martes, 3 de julio de 2012

Un 4 de julio sin fuegos artificiales en EEUU por miedo a los incendios EN COLORADO EN LAS ÚLTIMAS SEMANAS SE HA PRODUCIDO EL INCENDIO MÁS DESTRUCTIVO DE SU HISTORIA


 EFE
Washington
Los estadounidenses se preparan para celebrar este 4 de julio el Día de la Independencia con barbacoas y banderas, aunque la sequía y la oleada de incendios en la zona oeste privarán a algunos estados de los tradicionales fuegos artificiales.
Con la luz y el estruendo de un espectáculo pirotécnico suelen concluir los estadounidenses, tanto en las grandes ciudades como en el campo, una jornada familiar o entre amigos para conmemorar el Día de la Independencia.
Pero este año será diferente en algunos condados, pueblos y ciudades del centro oeste (Arizona, Nuevo México, Utah, Wyoming, Montana y Colorado) donde las autoridades locales han emitido normas temporales para restringir el uso de cohetes y explosivos.
En Colorado, donde en las últimas semanas se ha producido el incendio más destructivo de su historia, el gobernador, John Hickenlooper, ha prohibido emplear fuegos artificiales para celebraciones privadas en todo el estado.
"Debido a las condiciones muy secas y al alto peligro de incendio", la prohibición también impide hacer hogueras en lugares que no estén habilitados específicamente para hacer barbacoas como zonas de recreación.
"No podemos eliminar por completo las amenazas de los fuegos naturales porque no hay ningún control sobre la Madre Naturaleza, pero podemos tomar medias para reducir que esos incendios comiencen", dijo Hickenlooper.
No obstante, dada la efeméride, la prohibición no es total y acepta los fuegos artificiales organizados por profesionales en los municipios cuando "estén autorizados por escrito por el alguacil del condado".
El problema, según las autoridades, es que con la decena de incendios forestales en activo tienen que concentrar sus esfuerzos y no pueden dedicar efectivos a nuevos fuegos, más aún si se pueden evitar.
Las cifras hablan por sí mismas y según los últimos datos disponibles de la National Fire Protection Association, en 2010 los fuegos artificiales causaron 15.500 incendios, incluidos 1.100 edificaciones, 300 vehículos y 14.000 incendios en el exterior.
Otros estados del Oeste, que también se han visto afectados por una temporada de incendios temprana, como Utah, se han sumado a las restricciones ya que "el peligro de incendio y su propagación extremadamente alto este año", advirtió el Departamento de Salud.
En Nuevo México, donde en mayo un incendio forestal consumió 50.000 hectáreas, la gobernadora Susana Martínez ha emprendido una campaña para prohibir los fuegos artificiales, aunque hasta ahora es potestad de las ciudades.
De momento, más de la mitad de los 33 condados que forman el estado han impuesto restricciones y han pedido a los ciudadanos que acudan a eventos organizados por las autoridades locales y eviten realizar celebraciones propias.
En Indiana, aunque el gobernador no ha impuesto restricciones en todo el estado, se han pospuesto algunos eventos comunales y la Orquesta Sinfónica de Indianápolis ha anulado la actuación con fuegos artificiales de fondo con la que suelen despedir este día.
En Indianápolis el alcalde, Greg Ballard, ha firmado una orden en la que prohíbe el uso de fuegos artificiales durante siete días, cuyo incumplimiento pude acarrear una multa de 2.500 dólares.
En estados como Nueva York, Nuevo Jersey, Delaware y Massachusetts directamente está prohibida la venta y uso de fuegos artificiales por particulares, mientras que el pasado enero, Michigan y Maine los legalizaron.
Los comerciantes se han quejado de las prohibiciones y apelan al sentido común para hacer buen uso de los instrumentos pirotécnicos.
En Wyoming, Roland St. Pierre, encargado de una tienda de fuegos artificiales en Cheyenne se queja al diario local Star-Tribune de que en las semanas previas al 4 de julio solían atender a entre 100 y 150 personas al día y este año han aparecido sólo entre 10 y 15.
"Nuestras ventas han caído por los incendios", aseguró Pierre, cuyo condado autoriza los cohetes que contengan menos de 0,25 gramos de explosivos como centellas y petardos, si bien el Ayuntamiento lo ha desaconsejado.
Según la American Pyrotechnics Association, en 2011 los estadounidenses se gastaron 649 millones de dólares en fuegos artificiales.

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