domingo, 3 de febrero de 2013

Durante una semana Samba, sudor y desenfreno en el carnaval callejero de Río de Janeiro


iratas, policías, indios, diablesas, novias y viudas o un romano entregado al dios Baco ponían el tono irreverente a la fiesta
Río de Janeiro (Brasil).- La samba, el sudor y el desenfreno se apoderaron de las fiestas que se desparramaron este sábado por las calles de Río de Janeiro, ciudad que está ya sumergida en el frenético ritmo del carnaval.
Con una temperatura que rozaba los 35 grados y un sol abrasador, miles de cariocas y turistas se entregaron a las fiestas organizadas por cerca de 60 "blocos", las comparsas populares y gratuitas que disputan el protagonismo del carnaval a las espectaculares escuelas de samba, que desfilan dentro de una semana.
Los "blocos" que congregaron a más gente hoy fueron grupos tradicionales como el Simpatia é Quase Amor (simpatía es casi amor), que reunió a decenas de miles de personas en el paseo marítimo de la playa de Ipanema, o Céu na Terra (cielo en la tierra), que como cada año organizó una de las fiestas más coloristas del carnaval.
El Céu na Terra se concentró en el Largo das Neves, una plazoleta circular, empinada y cortada por los raíles del tranvía del barrio bohemio de Santa Teresa, que está rodeada por edificios coloristas de época colonial.
Esta comparsa es una de las que atrae a más gente joven disfrazada y con ganas de fiesta, que hoy pudieron disfrutar de una retahíla de antiguas canciones de samba, algunas que se remontan a más de siete décadas y que los brasileños se saben de memoria.
Piratas, policías, indios, diablesas, novias y viudas o un romano entregado al dios Baco ponían el tono irreverente a la fiesta, a la que se sumaban hasta los vendedores ambulantes de cerveza y algunos recolectores de latas que, a pesar de la necesidad de trabajar, eran incapaces de resistirse al ritmo contagioso de la samba.
Un grupo colocó un enorme peluche del extraterrestre E.T. sobre un pilar ubicado en el centro del Largo das Neves, mientras que otros iban disfrazados de Amy Winehouse, la duquesa de Cambridge, Catalina Middleton, o el papagayo de Disney Zé Carioca.
El sol tropical, que abrumaba inclemente a los miles de personas de todas las edades que acudieron al Céu na Terra, invitaba a acelerar el consumo de cerveza o de "sacolé", como se llama en Río a unos saquitos congelados con zumo de fruta mezclado con aguardiente o vodka.
Algunos acudieron al "bloco" preparados con pistolas de agua y otros se arrimaban a las fachadas de los edificios desde cuyas azoteas se lanzaba agua con una manguera para refrescar la plaza.
El Céu na Terra dedicó su fiesta a Yemanjá, deidad del mar en varias religiones de origen africano, que celebra su festividad hoy en todo Brasil.
Por ello, el escenario estaba decorado de azul celeste, color de Yemanjá, y se colgó un cartel dedicado a la protectora de los mares en una ventana de un edificio de la plaza pintado del mismo color.
El "bloco" Simpatía É Quase Amor, que atrajo a decenas de miles de personas a Ipanema, también dedicó su fiesta a Yemanjá, que recibió además homenajes en Salvador, capital del estado de Bahía y considerada como la ciudad con más negros de Brasil.
Por: Manuel Pérez Bella/EFE

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