abusa en un bosque.
Pese a estos abusos, las autoridades no han hecho nada porque se trata de un viudo con siete hijos a su cargo, dijo Allison J. Petroziello, coautora de un estudio al respecto que fue presentado la tarde de este miércoles 15 de diciembre.
Este tipo de violencia contra la mujer haitiana se da en la zona fronteriza, sin que hasta el momento ninguna institución haya dado con los mecanismos para evitarla, según un informe publicado por la Colectiva Mujer y Salud.
La investigación “Una mirada a la violencia contra las mujeres migrantes haitianas, en tránsito y desplazadas en la frontera haitiana” analiza las historias y experiencias de 28 mujeres y niñas.
El estudio fue presentado, a propósito del Día del Migrante, por la Colectiva Mujer y Salud, Mujeres del Mundo y el Observatorio Migrantes del Caribe (Obmica) y auspiciado por CIES-UNIBE.
Allison J. Petroziello, coautora de la investigación, explicó que por su condición migratoria, las migrantes haitianas se encuentran sujetas a múltiples abusos en el camino hacia la República Dominicana.
Violaciones a las domésticas
Las haitianas que trabajan como domésticas en casas de señoras (kai madam) ganan en promedio un sueldo de 1,500 pesos al mes, un salario muy por debajo del salario mínimo para el sector privado.
En consecuencia, se dan casos de hombres que viven en esas casas que les prometen darles entre 200 y 300 pesos para que ellas tengan sexo con ellos. La cantidad es significativa para ellas tomando en cuenta el sueldo, dice la investigadora Petroziello y algunas acceden a hacerlo. Otras abandonan el trabajo a causa del acoso.
Cuando un cobrador o autoridad dominicana golpea o viola a una haitiana, suele suceder que ella no lo denuncia, puesto que se encuentra en territorio dominicano en condición de ilegalidad o porque teme a su agresor, que es más poderoso y violento.
Huyendo de la violencia
Si bien las causas principales de las migraciones se deben a factores económicos, muchas mujeres confiesan que han salido de Haití hacia República Dominicana huyendo de parejas violentas.
En el camino hacia “el sueño capitaleño” algunas se encuentran con cobro de peajes, macuteo, hombres que las manosean, chantajean, violan o asesinan. De hecho, en abril de este año aparecieron dos cadáveres de haitianas en la zona fronteriza, según la investigación.
Para los casos de feminicidios, explican, existe un solo protocolo: las haitianas las entierran del lado haitiano y a las dominicanas del lado dominicano. Las autoridades haitianas no cuentan con capacidad forense ni investigativa para llevar a instancias judiciales los casos. Esto, según la investigación.
En el estudio también se detectó que hay altos riesgos de trabajo sexual forzado, especialmente para las mujeres jóvenes desplazadas por el terremoto. Ellas están hospedadas en casas de familiares lejanos o amigos que las presionan para aportar más dinero a la economía familiar. Llegan a un extremo de hacer arreglos para que la joven ejerza el trabajo sexual.
El estudio fue presentado en el Centro Cultural de España.
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