martes, 29 de octubre de 2013

Hoy Narciso González habría cumplido 72 años de vida

Taty, la eterna compañera de Narcisazo.Un día como hoy, en el año 1941, vino al mundo  Narciso González Medina. Fue dirigente, activista político y cultural; catedrático universitario, libretista y articulista de periódicos nacionales.
De no haber desaparecido durante el régimen de Joaquín Balaguer “Narcisazo”, como se le llamaba para diferenciarlo de otra persona que llevaba el mismo nombre, hubiese cumplido 72 años de edad, y habría celebrado este día como si fuera el 27 de Febrero, afirma su esposa Altagracia Ramírez. “No salía de su casa y esperaba a sus amigos para conversar acerca de temas de interés”.
Por lustros residió con su familia en una casa en la calle Luis Reyes Acosta, número 305 del sector Villa María, Santo Domingo. Con Taty, como es llamada su esposa,  tuvo cuatro hijos: Ernesto González Ramírez, Rhina Yocasta González Ramírez, Jennie Rossana González Ramírez y Amaury González Ramírez.
Su lado académico. Se graduó de abogado en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Se desempeñó como profesor universitario en esta academia de estudios desde 1968 hasta la  fecha de su detención y desaparición. Para entonces, ocupaba el cargo de Director del Departamento de Extensión Cultural. También ocupó puestos de dirección en el Movimiento Popular Dominicano y en la Federación de Estudiantes Dominicanos.
Narciso el escritor y el poeta. Narciso publicaba columnas de humor político en los periódicos  El Sol y  La Noticia, elaboraba guiones para programas de televisión, fundó el semanario de humor político Tirabuzón, fundó y dirigió la revista  “El callejón con salida” y promovía el Comité Gestor de la Sociedad de Animadores de la Cultura y la Democracia (SACUDE).
Narcisazo también se destacó por su capacidad poética de denuncia a través de la columna “El pueblo se queja en versos” que publicaba el diario La Noticia y por el libretista de la sección de humor “Tano cao”, que se transmitía por “El Show del Mediodía”.
Firme opositor de Balaguer. El profesor universitario, que era catedrático en la UASD, se caracterizó por mantener una postura de firme oposición al régimen de Balaguer, de quien llegó a afirmar que era “lo más perverso”.
En las aulas universitarias sus prédicas contra el gobierno de Balaguer no se hacían esperar y era visto con frecuencia colaborando con grupos comunitarios, generalmente cercanos a la oposición.
Poseedor de un agudo y fino nivel literario, con frecuencia concebía artículos y consignas de carácter políticos, haciéndolas acompañar de “décimas” (especie de versos elaboradas habitantes de las comunidades rurales).
La verticalidad de su postura opositora al régimen de Balaguer le valió la pérdida de empleos en medios de comunicación y se dedicó por su cuenta a producir revistas humoristas de corte político en los que satirizaba a los dirigentes en el poder y de la oposición de derecha.
Sus afiches, muchas veces pagados con su salario de catedrático universitario, aparecían continuamente en las calles de Santo Domingo, las paredes de la UASD y de Clubes Culturales, a los que contribuyó a formar para “oponerse a la penetración cultural norteamericana”¨, sobre todo en las décadas de los años ’70 y ’80.
Vida en el campus universitario. En las explanadas de la universidad estatal se le veía dictar charlas a los estudiantes, que lo veían como un profesor democrático “abanderado de los pobres”.
Conocía al dedillo la biografía del guerrillero cubano argentino Ernesto -Che- Guevara, cuyos ideales decía admirar, mientras se mostraba orgulloso de los éxitos de la Revolución Cubana.
En terrenos de la UASD, se mostraba como un crítico severo de sus compañeros de cátedras que “negaban los postulados del Movimiento Renovador”, un fenómeno surgido en la academia estatal en procura de su democratización para hacerla más accesible a los sectores de menos ingresos.
Ese Movimiento Renovador definió a la UASD como una institución de carácter científico que promovía la investigación, la docencia y la extensión, mientras era decidida partidaria de defender la soberanía nacional.
Con el avance del tiempo, el “fervor revolucionario” disminuyó en República Dominicana, pero Narcisazo mantuvo la firmeza de su postura.

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