sábado, 19 de mayo de 2012

JCE aspira reducir abstención en las elecciones de mañana


ESTIMAN DE MUY VALIOSO EL 70% DE LA PARTICIPACIÓN DE LA CIUDADANÍA EN LOS COMICIOSSanto Domingo
La abstención electoral, que históricamente ha oscilado entre el 22 y el 27 por ciento en las elecciones presidenciales del país, es uno de los principales retos que tienen por delante los seis candidatos que se enfrentan por la presidencia de la República este domingo.
Aunque los expertos coinciden en que el nivel de abstención no es tan alto, comparado con otras naciones del área, el tema adquiere mayor atención en estas elecciones debido a la reducida ventaja que se advierte entre los dos principales aspirantes, Danilo Medina, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), e Hipólito Mejía, del Partido Revolucionario Dominicano (PRD).
Ante esta situación, ambas organizaciones se han visto precisadas a diseñar numerosas estrategias para garantizar la votación de sus militantes, miembros y simpatizantes, las cuales van desde otorgarles facilidades a través de líneas telefónicas para verificar el colegio de votación, número de orden en el padrón, consulta en la página web, recursos económicos y transporte para trasladarse hacia los lugares en que ejercerán el voto. Mientras, la Junta Central Electoral (JCE) mantuvo hasta el pasado viernes una masiva entrega de duplicados de cédulas, que estima alcanzó una cifra como nunca antes de 400 mil documentos.
El tema de la abstención electoral mereció la atención del presidente de la JCE, Roberto Rosario; la politóloga Rosario Espinal y la historiadora Mu-kien Adriana Sang Ben, quienes coincidieron en que en el país es muy significativa la participación de la ciudadanía en las elecciones, porque ronda un 70%, lo cual no se logra en otras naciones de América.
Roberto Rosario afirmó que la JCE apuesta a que en estas elecciones haya una mayor participación que en los anteriores procesos del nivel presidencial, y que no tiene aprehensión de que así será, confiar que habrá una significativa votación que permitirá alcanzar un buen nivel.
“Eso es lo que queremos, hemos trabajado para eso, hay una amplia difusión de la promoción de la JCE respecto de los valores democráticos y del compromiso ciudadano, ha habido una buena respuesta”, resaltó el presidente de la JCE. Subrayó que en esta ocasión en las labores de motivación se integraron diversas entidades de la sociedad civil, entre ellas las universidades. Rosario destacó que la República Dominicana es el país con el nivel más bajo de abstención en toda América, y con un 70% de participación en las elecciones que no tiene ningún país de la región. Al analizar los niveles de abstención, concluye que en el país el dato real es de un 15%, porque atribuye el otro 10 por ciento al ausentismo electoral, debido a que una parte de los ciudadanos no acudía a votar porque vive fuera del país. Rosario recordó que la inscripción en el padrón electoral nacional es automática, porque la persona queda inscrita desde el momento en que obtiene cédula de identidad y electoral.
Precisó que hay dos millones de dominicanos que residen fuera del país y todos no están inscritos en el padrón electoral del exterior, ni se trasladan a votar a la República Dominicana.
Factores del abstencionismo
Limitaciones personales y falta de interés en la política son los dos factores que Rosario Espinal identifica como causantes de la abstención.
Evalúa que en el país se da la paradoja de que la gente valora poco los partidos políticos, y sin embargo vota por ellos.
Aporta del dato de que en encuestas regionales comparativas, la República Dominicana registra los niveles más altos de identificación partidaria. “Cuando a la gente se le pregunta si simpatizan por un partido político, un alto porcentaje, entre 60 y 70%, responde que sí”, subrayó.
Cuando en una sociedad se establece un patrón de votación, analiza la politóloga, es difícil cambiarlo y a ese fenómeno atribuye que los niveles de abstencionismo se mantengan similares.
Espinal sostiene que en el caso dominicano hay que tener presente que un porcentaje significativo de la población ha emigrado, y muchos no se registran en el exterior. “Esto quiere decir que están en el padrón interno aunque viven fuera y por eso no pueden votar, porque para votar en el exterior hay que registrarse como residente en el exterior”, expresó la politóloga, quien coincide en ese aspecto con el presidente de la JCE.
En tanto que la historiadora Mu-kien Sang Ben considera que a pesar del desgaste que han tenido los partidos, todavía en el país la gente participa en los procesos electorales.
Considera normal la abstención, al expresar que en los últimos procesos electorales ha influido en ello que personas enfermas, mayores de edad y que viven fuera del país no han tenido facilidades para ir a votar.
Recuerda que ahora ocurre distinto que en épocas pasadas, cuando candidatos y partidos llamaban a la ciudadanía a que no fuera a votar, porque no confiaban en las elecciones.
Resalta que es partir de 1996 cuando ha habido una participación masiva de los ciudadanos en las elecciones.
Percibe que en estas elecciones la abstención será en menor porcentaje que en procesos anteriores, porque analiza que a pesar del desgaste que han tenido los partidos, en la República Dominicana todavía se cree en el proceso electoral, lo cual entiende debe ser valorado como positivo.
Ella aboga porque la ciudadanía acuda a votar, sin importar por quién lo hagan.
“Soy de opinión que a la República Dominicana y al mundo en sentido general, le ha costado mucho el voto, ha costado muchas lágrimas, porque mucha gente creyó en la democracia y luchó por el voto”, subrayó. Insiste que se debe preservar ese derecho que se ha ganado a fuerza de trabajo.
Abstención histórica
En las elecciones presidenciales, congresionales y municipales de 1982 se abstuvo el 26.11%, equivalente a 679,317 de los 2,601,684 dominicanos inscritos en el Registro Electoral. La abstención de 1986 fue del 27.76%, o sea 843,892, de los 3,039,347 dominicanos con derecho al voto.
En el 2000, cuando Mejía, candidato del PRD, ganó los comicios con alrededor del 50% de los sufragios emitidos, a Danilo Medina, del PLD, y al fenecido ex presidente Joaquín Balaguer por el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), luego de un acuerdo entre partidos, se evitó una segunda vuelta. En este proceso el Padrón Electoral tuvo un registro de 4,251,218, de los cuales votaron 3,236,906 electores, para una abstención de 24 %, una de las más bajas de los últimos 10 años.
En las pasadas elecciones se registró una abstención de 29% del electorado, bastante cercana a la de los comicios presidenciales de 2004, en la que no concurrió a las urnas el 27% del total de inscritos.
De un padrón de 5,764,387 ciudadanos aptos para votar, 4,113,644 acudieron a las urnas, equivalentes a 71%, de los cuales 27,103 fueron anulados.
Esta situación se refleja en cada proceso electoral, sobre todo en los comicios congresuales y municipales con mayor acentuación; pero en el caso de las presidenciales, sigue siendo motivo de análisis y de investigación científica.
Las dos últimas elecciones, cuando se esperaba disminuir el nivel de la abstención, la población votante reflejó un nivel de desinterés sorprendente en los sufragantes.
El universo de votantes ha ido creciendo en los procesos electorales de 1996 al 2008, registrando este último período un considerable incremento, es decir, que cerca de 5.8 millones de habitantes fueron empadronados para estos comicios, incluyendo a los dominicanos y dominicanas residentes en Europa, Estados Unidos y las islas del Caribe.
ANTECEDENTES: 
La progresiva abstención electoral alcanzó una cifra histórica en los comicios de 1998, cuando un 47% decidió no votar. Es decir, 1,942,742 ciudadanos.
Según un informe sobre abstencionismo en las elecciones dominicanas, de 1974 a 1998, elaborado por organizaciones de la sociedad civil, las elecciones que registran una mayor participación son las de 1978 en que sólo un 23.64% se abstuvo de sufragar.
En 1996, primer ensayo del sistema de doble vuelta electoral, se abstuvo el 21.31%, de los 3,750,502 inscritos, es decir, unos 799,124 dominicanos.
Para la segunda vuelta del    30 de junio de ese año, el ausentismo se disparó a un 23.25%. Un total de 871,999, no acudió a los centros de votación. En 1978 la abstención fue de 23.6% y en 1982 de 26.1%.
En el 2000 fue de 23.9% y en el 2004 de 27.1%. Esto indica que la abstención reciente es similar a la de principios de la transición, cuando todavía no había muchas razones acumuladas para expresar desencanto con la democracia, sus partidos y gobiernos.
Esta proporción solo es comparable con la que se registró en los comicios de 1990 cuando el 39.76% de los dominicanos inscritos en el Registro Electoral, para un total de 539,993 ciudadanos, no se presentó a las urnas. Se trató de elecciones congresionales y municipales.

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