sábado, 14 de septiembre de 2013

El papa cumple 6 meses de elección marcados por afán de reformar la Iglesia

EFE
Roma (Italia).- El papa Francisco cumplió este sábado seis meses de pontificado marcados por su afán de reformar y abrir la Iglesia y por sus muestras de sencillez y cercanía a la gente, lo que le confirió ya un gran carisma, como lo demuestran los cientos de miles de peregrinos que acuden a la plaza de San Pedro.
Un gran carisma que se traduce en cifras, pues, según la Prefectura del Vaticano, en las catorce primeras audiencias de Benedicto XVI (2005-2013) se contabilizaron 150.000 fieles, mientras que en las del papa Francisco, ya se eleva a 800.000 personas, que abarrotaron la Plaza de San Pedro y sus aledaños en todas las ceremonias.
Bergoglio, de 76 años, un jesuita con corazón franciscano, nada más presentarse a los fieles mostró al mundo que quiere ser un papa "al servicio de los demás", que sueña con una iglesia "pobre y para los pobres" y abierta al mundo, tanto, que instaron a los religiosos a abrir los conventos vacíos para alojar a los refugiados.
Lo primero que hizo el papa fue desprenderse de oropeles. Calza zapatos negros y no los rojos papales y se aloja en la residencia Santa Marta, una dependencia del Vaticano, junto con obispos y sacerdotes y no en el palacio apostólico.
La sencillez no está reñida para el papa argentino con la iniciativa a la hora de hacer reformas.
La más esperada la llevó a cabo hace unos días, cuando nombró secretario de Estado al hasta entonces nuncio en Venezuela, el italiano Pietro Parolin, de 58 años, en sustitución del cardenal Tarcisio Bertone.
Se trata de uno de los nombramientos más esperados en este inicio de Pontificado del papa argentino, después de que Bertone, de 78 años, resultó salpicado por el escándalo de las filtraciones de los documentos vaticanos, en los que se le acusaba de mala gestión y de abuso de poder.
Otra de las decisiones más importantes del papa Bergoglio fue el nombramiento de una comisión de investigación para reformar el llamado banco del Vaticano, el Instituto para las Obras de Religión (IOR), envuelto desde hace años en numerosos escándalos financieros.
El pontífice creó esta comisión, formada por cinco miembros con carta blanca para investigar todo lo que ocurra en la sede del IOR y constituyó además otro grupo de estudio, compuesto por ocho miembros, para reformar la estructura económica administrativa de la Santa Sede.
Publicó asimismo un "Motu Proprio" (documento papal) que da continuidad al aprobado por Benedicto XVI, que incluye medidas para la prevención y lucha contra el blanqueo de capitales, financiación del terrorismo y la proliferación de armas de destrucción masiva.
También constituyó una comisión para reformar la Curia, otra de las decisiones aguardadas con especial interés en este pontificado, que comenzará a trabajar en octubre, aunque sus cinco miembros ya están estudiando lo encargado.
Francisco se reunieron recientemente con todos los jefes de dicasterios de la curia; con el presidente del Governatorato (gobernador del pequeño estado), el purpurado Giuseppe Bertello, y con el vicario de Roma, cardenal Agostino Vallini, para escuchar su parecer sobre el gobierno de la Iglesia.
En los meses precedentes el papa se había reunido personalmente con todos los jefes de dicasterios de los que quiere escuchar las consideraciones y los consejos de los más altos responsables de la curia romana y de los principales colaborares del papa, según dijo la sala de prensa del Vaticano.
Cabe resaltar que las costumbres de este papa son recibidas con agrado en Italia.
Entre esas costumbres se podrían destacar los paseos por la plaza de San Pedro en los que saluda y besa a niños y enfermos, la llamadas por teléfono a gentes necesitadas, los llamamientos para el fin de la guerra en Siria con la imponente Vigilia celebrada el pasado 7 de septiembre, las frases diarias en twitter y el tiempo que le gusta pasar rodeado de gente.
Francisco quiere que los sacerdotes hagan lo mismo y les insta a mezclarse con la gente, a salir fuera de la iglesia y buscar lo que él llama "Iglesia de la periferia"; en suma, a ejercer de pastores de los más pobres.
El papa mantiene a los guardias de seguridad en vilo y él mismo ha revelado que de vez en cuando en el Vaticano le recriminan que es "indisciplinado".
Sin embargo, en estos seis meses de pontificado del papa "indisciplinado" se ha pasado "de una Iglesia asediada por miles de problemas a una Iglesia que se ha abierto", según dijo hoy Pietro Parolin.DE EFE

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