jueves, 8 de agosto de 2013

Transporte público opera sin controles.Conductores de autobuses y minibuses incumplen leyes de tránsito, provocan accidentes, maltratan pasajeros, entaponan vías y se matan y hieren entre ellos

La forma temeraria, imprudente e irreflexiva de manejar de  los choferes de minibuses y autobuses públicos  constituye una amenaza constante para la población, en un transporte público que opera sin ningún control. La población  observa  cómo esos conductores  violentan la luz roja del semáforo y se detienen a montar y desmontar pasajeros en lugares inadecuados.
Sus imprudentes  rebases han provocado múltiples accidentes de tránsitos, muertes y mutilaciones, mientras el uso inadecuado de la vía pública sigue provocando largos y prolongados taponamientos en el tránsito, a cualquier hora del día o de la noche.
La velocidad con  que transitan los guagüeros es motivo de preocupación de las autoridades, los peatones y los automovilistas, por el peligro que representa para  vidas y bienes.
En la esquina formada por las avenidas Tiradentes y 27 de Febrero fue preciso colocar un muro para evitar que los conductores que transitan por la Tiradentes de sur a norte doblen a la izquierda, pero la medida de nada ha valido y la violación persiste.
También, ponen en peligro la vida de los pasajeros cuando no detienen adecuadamente el vehículo para que éstos se monten o desmonten, en loca carrera por ganar tiempo y dinero.
Ese afán por montar  pasajeros también provoca enfrentamientos entre choferes y cobradores de guaguas,  lo que pone en peligro a los pasajeros.
La consecuencia de todo esto es que  los accidentes de tránsito siguen siendo responsables del mayor número de pacientes en las emergencias de los hospitales del país.
Cifras recientes indican que cada año llegan al hospital traumatológico Darío Contreras alrededor de 12,500 personas atropelladas por vehículos de motor, de las cuales una gran cantidad pierde la vida por los golpes  en el cráneo y otras partes.
Otro grave peligro representan los conductores de motocicletas, cuyas imprudencias constituyen un grave problema  en República Dominicana.
 La mayoría transita sin licencias de conducir, casco proyector, placa ni seguro.
Los motoristas, sin ningún miramiento transitan por las aceras, los elevados y túneles, hacen rebases imprudentes, montan más de las personas que establece la Ley y la prudencia.
Un estudio dado a conocer  el año pasado por el Seguro Familiar de Salud (SENASA) reveló que las motocicletas estuvieron involucradas en el 79 por ciento de los accidentes de tránsito reportados por sus afiliados del régimen contributivo.
Las violaciones a la Ley de Tránsito alcanzaron niveles insospechados en República Dominicana.
Las violaciones se producen ante los agentes de tránsito, que parecen impotentes ante el cúmulo de problemas que enfrentan en el desempeño de sus funciones.
UN APUNTE
El peligro de las motocicletas
Un estudio dado a conocer en el año pasado por el Seguro Familiar de Salud (SENASA) revela que las motocicletas estuvieron involucradas en el 79 ciento de los accidentes de tránsito reportados por sus afiliados del régimen contributivo.
La mayoría de los conductores  transita sin licencia de conducir, casco proyector, placa ni seguro.  Sin ningún miramiento, transitan por las aceras, los elevados y los túneles, hacen rebases imprudentes, montan más de las personas que establece la Ley.

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