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El dirigente político Hatuey de Camps defendió su decisión de pactar una alianza con el candidato presidencial del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Hipólito Mejía, por considerar que mediante una coalición de fuerzas democráticas, el país tiene que parar los afanes continuistas de Leonel Fernández. El líder del Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD) acusó al presidente Fernández de pretender convertir al sistema republicano en una monarquía que conserva el poder en forma sucesoral. “Ante el hecho del continuismo que quiere mantener Leonel Fernández Reyna, el hecho de que quiere cambiar el concepto republicano por un concepto de sucesión, hay que parar a esta gente. El instrumento para eso es una coalición de fuerzas, donde personas democráticas cómo tú, se sumen”, afirmó De Camps ante una pregunta de Pablo McKinney, director del matutino “El Bulevar con Pablo”, por CDN 37.
Manifestó que el acuerdo político programático a que llegó para respaldar la candidatura de Mejía se justifica porque es la forma de detener “los afanes continuistas de los peledeístas y básicamente del doctor Leonel Fernández Reyna, (que) no (está) conforme con el hecho de haber gobernado 12 años”.
“¿Tú crees que esto (el gobierno) es una heredad del doctor Fernández Reyna, como lo fue de Joaquín Balaguer o como lo fue en otras épocas, guardando las diferencias, de Rafael Leonidas Trujillo cuando designaba en algunos casos gentes que le representaban?”, preguntó De Camps, para de inmediato responderse con un ¡No!
El continuismo de Leonel viene de lejos
Consideró que el afán continuista de Fernández se expresó en las primarias del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) que ganó Danilo Medina, cuando el mandatario hizo aprobar, con la aceptación de Medina, la congelación de la dirección actual del partido morado hasta el año 2016, lo que a su juicio implica que no habrá cambio del presidente (que es Leonel) ni del secretario general (Reinaldo Pared Pérez).
Más un, De Camps dijo que le llamó la atención el hecho de que en su discurso ante la Asamblea Nacional el pasado 27 de febrero, Pared Pérez lanzó la candidatura de Fernández para el 2016 y lo aplaudieron de pie sus seguidores.
“Yo entendía que un presidente de la República y un presidente del Senado de la República, el plan inmediato no es el 2016, sino ahora. Pero bueno, ni por el forro mencionaron a Danilo”, expresó el líder del PRSD.
Manifestó que hasta la congelación de la dirigencia del PLD era un sacrificio para Medina que se podía justificar, pero “donde no lo justifico es en la escogencia de la primera dama (como su candidata vicepresidencial) porque eso me recuerda situaciones reeleccionistas y además me retrotraen al hecho histórico que considera que este país no es una república, sino que es una monarquía sucesoral”.
“Este país está cambiado”
De Camps aseguró que “este país está cambiado… y no quiere continuar con el gobierno”, tras deplorar que “una persona tan buena como Danilo, de un modo u otro, está siendo víctima de las malas ejecutorias del presente gobierno en términos de inversión y prioridades”.
Acusó a Temístocles Montás, ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, de ser uno de los culpables principales del sacrificio de Medina porque dio prioridad a la construcción del metro en detrimento de la salud.
“Cómo tú ante un problema de salud prioriza una segunda línea del metro. Cómo tú siendo un responsable de la planificación de una política de desarrollo termina, entre otras cosas, con un 52 por ciento de deuda en términos presupuestales”, cuestionó De Camps a Montás, quien la víspera declaró que la alianza Hipólito-Hatuey lleva un plan oculto de desplazar a Miguel Vargas Maldonado de la presidencia del PRD para entregársela al nuevo aliado.
De Camps reiteró que no le interesa regresar al PRD y le deseó a Vargas Maldonado que permanezca en el cargo por muchos años.
Frente a quienes le quieren echar en cara que volvió a ser aliado de Mejía luego de hacerle duras críticas en el pasado, el dirigente político respondió que nadie tiene que olvidar que “Hipólito era perredeísta también”.
Explicó que lo combatió por posiciones políticas, como el tema de su oposición a la reelección y que es un principio que se mantiene en el compromiso que firmaron este 1º de marzo de 2012.
“El hecho de que fuera el mayor contradictor de Hipólito… a mí me enorgullece porque lo hice por razones de principios”, afirmó el ex presidente del PRD.
En cambio, De Camps recordó que el hecho “de que Juan Bosch haya sido conducido a una alianza con Balaguer, ya afectado de la enfermedad (Alzheimer)”, no liquidó a Bosch, de la misma manera que no puso en duda que “fue una negación de Juan Bosch haberlo conducido a una alianza con Joaquín Balaguer”.
Valora el cambio de Hipólito
Con relación a su valoración de Mejía como posible nuevo gobernante, De Camps precisó que el ex mandatario, “con lo que pasó en el gobierno y lo que él ha visto discurrir en su ausencia de ser gobierno, ha asumido una actitud reflexiva, ha asimilado con humildad una actitud autocrítica y viene dispuesto a casarse con la historia para bien de él, de su familia, y por supuesto del país”.
Indicó que Mejía solicita “una segunda oportunidad… y entiendo que había que guardar el hacha de guerra y la guardé”.
Con relación al acuerdo, De Camps lo definió como un “programa mínimo” que encierra un compromiso de no tocar la reelección, atacar la corrupción, relanzar la educación y mejorar la infraestructura del país con total apego a la transparencia.
Citó el compromiso número uno que llama a “respetar el principio de la no reelección presidencial tal y como la considerara el doctor José Francisco Peña Gómez”, mientras que con el dos ambos dirigentes políticos se comprometen a que “el Estado no será más un botín de guerra ni será presa de políticos inescrupulosos y el que mete los pies debe irse para su casa y el que mete las manos debe ser sometido a la justicia”.
Agrega que los aliados se comprometen a reimplantar “la cultura de hacer las cosas bien. El peso de la ley debe caer de modo ejemplar sobre todos aquellos que burlen la confianza y los dineros del pueblo”.
Pactaron porque se entregue el 4% del Producto Interno Bruto a la educación como establece la ley, en el entendido de que “la Educación es la mejor de todas las inversiones. Lejos de constituir un gasto, ella representa la columna vertebral para el progreso de nuestro país”.
Con relación a obras públicas, el acuerdo se propone que “el sistema vial de la República Dominicana debe ser preservado y mejorado” y que por tanto las “carreteras troncales no deben ser enajenadas ni convertirse en pasto de intereses espurios que negocien peajes para beneficios privados”.
Señalan que el nuevo gobierno “brindará facilidades a la inversión privada para la construcción de nuevas carreteras bajo el concepto de concesiones peajes”.
Asimismo, buscarían mejorar “todo el sistema de caminos vecinales y carreteras secundarias en el país. Las circunvalaciones de Santiago, Santo Domingo, Baní, Higüey, Azua, Moca, San Francisco de Macorís, constituyen prioridades urgentes. El sistema de concesión de las obras públicas debe tener transparencia total”.
De Camps apuntó que Mejía le escribió que además de compartir en “cuerpo y alma” todos los compromisos propuestos sugirió “crear un mecanismo de seguimiento estricto de lo pactado por el bien de la nación y la oportunidad que nos ofrece la vida de adecentar e institucionalizar el Estado para que contribuya a elevar las condiciones de vida de nuestro pueblo”.
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