martes, 17 de enero de 2012

¿Hay que mantener los relojes sincronizados con la rotación de la Tierra?


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Ginebra, 17 ene (EFE).- Los países miembros de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) decidirán esta semana si mantienen o eliminan el segundo intercalar (también conocido como "segundo adicional") que se agrega cada cierto número de años para mantener el tiempo sincronizado con la rotación de la Tierra. La rotación de la tierra sobre su propio eje y su órbita alrededor del sol determinan, en función de las observaciones astronómicas, la llamada "hora solar", que ha sido la que ha regido hasta ahora en la medición del tiempo.
Sin embargo, la rotación de la tierra experimenta variaciones causadas por la disminución de su velocidad y, más puntualmente, por eventos violentos como terremotos o erupciones volcánicas, por lo que a veces cada ciertos años se debe agregar un segundo a la hora de los relojes atómicos extremadamente precisos en los que se basa el Tiempo Universal Coordinado (TUC).
Esta es la misma lógica que rige para los años bisiestos, que permiten mantener el tiempo sincronizado con el sol, aunque nadie habla por el momento de replantear su existencia, ya que el impacto de los 29 de febrero es mucho más grande que el de los segundos adicionales.
Un grupo de expertos de la ITU, un organismo técnico de Naciones Unidas, ha presentado a cerca de dos centenares de Estados miembros reunidos esta semana en la Asamblea de Radiocomunicaciones, que tiene lugar en Ginebra, una propuesta para eliminar el segundo intercalar.
Por el momento, sólo tres países se han opuesto explícitamente: Reino Unido, Canadá y China.
La recomendación de los expertos supone tanto ventajas como desventajas, dependiendo del punto de vista desde el cual se examine el asunto.
Si se mantiene el sistema actual, el sol seguirá siendo la referencia y "se mantendrá siempre en el mismo lugar a la misma hora", según explicó el director de la Oficina de Radiocomunicaciones de la UIT, François Rancy.
En cambio, los que están a favor de eliminar el segundo adicional destacan como una ventaja la estandarización del tiempo, lo que evitaría, por ejemplo, el desfase que experimentan los sistemas de posicionamiento global (GPS) con respecto al TUC.
El sistema GPS apareció en la década de los ochenta y entonces se consideró que era demasiado complicado introducir el segundo intercalar y que podría crear errores, de modo que se decidió que funcionase con su propia hora, razón por la que actualmente tiene una diferencia de 15 a 17 segundos con respecto al TUC.
Tampoco se requeriría ajustar los relojes atómicos (unos 350 en el mundo) ni los sistemas de telecomunicaciones e informáticos cada vez que se agrega un segundo a un año.
"Esos ajustes crean un problema porque deben hacerse manualmente ya que no se puede predecir cuándo tendrán que hacerse, sólo se puede saber un par de meses antes y siempre hay un riesgo de error, así que hay que hacer pruebas posteriores", dijo el jefe de la Oficina de Frecuencias del Centro Nacional de Estudios Espaciales de Francia, Vincent Meens.
"Es imposible predecir qué año se deberá agregar un segundo intercalar. A veces hay un segundo adicional cada año o podemos estar tres o cuatro años sin él", agregó.
Del lado de las desventajas, Meens reconoció que habrá "una desviación de la hora de la Tierra con respecto a la hora atómica, que será más o menos de 1 minuto con 30 segundos por siglo"
La desviación calculada para un milenio es de 15 minutos, agregó, para luego comentar que "quizás podamos resolver el problema insertando, por ejemplo, un minuto adicional en 70 años".
La decisión sobre el minuto intercalar debe ser adoptada en la Asamblea de Radiocomunicaciones esta semana, probablemente el jueves, según los organizadores del foro.
Sobre este proceso, Rancy señaló que la práctica común en la UIT es que las decisiones se tomen por consenso, para lo que habría que convencer a los tres países que ahora se oponen a eliminar el segundo intercalar.

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