El acuerdo diplomático alcanzado por la República Dominicana y Haití en el cual anticipan el interés común de “avanzar en todas las medidas que sean necesarias para garantizar la seguridad jurídica, pleno goce y respeto de los derechos de los descendientes de haitianos nacidos en la República Dominicana”, parecería un buen punto de partida en la solución del conflicto derivado de la sentencia 168/13 del Tribunal Constitucional.
Es un gesto de buena voluntad del gobierno del presidente Danilo Medina, quien desde el comienzo de las reclamaciones haitianas tras la sentencia del Tribunal Constitucional, se ha preocupado tanto por el caso que recibió en el Palacio Nacional a un grupo de descendientes haitianos quienes le expresaron sus tribulaciones y sus alegados derechos.
De inmediato, el acuerdo entre los dos países, logrado con la intermediación del gobierno de Venezuela, el cual recibió en su sede a delegaciones respectivas en dos oportunidades, le quita un peso de encima al régimen del presidente Medina, que en cualquier circunstancia tenía que haber recibido con bastante mortificación la campaña exterior en contra de la sentencia 168/13, lo que repercutía en su buen desempeño.
El llegar a un arreglo definitivo que el actual acuerdo diplomático anticipa, también beneficia al régimen haitiano del presidente Martelly, acosado por dificultades internas y presiones internacionales debido a los problemas económicos de la gente y el temor del exterior por la demora en la celebración de elecciones parciales del Congreso.
En nuestro análisis del pasado 30 de septiembre, el titular de LISTÍN DIARIO lo dejó todo en claro: “Decisión del TC no resuelve el tema haitiano”. Ya para ese momento se había producido la suspensión del viaje del presidente Medina a Naciones Unidas, donde estaba programada su participación en la Asamblea General, para poner atención a ese y otros problemas nacionales, lo que algunos vieron erróneamente.
Medina se ha visto obligado a cumplir con el dictamen del TC, aunque se podría decir que el mismo no le ha sido conveniente a su régimen, aunque del lado bueno de su ejecución, está el hecho de que aplaca a quienes hablan en privado y en público de que las cortes constitucionales y de justicia fueron constituídas a la medida del régimen del PLD.
No se puede negar que en el seno del gobierno podía sentirse más que entre las partes interesadas que han abrazado campañas por las conveniencias y las inconveniencias de la sentencia 168-13, puesto que aparte de las tensiones diplomáticas y el peligro de que se deteriore su reputación, estaba la parálisis que podían experimentar los negocios entre Haití y RD, que al finalizar el año tendrían cifras récords favorable a la parte dominicana.
RD y Haití pactan
La declaración de los dos gobiernos firmadas por el ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo y el canciller de Haití, Pierre Richard Casimir es el siguiente:
La declaración de los dos gobiernos firmadas por el ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo y el canciller de Haití, Pierre Richard Casimir es el siguiente:
1.- Confirmar que el diálogo será la vía apropiada para la resolución de cualquier situación relacionada con las personas de origen haitiano nacidas en la República Dominicana, afectadas por la aplicación de la sentencia TC-168/13, dictada por el Tribunal Constitucional de la República Dominicana. Asimismo priorizar el diálogo antes de cualquier vía.
2.- Reafirmar su voluntad de avanzar en todas las medidas que sean necesarias para garantizar la seguridad jurídica, el pleno goce y respeto de los derechos de los descendientes de haitianos nacidos en la República Dominicana.
3.- Considerando que el Gobierno dominicano hará públicas en los próximos días una serie de decisiones al respecto, los dos gobiernos han acordado sostener un encuentro posterior para alcanzar acuerdos satisfactorios.
El acuerdo parecería tener un lenguaje diplomático ambiguo, pero en todo caso, ofrece un compás de espera para que las autoridades dominicanan de Migración y superiores, busquen una propuesta que sea menos taxativa que lo que impone la sentencia del TC y que al mismo tiempo respete la soberanía de ese poder del Estado y deje satisfecha a la parte haitiana.
Un gesto de buena voluntad inmediata y con motivo de las próximas celebraciones de las Navidades y el Año Nuevo, podría ser que la RD suspenda las repatriaciones de todos los ciudadanos que tengan alguna documentación dominicana, por lo que son “residentes en tránsito” con arraigo en el país. El director de Migración, José Ricardo Taveras negó el jueves las deportaciones.
La deportación de ciudadanos que alegan ser dominicanos y tener todas sus raíces, intereses y familiares aquí, y que han sido entrevistados por la prensa internacional en Puerto Príncipe, podría deslucir la visión correcta que el régimen del presidente Medina quisiera dar sobre los aspectos de la migración que están en discusión actualmente.
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AFIANZAR EL PLAN DE REGULARIZACIÓN
La aprobación el viernes del Plan Nacional de Regularización por parte del Consejo Nacional de Migración, encabezado por el presidente Medina en el Palacio Nacional aparenta un paso importante en la brega por el caso de la sentencia mencionada y que ha sido un tema en las agendas de la OEA y de las cancillerías de los países del Caribe, sobre todo.
AFIANZAR EL PLAN DE REGULARIZACIÓN
La aprobación el viernes del Plan Nacional de Regularización por parte del Consejo Nacional de Migración, encabezado por el presidente Medina en el Palacio Nacional aparenta un paso importante en la brega por el caso de la sentencia mencionada y que ha sido un tema en las agendas de la OEA y de las cancillerías de los países del Caribe, sobre todo.
Conjuntamente con el Plan se conoció también durante la reunión en el Palacio Nacional que el mismo contempla dos fases; una para programar, presupuestar, organizar los recursos para la ejecución técnica y administrativa, y la otra, para extender la documentación migratoria mediante un proceso de evaluación, revisión y supervisión de cada caso.
El hecho de que el gobierno de Venezuela, no obstante los serios problemas que ha tenido el régimen del presidente Maduro en las últimas dos semanas, se haya involucrado en una mediación con las partes dominicana y haitiana, puede dar una noción de cuán preocupados están los países amigos de las dos nacionales de la Hispaniola, para que la situación se solucione.
A la parte dominicana le conviene mucho la creencia bastante extendida de que buena parte de los dominicanos de ascendencia haitiana, como estudiantes y trabajadores, no tienen el empeño de recibir la ciudadanía sino una residencia temporal con vocación a definitiva. Otra sería la situación de los que nacieron en República Dominicana, han vivido como dominicanos y se consideran como tales, mayormente gente joven que no habla creole ni tiene raigambre en Haití.
Detrás de las acrimonias de los dos países y las publicaciones y declaraciones imprudentes que han formulado funcionarios y entidades privadas enrareciendo el ambiente de amistad, luce una realidad que los haitianos y dominicanos, salvo casos excepcionales, se mantienen en negocios y actividades religiosas y de todo tipo con relaciones de hermandad, como se notó hace días cuando comerciantes de los dos países en Villa Consuelo, se unieron para enfrentar a negociantes chinos que supuestamente no pagan impuestos y explotan a sus trabajadores.
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