SANTO DOMINGO. Veloz, con su habitual canasto que sirve para llevar la encomienda de hacer una entrega a tiempo, se abre paso entre vehículos y peatones -subiendo aceras si es preciso- pues la demora sería una amenaza para el prestigio de este correcaminos urbano que se las juega para ir de puerta en puerta, a hacer entrega personal de la encomienda que le fue solicitada: "El Delivery".
El servicio de deliverys ha impulsado de manera significativa las operaciones comerciales, brindando a las empresas mayor alcance sobre su público, al cual acceden de forma casi inmediata. Se conjuga aquí la máxima de que "si la montaña no viene a mí, yo voy a la montaña". Así arranca el repartidor hasta los clientes.
En países en vía de desarrollo el delivery ha alcanzado gran notoriedad, precisamente porque las personas se acostumbran, en un momento determinado, a que les acerquen el producto, explica el profesor José Martin Morillo, director de la Escuela de Mercadotecnia de la Universidad Iberoamericana (UNIBE).
Grandes y pequeños comercios emplean jóvenes, que rondan los 15 y 25 años de edad, a quienes encargan la función específica de llevar pedidos puerta a puerta, en el menor tiempo posible.
El delivery ha incrementado la circulación de los productos que se necesitan de forma inmediata, a esto se debe el éxito que ha tenido el delivery de colmado, analiza Morillo.
"No hay nada como estar en la comodidad del hogar, y si te falta cualquier cosa de consumo diario, la pueda adquirir a través del teléfono" -revela el profesor de mercadotecnia- "Igual sucede con las comidas".
Los inicios del delivery, en el país, -sin incluir los repartidores de periódicos, ya que es otro tipo de servicio- están estrechamente relacionados a los "fast foods" o negocios de comida rápida, luego fueron incorporándose pequeños almacenes y colmados, siendo el sector farmacéutico el último en incorporarse a brindar estos servicios.
Tal y como expresa Morillo, el delivery no un servicio que se ofrece única y exclusivamente en la República Dominicana sino que a nivel internacional varios sitios de internet exploran la idea de emplear un tipo de delivery especial, para los sitios apartados a donde no llegan los servicios tradicionales y a través de pequeños robots no tripulados, pretenden llevar los encargos a los lugares más recónditos del planeta, haciendo especial énfasis en las medicinas.
Los mercados se basan mucho en las culturas de los países y en la forma de manejarse de los consumidores y su comportamiento. "Es una ventaja diferenciadora para las empresas, tener esos deliverys", añade el profesor de UNIBE.
Decidimos hacer una especie de prueba y comprobar que ventajas tenían aquellas que empresas que contaban con el servicio de delivery, frente a las que no.
El servicio de deliverys ha impulsado de manera significativa las operaciones comerciales, brindando a las empresas mayor alcance sobre su público, al cual acceden de forma casi inmediata. Se conjuga aquí la máxima de que "si la montaña no viene a mí, yo voy a la montaña". Así arranca el repartidor hasta los clientes.
En países en vía de desarrollo el delivery ha alcanzado gran notoriedad, precisamente porque las personas se acostumbran, en un momento determinado, a que les acerquen el producto, explica el profesor José Martin Morillo, director de la Escuela de Mercadotecnia de la Universidad Iberoamericana (UNIBE).
Grandes y pequeños comercios emplean jóvenes, que rondan los 15 y 25 años de edad, a quienes encargan la función específica de llevar pedidos puerta a puerta, en el menor tiempo posible.
El delivery ha incrementado la circulación de los productos que se necesitan de forma inmediata, a esto se debe el éxito que ha tenido el delivery de colmado, analiza Morillo.
"No hay nada como estar en la comodidad del hogar, y si te falta cualquier cosa de consumo diario, la pueda adquirir a través del teléfono" -revela el profesor de mercadotecnia- "Igual sucede con las comidas".
Los inicios del delivery, en el país, -sin incluir los repartidores de periódicos, ya que es otro tipo de servicio- están estrechamente relacionados a los "fast foods" o negocios de comida rápida, luego fueron incorporándose pequeños almacenes y colmados, siendo el sector farmacéutico el último en incorporarse a brindar estos servicios.
Tal y como expresa Morillo, el delivery no un servicio que se ofrece única y exclusivamente en la República Dominicana sino que a nivel internacional varios sitios de internet exploran la idea de emplear un tipo de delivery especial, para los sitios apartados a donde no llegan los servicios tradicionales y a través de pequeños robots no tripulados, pretenden llevar los encargos a los lugares más recónditos del planeta, haciendo especial énfasis en las medicinas.
Los mercados se basan mucho en las culturas de los países y en la forma de manejarse de los consumidores y su comportamiento. "Es una ventaja diferenciadora para las empresas, tener esos deliverys", añade el profesor de UNIBE.
Decidimos hacer una especie de prueba y comprobar que ventajas tenían aquellas que empresas que contaban con el servicio de delivery, frente a las que no.
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