El expresidente Hipólito Mejía, el senador Wilton Guerrero y el director del periódico de El Caribe, Osvaldo Santana, no llegaron a acuerdos durante la audiencia de conciliación que celebró la Suprema Corte de Justicia (SCJ) sobre la demanda por difamación e injuria presentada por el exmandatario contra el legislador y el periodista.
El juez de instrucción especial, Francisco Ortega, ordenó que se levante el acta de no conciliación del caso y remitió el expediente al pleno de la Suprema Corte de Justicia.
Luego de la audiencia celebrada esta mañana, ambas partes, de forma separada, se mostraron a favor de la no conciliación.
El pleno de la SCJ deberá fijar la fecha para el conocimiento de la demanda.
El expresidente Mejía señaló que no admite que se juegue con su honra y su dignidad. “Le dije a mis hijos, para que ellos se lo pasaran a mis nietos, que con mi dignidad y honradez y mi visión panorámica de visión de futuro del país yo no relajo, yo no admito que nadie juegue con mi dignidad”, declaró.
El senador Wilton Guerrero enfatizó que no podía conciliar en ese caso “porque lo que nos mueve a venir aquí no se trata de un interés personal de quien les habla, es un asunto muy serio para la salud de la República Dominicana”, señaló.
Guerrero reiteró que presentará como testigos en el caso a Marino Vinicio Castillo, director de la Oficina de Ética y Combate de la Corrupción y al director de la Dirección Nacional de Drogas (DNCD), Rolando Rosado Mateo.
De su lado, Osvaldo Santana consideró que se debe modificar la ley de difusión y expresión de pensamiento. Dice que en el país hay cierta intolerancia hacia los periodistas y hacia los medios de comunicación.
La demanda de Mejía contra el legislador y el director de medio fue por la publicación de unas declaraciones sobre el exmandatario en el periódico El Caribe durante el proceso electoral pasado, en el cual Guerrero le atribuía a Mejía supuestos vínculos con el narcotráfico.
Mejía solicitó una indemnización de RD$50 millones por los daños y perjuicios en contra de su persona y una condena simbólica de un peso contra Santana.
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