El cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez calificó ayer como nada nuevo que en el país se pueda producir un estallido social tras el anuncio de una nueva reforma fiscal, que elevaría la presión tributaria de 13 a 15 por ciento y una ampliación de la base del ITBIS a un monto máximo de 18 por ciento.
“En 40 años eso se ha escenificado muchísimas veces”, respondió el prelado, ante preguntas de reporteros por las amenazas de grupos sociales del país.
López Rodríguez dijo que se ha dicho que el presidente Danilo Medina es el primero que lamenta esta situación que le ha llevado a proponer un fuerte ajuste fiscal. “El país está en una situación sumamente grave, gravísima, por consiguiente, lo que él ha propuesto es ver si en dos años puede más o menos equilibrar la economía”, aseguró el Cardenal.
El prelado había dicho previamente que no cree que el sector empresarial sea quien lleve la peor parte dentro de la propuesta de reforma fiscal que hizo el gobierno, exhortando a que en lo adelante se impone que todos se aprieten los cinturones, dando el ejemplo los funcionarios públicos, controlando el gasto y evitando el dispendio.
Por la situación planteada, el cardenal recomendó que al mal tiempo se le ponga buena cara, e indicó que todos deben aportar su cuota de sacrificio. El cardenal habló luego de oficiar una misa en el pabellón de voleibol del Estadio Olímpico, con motivo del 50 aniversario de los Cursillos de Cristiandad.
Ayer, sobre el tema de la reforma fiscal, el ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, rectificó que algunos de los productos que fueron colocados en el borrador original del proyecto fiscal para ser gravados, fueron colocados por error.
El funcionario aseguró que el Gobierno puso empeño durante la elaboración de la propuesta en no lastimar a la clase más desposeída del país. Por esta razón explicó que la actual administración gubernamental no adoptará ninguna medida que afecte a los sectores vulnerables de la sociedad.
Reitera sus críticas a los matrimonios homosexuales
El cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez reiteró ayer sus críticas a los matrimonios homosexuales, por entender que nadie tiene derecho a modificar el plan original de Dios que, según explicó, es la unión matrimonial entre hombres y mujeres.
El cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez reiteró ayer sus críticas a los matrimonios homosexuales, por entender que nadie tiene derecho a modificar el plan original de Dios que, según explicó, es la unión matrimonial entre hombres y mujeres.
El prelado consideró como una plaga, “una verdadera maldición”, que algunas instituciones en el mundo como gobiernos, parlamentos y organizaciones no gubernamentales estén fomentando lo que dijo es contrario a lo dispuesto por Dios.
“Dios ha querido que ellos (hombre y mujer) realicen la multiplicación de los seres humanos. Eso es lo que Dios ha querido, y nadie tiene derecho a modificar ese plan original de Dios. Hoy día hay mucha gente hablando estupideces y sandeces, queriendo hacer matrimonios de homosexuales, lesbianas, todas estas imbecilidades que solamente pueden proceder en el corazón enfermo”, dijo López Rodríguez.
“Nosotros no compartimos eso. Lo rechazamos radicalmente, de plano. No queremos que nadie nos hable de tonterías, ni ahora ni nunca. Aunque conquisten el mundo entero tendremos derecho a la disidencia”, aseguró López Rodríguez.
Según su explicación ante los cursillistas, el hombre y la mujer tienen un mismo origen, y los dos han sido concebidos por Dios, y destinados teniendo inteligencia y capacidad de relación, para que los dos realicen el proyecto que Dios tuvo en mente.
“Eso no va adelante. Aunque conquisten el mundo entero termina fracasando”, precisó.
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CELEBRACIÓN
En la celebración del aniversario de los Cursillos de Cristiandad estuvieron presentes el nuncio apostólico Josef Weselowski; el arzobispo metropolitano de Santiago, monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio; monseñor Jesús María de Jesús Moya; el obispo auxiliar de Santo Domingo, Pablo Cedano; monseñor Víctor Masalles y monseñor Amancio Espacapa.
CELEBRACIÓN
En la celebración del aniversario de los Cursillos de Cristiandad estuvieron presentes el nuncio apostólico Josef Weselowski; el arzobispo metropolitano de Santiago, monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio; monseñor Jesús María de Jesús Moya; el obispo auxiliar de Santo Domingo, Pablo Cedano; monseñor Víctor Masalles y monseñor Amancio Espacapa.
Al pabellón acudieron más de 4,000 personas de las diócesis del país.
Previamente, monseñor Escapa explicó que la celebración de la “X Ultreya Nacional”, es el festejo de los 50 años de labor apostólica ininterrumpida de los Cursillos de Cristiandad, con el que se ha llevado el mensaje de salvación a todos los puntos del país a través del testimonio permanente de hombres y mujeres que han vivido esa experiencia.
Agregó que el objetivo del movimiento es fomentar el evangelio en todos los ambientes de la sociedad, a fin de hacer que los hombres y mujeres lleguen a conocer a Jesucristo.
Estos cursillos se realizan en la casa San Pablo, y tienen por lo regular una duración de tres días y medio, o cuatro días.
Son impartidos a grupos de hombres y mujeres, por separado, mayores de 21 años. Con ellos se busca “transformar al hombre para entonces cambiar el mundo”. A partir de estos se prevé que las personas se conviertan en un ente que trabaje a favor de la sociedad.
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