El presidente cubano Raúl Castro fue reelegido sin sorpresas este domingo para su último mandato de cinco años, durante el que deberá preparar al dirigente que lo sucederá en 2018, al cierre de un proceso electoral en el que Miguel Díaz-Canel fue elevado a número dos del Estado comunista.
La elección de Díaz-Canel es el inicio de "la transferencia paulatina y ordenada a las nuevas generaciones", dijo Raúl Castro ante el Parlamento tras ser reelegido, en una sesión transmitida por la televisión en la que reiteró: "Éste será mi último mandato".
Castro, de 81 años, fue reelegido por el Consejo de Estado, máximo órgano ejecutivo de la isla, luego de que los 31 miembros de este selecto cuerpo fueran escogidos este domingo por el nuevo Parlamento de 612 miembros, en una sesión a la que asistió Fidel Castro, de 86 años y alejado del mando desde 2006.
Como los observadores apostaban a la continuidad de Raúl, la mayor atención la captó la elección como número dos de Miguel Díaz-Canel, de 52 años, quien queda en primera línea para sucederlo en el futuro, en sustitución de José Ramón Machado Ventura, de 82 años.
Díaz-Canel es un ingeniero electrónico y exministro de Educación Superior, que desde marzo de 2012 era uno de los ocho vicepresidentes del Consejo de Ministros, y su promoción refleja la decisión de Raúl de avanzar en la renovación generacional. Es el primero en ocupar ese alto cargo, que nació después del triunfo de la revolución en 1959.
"En términos de liderazgo, asistimos al inicio de la era post-Castro, post-Fidel y post-Raúl", dijo a la AFP el analista Arturo López-Levy, de la Universidad de Denver (Colorado, EEUU).
"Díaz-Canel se diferencia por su edad, su forma de ascenso al poder, paso por paso, en el aparato partidista, no a partir de participar en la gesta revolucionaria, y (porque) es un civil con escasa experiencia militar", añadió.
En su último mandato de cinco años, Raúl debería continuar con las reformas emprendidas desde que sucedió a Fidel y preparar el relevo que gobernará al único país comunista de Occidente a partir de 2018 --por primera vez desde 1959 sin los hermanos Castro--, en el marco de la incertidumbre causada por la enfermedad del presidente venezolano Hugo Chávez, gran benefactor de Cuba.
No hubo sorpresa en la reelección de Raúl en la presidencia del Consejo de Estado, aunque éste había bromeado el viernes diciendo que iba a renunciar. Raúl y Fidel, quien fue ovacionado en la plenaria del Parlamento, fueron reelegidos como diputados el 3 de febrero.
Esteban Lazo, de 68 años, dejó su cargo de vicepresidente del Consejo de Estado tras ser elegido este domingo como nuevo presidente del Parlamento en sustitución de Ricardo Alarcón, de 75 años, un académico y exministro de Exteriores que presidió el Legislativo durante 20 años y que no fue reelegido como diputado.
Lazo es el dirigente negro más prominente del régimen y está considerado como "ortodoxo" entre los miembros del selecto buró político del Partido Comunista de Cuba (PCC, único).
"La elección de Esteban Lazo a la presidencia de la Asamblea Nacional confirma el enfoque cauteloso hacia posibles cambios en el sistema político (...). Lazo se ha caracterizado por operar desde la ortodoxia ideológica", opinó López-Levy.
Además de Díaz-Canel, los nuevos vicepresidentes del Consejo son Salvador Valdés (sindicalista negro de 67 años que preside la central de trabajadores) y Mercedes López Acea (48 años, jefa del Partido en La Habana).
También fueron reelegidos como vicepresidentes José Ramón Machado (aunque ya no en la primera vicepresidencia), Ramiro Valdés (80 años) y la contralora Gladys Bejerano (66).
Los 31 miembros del Consejo de Estado fueron escogidos por el nuevo Parlamento al cierre de un largo proceso electoral que comenzó en octubre con unos comicios municipales, en los que no estuvo en riesgo el control que ejerce desde hace medio siglo el PCC sobre la sociedad.
De los 31, hay 17 nuevos miembros en el Consejo, en el que están representados diversos sectores de la sociedad cubana.
La nueva cúpula cubana asume sus tareas en momentos de incertidumbre por la salud de su aliado Hugo Chávez, quien regresó hace una semana a Venezuela tras dos meses de hospitalización en La Habana, donde fue operado por cuarta vez contra un cáncer.
Cuba, que depende del petróleo y la ayuda de Venezuela, enfrenta un embargo económico de Estados Unidos desde hace medio siglo.
Desde que sucedió oficialmente a Fidel en la presidencia en febrero de 2008, Raúl emprendió reformas consistentes, sobre todo en insertar elementos de economía de mercado dentro del sistema estatal, sin tocar el poder del todopoderoso PCC.
También ha hecho reformas sociales, como una nueva ley migratoria que liberó en enero a los cubanos de los permisos de viaje y la autorización desde 2008 para comprar teléfonos celulares y computadores, así como para hospedarse en hoteles, que hasta entonces estaban reservados a los turistas extranjeros.
Por iniciativa de Raúl, el PCC aprobó en enero de 2012 limitar a 10 años el tiempo para desempeñar un cargo de poder, con lo que él mismo se fijó un límite para ocupar la presidencia, que se cumple el 24 de febrero de 2018.
Todas estas reformas son migajas para la oposición, que continúa exigiendo libertad de expresión, libertad de asociación y derecho a manifestarse ante un régimen que considera a todo opositor como un "mercenario" a sueldo de Estados Unidos.DE AFP
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