sábado, 4 de mayo de 2013

Los papeles: anhelo de criollos en Nueva York


La reforma migratoria se ha convertido en una prioridad para el presidente Barack Obama, la cual incluyó como una de sus principales promesas de campaña.                                                                                                                    Nueva York
La reforma migratoria que cursa en el Congreso de Estados Unidos desde el pasado 18 de abril es una vía en la que miles de dominicanos ven una esperanza para poder regularizar su estatus en esa nación.
La pieza, que fue introducida por un grupo de ocho senadores bipartidistas, busca beneficiar a aproximadamente 11 millones de indocumentados que por años residen en Estados Unidos y que anhelan poder tener una residencia allí, como es el caso de José Montero, quien lleva 12 años sin poder ver a su hijo, al que dejó de tres meses para buscar mejor suerte en esta nación.
Aunque asegura que es difícil ser indocumentado, José entiende que ha vivido una vida normal en este país, donde ha visto nacer dos de sus tres hijos. Las esperanzas de proyectarse como un hombre de negocios y desarrollarlo en un país donde, según él,  le facilitarán mejores oportunidades de desarrollo fue lo que llevó a José, nativo de Vallejuelo, San Juan de la Maguana, a aventurarse y marcharse a Nueva York, dejando atrás una tienda de ropa que por años era el sustento de su familia.
Tan pronto llegó empezó a probar suerte en lo que sabía hacer y en la medida que pudo instaló una pequeña tienda con una socia, pero al poco tiempo se vio en la necesidad de dejar el negocio porque presentó problemas con la mujer, que lo acusó de agresión, por lo que tuvo que declararse culpable, aunque niega que cometiera el hecho.
Pero eso no fue motivo para que no siguiera en lo que le gustaba, que era el comercio. Más tarde quiso seguir probando suerte e invirtió US$200 mil en un bar, el que duró año y medio para abrir y donde probó con creses la amargura de vivir en un país sin documentos. Tuvo que ponerlo a nombre de su padre y cuando necesitó realizar unos trámites legales para el negocio su progenitor estaba en República Dominicana, por lo que de ahí en adelante todo fue complicaciones hasta el punto de ver su empresa sucumbir, por lo que tuvo que vender lo poco que quedaba de ella.
Ahora José está probando suerte nuevamente con una pequeña barbería que instaló, donde también trabajan otros dominicanos. Pero su gran esperanza está centrada en poder ver aprobada una reforma migratoria que le permita sentar bases en esta nación, en la que asegura ha pagado muchos impuestos, por lo que merece ser beneficiado con el proyecto.
“Por el momento seguimos aquí. Pero en los últimos tiempos está muy complicado eso del status migratorio”, dice. Aunque muestra cierta alegría porque le gusta vivir aquí, dice que siente nostalgia por su país, al que añora y espera visitar pronto para conocer personalmente a su primer hijo que ya está todo un adolescente.
Expectativas
Pero como José hay al menos 300 mil criollos que necesitan regularizar su situación en esta nación, de los que no se escapa Robert Abreu, que aunque es residente no puede viajar a República Dominicana porque presentó un problema con las autoridades cuando residía en Puerto Rico, por lo que desde 1994 no pisa su tierra, donde tiene a su padre y a una hermana.
El delito por el que Robert fue impedido de entrar al país que le vio nacer fue el porte ilegal de arma de fuego, la que explica tomó cuando andaba con un primo suyo, quien era el propietario. El arma le fue confiscada por las autoridades en 1995 y el hecho fue calificado como un delito criminal.
Fue suficiente para que Robert cada día viva pensando en el momento que pueda ser favorecido con una amnistía que lo libere de continuar sin ver a su progenitor y sus demás familiares en Haina, San Cristóbal. Para “El Negro”, como le apodan sus allegados, la residencia no es suficiente, pues quiere obtener la ciudadanía de un país, que según dice, le devolvió la vida. Pero con la situación actual no podrá lograrlo sino es incluido dentro de los beneficiados con el proyecto, que se ha convertido en una prioridad para el presidente Barack Obama, quien espera sea aprobada antes de finalizar el año. Y es que los 23 medicamentos que Robert se toma al día son testigos del camino que ha tenido que recorrer luego que llegó aquí, donde le detectaron problemas en los riñones. Gracias a que es residente puede disfrutar de los servicios del Seguro Social, y por tanto calificó para un trasplante, para el que duró dos años y medio en la lista de espera y recibió el órgano el 14 de septiembre del año pasado..
“Me siento nuevo, creo que eso en mi país no lo hubiese logrado, éramos muy pobres. Los medicamentos me salen gratis y hasta el servicio de tren, por mi condición de salud”, dice.
Con sus documentos al día, esperará a que aprueben la ley, ya que intentó anteriormente solucionar el problema, pero explicó que el abogado que contrató lo estafó y se le fue con alrededor de cinco mil dólares que le había pagado.
Ya Robert tiene el visto bueno de sus médicos para trabajar, pero aunque tiene una vida y una familia estable aquí, dice que se sentiría más feliz si pudiera viajar a su país para disfrutar de su belleza y de su gente. 
REQUISITOS PARA PODER SER BENEFICIADO
Aunque las autoridades desconocen la cantidad exacta de dominicanos que residen en este país, se estima que hay más de un millón, de los cuales al menos 300 mil estarían de forma irregular. Las personas que califican para poder ser beneficiadas tienen que haber entrado a Estados Unidos antes del 31 de diciembre de 2011, en el caso de los adultos.
También no tener antecedentes criminales y es posible que los que resulten favorecidos deban pagar una multa por entrar y permanecer de forma irregular en Estados Unidos. En el proyecto se le dará prioridad a los jóvenes que llegaron desde pequeños y a los trabajadores agrícolas. En ese sentido se recomienda a los que necesiten ser beneficiados con la reforma tener su documentación al día y cualquier registro que pueda comprobar que estuvo en el país en el tiempo que requieren las autoridades para poder ser favorecidos con la enmienda, ya que eso les facilitará el proceso cuando tengan que iniciar los trámites para su legalización.
Primero el beneficiado optará por la residencia y luego podrá solicitar la ciudadanía. Sobre este último caso, el cónsul general de República Dominicana en Nueva York, Félix Martínez, dijo que la cantidad de criollos que solicita la ciudadanía va en aumento, debido a la gran cantidad de beneficios que reciben. Indicó que cuando los inmigrantes se hacen ciudadanos tienen menos trabas al momento de hacer cualquier tipo de trámite.DE LISTIN DIARIO.COM

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