Santiago.-Miguel Vargas Maldonado, presidente del PRD, se reunió este jueves con dirigentes perredeístas en esta ciudad a fin de trabajar por la unidad y la institucionalidad del partido y atribuyó a grupos “minúsculos” el pretender dividir la organización.
Vargas Maldonado aseguró que no fue su silencio, o el no integrarse a la campaña a favor del candidato presidencial, sino la boca de otros lo que causaron la derrota de la organización en los comicios del pasado 20 de mayo.
“Hoy más que nunca se hace necesario el respeto mutuo y la disciplina partidaria e imponer el orden en el Partido Revolucionario Dominicano”, expresó.
El político, quien en ningún momento se refirió al nombre de Hipólito Mejía, dijo que se ha propuesto después de la derrota, levantar la moral y rescatar su imagen y darle el valor que debe tener el PRD como institución.
Refirió que la conquista lograda por José Francisco Peña Gómez, extinto líder del PRD, de impedir la relección presidencial, “se perdió por esa absurda y anti histórica reforma constitucional del 2002, cuando el presidente de turno quiso imponerla con el propósito de ser candidato del PRD, echando por la borda los principios y valores”.
Restó importancia a los intentos de pretender despojarlo de la presidencial del PRD, al recordar que la mayoría de los dirigentes del partido están con él.
Vargas habló en estos términos en Santiago, en la casa del empresario Raúl Torres hijo, ubicado en la avenida Francisco Augusto Lora, donde estuvieron presentes los perredeístas, Jovanny Tejada, Bernardo Colón, Lucia Alba, Luis Terrero y Vida de León.
“Hoy Santiago levanta su voz para decirle al país que garantiza junto a nosotros la institucionalidad y la unidad del Partido Revolucionario Dominicano y para que continúe siendo la esperanza nacional y el sentimiento nacional de las mayorías”, apuntó.
De los siete diputados que tiene esa organización en esta provincia, cinco estuvieron presentes en el encuentro.
En la reunión dio a conocer una carta pública dirigida a Hipólito Mejía para decirle que no es el culpable de su derrota.
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