martes, 6 de diciembre de 2011

Tragados por la tierra: El enigma de los desaparecidos y nunca hallados


Ella vive preguntándome: “¿Dónde está mi mamá?” No puedo responderle, porque no se dónde está, si viva o muerta”. Doña María afirma que su hija “no era una loquita”, ni tenía problemas mentales

Tragados por la tierra: El enigma de los desaparecidos y nunca halladosSANTO DOMINGO, República Dominicana.-La misteriosa desaparición de personas comunes,  sin abolengos sociales y desvinculados de la política, continúa siendo el gran enigma de los últimos años en la República Dominicana, donde las investigaciones son deficientes y la criminalidad se multiplica como la hierba mala, algo propio de un país de ficciones y absurdos, pero también de realidades que a menudo parecen el guión de una película de Alfred Hickock o una narración de Edgar Alan Poe.
Nadie sabe dónde están los desaparecidos, si están vivos o muertos, mientras la Policía no aventura juicios y continúa buscándolos, pues dice que no da ningún caso por cerrado hasta tanto aparezcan los respectivos cadáveres. Pero los cadáveres no aparecen ni los desaparecidos tampoco, lo que llena todavía más de incertidumbre a los apesadumbrados familiares, quienes sufren con impotencia y se angustian hasta el agotamiento.
¿Pueden desaparecer las personas como si fuera arte de magia? ¿Qué pasó con esas personas? ¿Las asesinaron e hicieron desaparecer sus cuerpos?
Es una posibilidad remota, pero, ¿se suicidaron esas personas lanzándose al mar? ¿Cabe especular que fueran detenidas “en nombre de la autoridad” y a alguien “se le fuera la mano”, deshaciéndose de ellas ante la evidencia de su muerte? ¿Fueron víctimas de delincuentes comunes? ¿Es posible que alguno de los “desaparecidos” haya cogido una yola con destino a Puerto Rico y muriera en el intento?
Era una muchacha muy preparada, hablaba tres idiomas, era una empleada excelente, brillante; estaba a punto de graduarse de ingeniería de sistemas. ¿Cabe en el sano juicio de alguien que una persona así pueda abandonarlo todo, dejar incluso a su hijita de menos de dos años, que era lo que más quería, sus estudios y su trabajo?
¿Qué relación puede haber entre algunas desapariciones y los comprobados ritos satánicos practicados por varios jóvenes detenidos que en 2001 admitieron que escogían sus víctimas al azar, para beber su sangre luego de mutilarlas?
El caso de Wiwonska Marmolejo Reyes
Este 17 de diciembre se cumplirán diez años de la desaparición de una joven madre dominicana, probablemente víctima de la violencia machista o de una perturbadora decisión propia.
Una mujer de 22 años, casada y madre de una niña de 18 meses, discute con su esposo en el restaurante Spigolo, de Santo Domingo, donde ambos habían ido a una fiesta que reunió a los empleados de la empresa Baster, S. A., en la cual ella trabajaba.
El esposo de Aurora Wiwonska Marmolejos, llamado Pedro Polanco, de 23 años, nativo de una comunidad rural de La Vega, se habría molestado porque la mujer había saludado “muy efusivamente” a uno de sus compañeros de trabajo. Los dos salen a la calle a proseguir la discusión discretamente y, según dijo Pedro Polanco a la familia, Wiwonska se quitó los zapatos y salió corriendo “como una loquita”, antes de que llegara un taxi que supuestamente había llamado, sin decidirse a seguirla porque la zona donde estaban es “muy peligrosa y no quería aventurarse”, diría después a la familia.
Esto fue a las 11 de la noche del 7 de diciembre de 2001, en la avenida Tiradentes, en las cercanías de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Y todavía, Aurora Wiwonska Marmolejos no aparece. Su esposo, Pedro Leonardo Polanco, empleado de la Secretaría de Agricultura, fue interrogado por la Policía y posteriormente despachado. Los familiares de Wiwonska, desconsolados, siempre estuvieron dispuestos a ofrecer una recompensa de lo poco que poseen, si alguien les proporciona una pista sobre el paradero de su hija.
La madre, doña María Reyes, dijo que se enteró de que Wiwonska había desaparecido porque, esa misma noche, Pedro Polanco llamó por teléfono a su cuñada Yilastry Marmolejos, para decirle que había discutido con Wiwonska y preguntándole si ella no había llegado a la casa, situada en la calle Penetración del barrio Savica, en Villa Faro, al Este de la ciudad capital. Aquella madrugada, tanto la madre como la hermana de Wiwonska fueron a la casa y encontraron a Pedro Polanco afuera, “muerto de un jumo”.
La familia de la desaparecida averiguó luego que Polanco no llamó ningún taxi, sino a su amigo y compañero de trabajo Mario Cabrera, quien fue a buscarle en una camioneta al sitio donde los esposos habían discutido.
“Los dos se contradicen—dijo doña María—porque mientras Pedro dice que lo llamó como a las 11 de la noche, Cabrera afirma que fue como a las 9. Eso está en el expediente de la Policía”. La mamá de Wiwonska se querelló en la fiscalía contra Pedro Polanco y Mario Cabrera, luego de que la Policía interrogara al marido, quien permaneció cuatro días detenido.
Se levantó un expediente, enviado a la Justicia, que después de “extraviarse”, según la madre de Wiwonska, “apareció” ante su insistencia. Pero una juez hizo otro expediente, porque dijo que el enviado por la Policía “no tenía ninguna base”. El caso quedó abierto en instrucción, pero tanto Polanco como Cabrera “están en libertad”.
“Ese hombre parece que tiene amigos muy poderosos. Su padre de crianza, Ignacio Polanco es un funcionario de Agricultura”, dijo doña María, acongojada.
Polanco abandonó la casa donde vivía con Wiwonska, donde a raíz de la desaparición “lo encontré jugando Nintendo, como un muchachito, un hombre que vive bebiendo. La misma noche que mi hija desapareció, Pedro Polanco siguió la parranda, primero cerca de donde vivía y luego en una discoteca del ensanche Ozama  Posteriormente, por sentencia de una juez, doña María tiene que dejarle ver la niña a Polanco todas las semanas, “para que no sufra traumas”. Es decir, que se le dejen ver al padre, para que la niña no sufra traumas. ¿Pero es que la niña no está traumatizada desde que desapareció su mamá?
“Ella vive preguntándome: “¿Dónde está mi mamá?” No puedo responderle, porque no se dónde está, si viva o muerta”.
Doña María afirma que su hija “no era una loquita”, ni tenía problemas mentales.
Aurora Wiwoska Marmolejos Reyes, desaparecio 7 dic 2001Era una muchacha muy preparada, hablaba tres idiomas, era una empleada excelente, brillante; estaba a punto de graduarse de ingeniería de sistemas. ¿Cabe en el sano juicio de alguien que una persona así pueda abandonarlo todo, dejar incluso a su hijita de menos de dos años, que era lo que más quería, sus estudios y su trabajo? “No. Definitivamente, no”, dice doña María.
La foto de Wiwonska fue distribuida por todo el país, pero no hay ninguna noticia sobre su paradero. Su caso está representado en la justicia tanto por la madre como por su tío, el licenciado Ismael Reyes, quien fue diputado como representante del pequeño Partido Democrático Institucional (PDI). Reyes es dueño de Laboratorios Rissel, en la zona Oriental de la ciudad. Su hermana doña María trabaja con él.
El autor de este artículo agradecería que si alguien puede ofrecer datos sobre casos similares, favor de escribirle al correo santiagoestrella2000@yaho.com...........DE ACENTO.COM.DO

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