lunes, 2 de abril de 2012

Se inicia la Semana Santa EL PAPA LLAMA A MIRAR CON JUSTICIA A TODA LA HUMANIDAD


Ceremonia. El Papa Benedicto XVI sostiene una rama elaborada rama de olivo en la conmemoración del Domingo de Ramos realizado en la Plaza San Pedro, en Roma.                                                                                                     EFE
Ciudad del Vaticano
El Papa Benedicto XVI invitó antier en su homilía de la misa del Domingo de Ramos celebrada en la Plaza de San Pedro “a mirar de manera justa a la humanidad entera, a cuantos conforman el mundo, a sus diversas culturas y civilizaciones”.
Benedicto XVI inauguró antier los ritos de la Semana Santa con la procesión de las Palmas, que representa para los católicos la entrada de Jesús en Jerusalén, y después ofició la misa de Ramos.
Durante su homilía explicó que el Domingo de Ramos es “el gran pórtico que nos lleva a la Semana Santa, en la que el Señor Jesús se dirige hacia la culminación de su vida terrena”.
Para la ceremonia se colocaron en la Plaza de San Pedro trece olivos seculares y se distribuyeron cerca 200.000 palmas entre los cerca 60.000 fieles que acudieron ayer a la ceremonia, según datos proporcionados por el Vaticano.
El Papa llegó al altar en un vehículo blanco descapotable y acompañado a pie por una procesión formada por cardenales, obispos y fieles que llevaban las ramas de olivo, y después comenzó la misa.
Joseph Ratzinger explicó durante su homilía que el primer “gran mensaje” que surge de la festividad de antier es “la invitación a mirar de manera justa a la humanidad entera, a cuantos conforman el mundo, a sus diversas culturas y civilizaciones”.
Asimismo, agregó que “la mirada que el creyente recibe de Cristo es una mirada de bendición: una mirada sabia y amorosa, capaz de acoger la belleza del mundo y de compartir su fragilidad”.
El Papa explicó a los cerca 60.000 fieles que antier se dieron cita en la Plaza de San Pedro que “el núcleo de la fiesta de hoy” para los católicos es descubrir: “¿Quién es para nosotros Jesús de Nazaret? ¿Qué idea tenemos del Mesías, qué idea tenemos de Dios?”.
“Esta es una cuestión crucial que no podemos eludir, sobre todo en esta semana en la que estamos llamados a seguir a nuestro Rey, que elige como trono la cruz; estamos llamados a seguir a un Mesías que no nos asegura una felicidad terrena fácil, sino la felicidad del cielo, la eterna bienaventuranza de Dios”, dijo.
 El Pontífice también recordó la Iglesia católica celebra la Jornada de la Juventud y saludó “con gran afecto” a los jóvenes y les instó a que “el Domingo de Ramos sea el día de la decisión, la decisión de acoger al Señor y de seguirlo hasta el final”.
También invitó a los jóvenes católicos a “elegir a Jesús” como hizo santa Clara de Asís que, “hace ochocientos años, fascinada por el ejemplo de san Francisco y de sus primeros compañeros, dejó la casa paterna precisamente el Domingo de Ramos para consagrarse totalmente al Señor”.
Al concluir su reflexión, Benedicto XVI invitó a todos los católicos a responder en esta Semana Santa “de manera adecuada, con el don de si mismos, de nuestro tiempo y con nuestra oración”.
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PEREGRINOS EN JERUSALÉN 

Decenas de miles de peregrinos y palestinos cristianos participaron antier en Jerusalén en la tradicional procesión de Domingo de Ramos, en un ambiente de alegría y regocijo que, por momentos, pareció ahuyentar la tensión que suele reinar en la región.
La colorida y musical procesión, que contrasta con la solemnidad del resto de los actos de la Semana Santa, partió desde la Iglesia de Betfagué, en una de las laderas del Monte de los Olivos, y se disolvió junto a la de Santa Ana (abuela materna de Jesús), que se encuentra intramuros.
Desde mediodía, bajo un agradable sol, a diferencia del calor insoportable habitual en esta época del año, los peregrinos se agolparon junto a la modesta iglesia de piedra grisácea y toques arquitectónicos que recuerdan el paso de las órdenes templarias por la ciudad santa.
En Betfagué se encuentra la piedra que, según los Evangelios, sirvió a Jesús para subirse al borrico sobre el que se dirigió a Jerusalén en un día como ayer, y que sirve de punto de partida para una procesión que se caracteriza por su simpleza y modestia.
“Esto es el inicio de todo, es espectacular, increíble”, dijo a Efe Esther Sánchez, una sevillana a la que no le pasaron inadvertidas las notorias diferencias entre la fastuosa Pascua en su tierra natal y la humildad con la que se celebra en Jerusalén.
Sánchez asegura que “aquello (la de Sevilla) es como más folclore” mientras que la de Jerusalén “es muchísimo más espiritual”.DE EFE

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