El jefe de Estado mayor de la Marina de Guerra, vicealmirante Edwin Dominici Rosario, resaltó ayer la armonía y la profesionalización de ese instituto militar, cuya historia se remonta a nuestra guerra de Independencia de 1844, cuando el naciente ejército dominicano libró su primera batalla desde el mar contra las tropas de ocupación haitiana, que caminaban cerca de las costas de Baní en el lugar llamado Tortuguero.
Dominici Rosario habló ayer luego de encabezar una concurrida procesión con la imagen de la Virgen María, patrona de la Marina de Guerra bajo la advocación de Nuestra Señora del Amparo, que se inició con una misa en la Iglesia La Altagracia de la Zona Colonial y concluyó en la capilla de la Base Naval de Sans Souci, del otro lado del río Ozama, en la parte este de la provincia Santo Domingo.
El jefe militar de la Marina de Guerra cumple fielmente su rol de salvaguardar de las costas y las aguas territoriales del país y que de manera constante y disciplinada sus oficiales y alistados reciben los entrenamientos necesarios para mantener la seguridad y la ley en los mares dominicanos.
Dominici resaltó los logros y el incremento de las interdicciones en los últimos cuatro meses contra embarcaciones ilegales, que trasiegan con indocumentados y lanchas que se han sido incautadas por transportar drogas y mercancías de contrabando. Se han incautado más de 1,800 kilos de cocaína y evitado el ingreso de más de 3,000 que se decomisaron en aguas internacionales.
La procesión recorrió varias calles hasta cruzar la puerta Don Diego, frente al puerto turístico de Santo Domingo, donde una nutrida comisión encabezada por los miembros del Estado Mayor y el capellán don Federico Marcial se embarcaron con la imagen de la Virgen del Amparo en el Patrullero de Altura “Almirante Didiez Burgos”, que fue escoltado por el “Guardacostas Orión” para realizar el acostumbrado recorrido por la ría del Ozama hasta el apostadero naval de Sans Soucí y posteriormente depositar la imagen en la Parroquia de la Base Naval “27 de Febrero”.
En la procesión, que se inició a las 9:00 de la mañana, participaron oficiales almirantes activos y en retiro, superiores e invitados especiales, así como cientos de oficiales subalternos y alistados, quienes siguen fieles a las tradiciones navales mostrando siempre su devoción y respeto por la Santísima Virgen del Amparo.
Según la historia, cuando el barco mercante dominicano “San Rafael”, comandado por el capitán Juan Beotegui, fue hundido el 3 de mayo de 1942, cerca de las costas de Jamaica por un submarino alemán U-125, mientras navegaba la ruta Tampa-Kingston. En este hecho salvó milagrosamente la vida el extinto vicealmirante César De Wint Lavandier, quien se encomendó a la Virgen del Amparo. Al llegar al puerto de Santo Domingo, se dirigió a la parroquia Santa Bárbara el 18 de diciembre del mismo año para dar gracias a la virgen por haber escuchado sus ruegos. Desde entonces, la Marina de Guerra celebra anualmente con júbilo el día de la Santísima Virgen del Amparo, como parte de la cultura y tradiciones navales.
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