“Todavía no veo el motivo de por qué mi hijo hizo eso”, dijo entre llantos Angélica María de los Santos, madre de Johnny Alejandro Cruz de los Santos, el menor de 13 años que se suicidó de un disparo en la cabeza dentro de su habitación.
Angélica dice sentirse culpable por la muerte de su hijo, ya que momentos antes de la tragedia, ella le había reclamado a Johnny que la ayudara en su labor en una metalera de la que afirmó es propietaria.
“Yo le estaba reclamando a él (Johnny) que me ayudara, que estaba muy atareada en el trabajo. Él fue allá a buscar unos fritos para su papá, quién fue lo mandó”, expresó.
Continua que luego de haberle pedido a su hijo que la asistiera con algunos asuntos dentro del negocio, unos clientes que se encontraban en el establecimiento, cuando la vieron gritarle al joven, le dijeron: “!No ombe!, ese muchacho no sirve para eso”, por lo que luego de escuchar esa frase dijo que eso la “motivó a hablarle más duro”.
Manifestó que el adolescente se había marchado de forma normal, sin prisa y sin llorar, y que minutos después, una amiga le avisó por teléfono que su hijo fue encontrado muerto debajo de la cama de su habitación.
Dijo que fue su hermano mayor, de 15 años, quien lo había encontrado debajo de su cama, frío y con un disparo en la cabeza, luego que llegó a la casa y se encerró en su habitación lo que ella con dolor, asume que fue por lo sucedido en el trabajo.
Angélica reitera que cada momento se pregunta el por qué del accionar de su hijo hoy fallecido, tras indicar que haberlo regañado no era nada que no hayan hecho otras madres con sus hijos o ella con el suyo, y que él conocía su forma de ser, causa por la cual considera que no era razón para que su vástago tomara la decisión de suicidarse.
“Eso era normal en mí, él sabía cómo era yo, yo soy así, fuerte con ellos, porque son varones, y yo no quería que sean débiles”, expresó entre llantos.
Al preguntarle cómo fue que Johnny Alejandro tuvo acceso al arma con la cual se quitó la vida, dijo que él sabía dónde se encontraba cada objeto que le pertenecía a su padre, Nelson Antonio Cruz Núñez, quien, según sus declaraciones, ellos andaban siempre juntos en un ambiente de mutua confianza.
“Él sabía todo lo de su papá, porque ese era el que andaba para arriba y para abajo con él. Esa (la pistola) tenía más de una semana ahí guardada, pero él nunca le había puesto la mano”, puntualizó Angélica, tras indicar que su hijo sabía en todo momento que el arma estaba guardada debajo del colchón de la cama de ella y su esposo.
Dijo que su hijo era el segundo de cinco hermanos, cursaba el primero de bachillerato, y que era un estudiante sobresaliente al decir que “él era el mejor, el número uno en su clase”.
Al momento de la entrevista, familiares, amigos y vecinos, se encontraban en la residencia donde ocurrió el lamentable hecho, a esperas de que el padre del menor terminara de ocuparse de los trámites fúnebres de Johnny Alejandro.
Los asistentes definieron al fenecido adolescente como un muchacho sano y trabajador.
“El era un muchacho muy bueno y muy humilde”, expresó Ramón Alberto Santana Almánzar, bisabuelo del menor, quien también comparte la duda de Angélica en relación a las razones de peso para que el adolescente se suicidara.
Algunas vecinas consolaban a la destrozada madre, diciéndole que no se sienta culpable, tras decirle que todas las madres les reclaman a sus hijos cuando no hacen las cosas bien, pero estas palabras no lograban evitar sus llantos ni calmar su dolor.
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