miércoles, 21 de noviembre de 2012

Viuda revela en un libro los secretos de “El Rey de la Cocaína”, socio de Pablo Escobar


 EFE
Buenos Aires
Doce años después de su muerte, un libro destapa algunos de los secretos mejor guardados de Roberto Suárez Gómez, conocido como "El rey de la cocaína", el boliviano que se asoció con Pablo Escobar y abasteció al cártel de Medellín.
"El Rey de la Cocaína. Mi vida con Roberto Suárez y el nacimiento del primer narcoestado" es el título del libro de Ayda Levy, viuda del traficante, sobre la peripecia del hombre que llegó a ser considerado como el principal responsable de la expansión del tráfico de cocaína en Bolivia.
A sus 76 años, Levy decidió romper su silencio y contar su historia "cansada de escuchar y leer mil y una mentiras" sobre la vida de Roberto Suárez, explicó hoy durante la presentación del libro en Buenos Aires.
Ayda Levy se casó en 1958 con quien entonces era un exitoso empresario ganadero. No sospechaba entonces que 20 años después su marido se convertiría en uno de los narcotraficantes más importantes de Suramérica, se asociaría con Pablo Escobar, conduciría lo que llegó a llamarse "La Corporación" y contribuiría a sentar las bases de un "narcoestado".
"Roberto fue un verdadero idealista. Creía ciegamente en la justicia social, en la erradicación de la pobreza y en el ser humano. Se inmiscuyó en el vil negocio del narco siendo rico, sin necesidad, para ayudar a su pueblo", afirmó Levy.
"Yo lo amé, lo respeté, y cuando descubrí su participación en la actividad del narcotráfico, lo dejé", agregó.
Pese a la separación, la pareja se mantuvo en contacto y Ayda fue registrando cada relato de su esposo, fechas, nombres y documentos.
No en vano, explica su hijo Gary Suárez a Efe, Levy "anotaba todo y tiene una memoria prodigiosa. Ella era quien manejaba los negocios legales de la familia, toda la explotación ganadera".
"Las notas, los encuentros, las fechas que aparecen en el libro se basan en hechos verídicos. El libro no está basado sobre suposiciones sino sobre hechos", asegura.
Tras su alianza con Escobar, Suárez enfoca el narcotráfico como si de una empresa se tratara y crea la llamada "Corporación", que funciona como una multinacional y exporta diariamente casi dos toneladas de droga desde su laboratorios de la Amazonía boliviana a Estados Unidos.
"Mi padre era el mayor proveedor de droga del cártel de Medellín. Luego se convierte en socio de Escobar. Comercialmente era mejor para ambos ser socios que compradores o proveedores. Como en cualquier negocio", continúa Gary Suárez.
La "General Motors del narcotráfico", como fue bautizada en el libro, financió golpes de Estado y se involucró con personajes como el nazi Klaus Barbie, el "carnicero de Lyon", que se refugió en Bolivia, y Roberto Calvi, el "banquero de Dios".
Suárez participó en las negociaciones sobre las rutas del narcotráfico con el panameño Manuel Antonio Noriega, y con líder cubano, Fidel Castro, quien, según Levy, habría aceptado el paso de la droga por la isla a cambio de suculentas ganancias.
"El Rey de la Cocaína" se refiere también a un plan del coronel estadounidense Oliver North para financiar a la contra nicaragüense con dinero procedente del narcotráfico.
Después de una vida intensa y del asesinato de Roby, su hijo mayor, Suárez decidió concluir su relación con el narcotráfico y, según Levy, se entregó a la Justicia.
En 1988 fue condenado a 15 años por tráfico de droga, pero se acogió a un beneficio carcelario y fue liberado en 1996. Murió cuatro años después, a los 65, víctima de úlceras sangrantes, volcado en el negocio familiar, la ganadería, sostiene Gary Suárez.
Reconoce que su padre llegó a manejar miles de millones de dólares en su particular "Corporación" y que su sueño habría sido pagar la deuda externa de Bolivia pero, añade, del dinero no quedó nada.
"El dinero fue gastado, nunca se acumuló en cuentas corrientes o en bancos. Se fue redistribuyendo entre las comunidades populares del oriente de Bolivia", afirma Gary, que recuerda que su padre fue apodado el "Robin Hood" boliviano.
"Somos testigos del cariño que todavía recibimos en la calle por su personalidad y el cariño que le tenían", agrega Gary Suárez, afincado con su familia en la ciudad boliviana de Santa Cruz.
Identificado popularmente como uno de los personajes de "Scarface" (Cara cortada), la película de Brian de Palma protagonizada por Al Pacino, Roberto Suárez Gómez tiene también su propio narcocorrido, "El Torazo":"Por tu noble corazón/ te llamaron Robin Hood/ los gringos con rabia dicen/ es muy macho, very good".

No hay comentarios:

Publicar un comentario