viernes, 3 de mayo de 2013

Grupo de 307 haitianos regresa a su país voluntariamente desde RD

EFE
Santiago.- Un grupo de 307 haitianos que vivía en esta ciudad de manera irregular retornó este jueves voluntariamente a Haití con la ayuda de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), informaron fuentes oficiales.
Los inmigrantes haitianos fueron acompañados hasta la frontera dominico-haitiana de la provincia de Dajabón por inspectores de la Dirección Norte de Migración dirigidos por el encargado de Asuntos Internos de esa institución estatal, Caonabo Delgadillo.
Una fuente de Migración dijo a Efe que los haitianos a su regreso a Haití cantaban, bailaban y sonreían y que la mayoría expresó su disposición de no volver a entrar a territorio dominicano sin documentos legales.
La mayoría de los inmigrantes tenía entre uno y siete años residiendo en el sector de Gurabo y de otros de la zona sur de Santiago, dijo Migración.
"Estamos muy contentos con la labor que está realizando la OIM, porque en realidad está haciendo grandes aportes para solucionar un problema que se está tornando difícil en el país, como es la masiva migración de haitianos indocumentados a este país", afirmó la fuente.
Joanen Pierre, uno de los inmigrantes indocumentados beneficiados con el plan de retorno, agradeció el apoyo que le ha brindado la OIM para poder regresar a su país de origen.
"No me puedo quejar de los dominicanos, porque son gente buena y más aún con el que se porta bien, pero no es lo mismo vivir en su país que estar en otro que no es el suyo; siempre aparecen personas que quieren marginarnos y hacernos sentir mal", opinó.
Subrayó que con la ayuda de ese organismo internacional pretende comprar un vehículo en Haití para destinarlo al transporte público y de esa manera poder subsistir en su país sin la necesidad de tener que emigrar a otras naciones.
Hualita Batiste, otra de las inmigrantes, dijo que hace tres años logró cruzar la frontera dominico-haitiana de manera clandestina y que se estableció en la ciudad de Santiago luego de que se fuera a la quiebra una pequeña fábrica de dulces que tenía la localidad de Trou Du Nort, cerca de Cabo Haitiano (norte), segunda ciudad haitiana.
"No me quedó más remedio que vender las pocas herramientas de lo que era mi pequeña dulcería y con ese dinero pagué a un 'potea' (traficante de personas indocumentadas en Haití), para que me ayudara a cruzar a territorio dominicano. El viaje no fue tan difícil", recordó.DE EFE

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